Justificación: El implante de dispositivos de asistencia ventricular izquierda (DAVI) de larga duración como terapia de la insuficiencia cardíaca avanzada, está en aumento. Una complicación relevante es la infección (IDAVI), con manejo complejo ya que, entre otros factores, pueden ser causadas por microorganismos resistentes, la posible necesidad de tratamiento supresivo y una evidencia limitada en su manejo.
Objetivo: Describir las características clínicas y microbiológicas, tratamiento y evolución de las IDAVI en nuestro centro.
Método: Revisión retrospectiva de pacientes adultos con implante de DAVI en nuestro centro entre enero/2014 y mayo/2023 que hayan tenido una infección específica (infección del driveline, bolsillo, cánula, bomba) o relacionada con el dispositivo (bacteriemia, mediastinitis, endocarditis).
Resultados: De 21 pacientes con implante de DAVI, 7 presentaron una IDAVI: 2 infecciones de driveline (una superficial y otra profunda), 2 infecciones de la bomba y 4 bacteriemias (2 de ellas en el mismo paciente). Todos los dispositivos eran tipo HeartWare, salvo un HeartMate III. La mediana de tiempo desde el implante hasta la infección fue de 4.5 meses (2-26 meses). Todos los pacientes, excepto uno, portaban al menos otro dispositivo intracardiaco en el momento de la IDAVI. Los microorganismos aislados fueron mayoritariamente grampositivos (7/9), siendo el más frecuente Enterococcus faecalis (3). Los microorganismos gramnegativos solo se aislaron en las infecciones del driveline: Serratia marcescens (1) y Pseudomonas aeruginosa (1). La infección fue polimicrobiana en 1 caso (infección profunda del driveline, con aislamiento de S. aureus meticilin-resistente y P. aeruginosa multirresistente). El resto de microorganismos aislados fueron Streptococcus del grupo viridans (2) y S. lutetiensis (1). Cuatro pacientes recibieron antibioterapia supresiva hasta el trasplante cardíaco (15 días a 6 meses), con curación clínica y microbiológica. En los 3 casos restantes (DAVI como terapia de destino), el dispositivo no fue recambiado: el paciente con infección profunda del driveline precisó tres cirugías de desbridamiento sin conseguirse la curación microbiológica y 2 pacientes con bacteriemia recibieron antibioterapia 4-6 semanas sin evidencia de recidiva. Un total de dos pacientes fallecieron por causas no relacionadas con la infección.
Conclusiones: Las IDAVI suponen un reto por su complejidad y heterogeneidad. Su manejo no está estandarizado. Nuestra serie aporta información valiosa en nuestro entorno epidemiológico y ofrece una base para un estudio multicéntrico en España.