José Benito García-Bengochea, «Chino», nació en La Coruña en 1942. Su padre José García Bengochea, médico cubano-gallego formado en París y Boston, fue un pionero de la cirugía cardiaca que en 1945 llevó a cabo por primera vez en España el cierre de un ductus arterioso persistente.
Chino cursó la carrera de Medicina en Santiago de Compostela y obtuvo el Título de Licenciado en junio de 1965.
Animado por su padre decide ir a Inglaterra en 1966 para formarse como cirujano cardiaco. El sistema de formación británico, flexible y abierto, le permitirán adquirir una sólida formación y compaginar la asistencia con la docencia y la investigación.
Durante los primeros meses, hasta septiembre de 1966, trabaja como House Physician en el Departamento de Medicina del Walton Hospital en Liverpool. A continuación se traslada a Lancaster donde permanecerá durante un año como Senior House Officer en el Departamento de Anestesiología del Royal Lancaster Hospital. En marzo de 1967 se incorpora en Leeds al Departamento de Cirugía Cardiotorácica del General Infirmary y al Killingbeck Cardiothoracic Regional Centre donde permanecerá hasta 1972. Durante estos años desempeña consecutivamente las labores de Senior House Officer, Registrar y, finalmente, Senior Registrar.
Sus maestros en Leeds, Marian Ion Ionescu y Geoffrey Wooler, eran figuras emblemáticas de la cirugía valvular. El espíritu abierto de Chino y su afán por conocer el porqué de las cosas hicieron que además de formarse como cirujano se involucrara activamente en la investigación clínica aplicada. Trabajó, bajo la tutela de Ionescu, en el diseño, desarrollo e implante de prótesis valvulares de pericardio bovino y en 1971 fue nombrado Lecturer en el Departamento de Cirugía de la Universidad de Leeds.
En el año 1972 supera los exámenes de la Educational Commission for Foreign Medical Graduates y obtiene el certificado que le abrirá la puerta para trabajar en los Estados Unidos. Ese mismo año se incorpora al Jackson Memorial Hospital en Miami, ciudad con la que su familia paterna mantiene vínculos estrechos.
En ese momento el Profesor José Luis Puente, Catedrático-Jefe del Departamento de Cirugía en la Universidad de Santiago, le invita a poner en marcha la cirugía cardiaca. Chino acepta y a finales de 1972 se incorpora al Hospital General llevando a cabo en 1973 la primera intervención a corazón abierto de Galicia.
En 1974 es promovido a Jefe de Sección y en 1985 es nombrado Jefe del Servicio de Cirugía Cardiaca permaneciendo en este puesto hasta su jubilación en el año 2012.
La actividad asistencial desarrollada a lo largo de casi 4 décadas en Santiago de Compostela —con más de 10.000 pacientes intervenidos— se acompañó de una intensa labor investigadora. Pocos cirujanos españoles han dirigido proyectos de investigación que culminaran en patentes y modelos de utilidad explotados comercialmente y fabricados a gran escala. Chino ha sido uno de ellos. La sólida formación recibida en Inglaterra unida a su extraordinaria inteligencia le permitieron patentar y desarrollar la bioprótesis de pericardio bovino Labcor-Santiago en 1991. Se trata de una bioprótesis valvular de diseño innovador que ha sido implantada en miles de pacientes en todo el mundo con un excelente comportamiento hemodinámico y durabilidad.
En el campo de la electroestimulación cardiaca también fue un innovador. Describió varias alternativas de resincronización ventricular para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca y patentó un estimulador eléctrico de corriente bifásica, obteniendo el Premio de Investigación de la Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular en el año 2002.
La actividad investigadora de Chino, plasmada en el reconocimiento de 5 sexenios por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, fue paralela a la actividad docente en la Facultad de Medicina. Ayudante de clases prácticas desde 1973, obtuvo la plaza de Profesor Titular de Cirugía Cardiaca en 1985.
Chino fue un jefe generoso. Apoyó siempre a sus colaboradores y les dio plena libertad para incorporar a la actividad asistencial las innovaciones técnicas en cirugía cardiaca simultaneando la asistencia, la docencia y la investigación.
Con semejante curriculum se podría suponer que el Profesor García-Bengochea fuese una personalidad inaccesible o vanidosa. Nada más lejos de la realidad. Chino era un hombre sencillo, campechano y divertido. Excelente conversador, muy culto y con un fino sentido del humor. Las sobremesas con Chino resultaban inolvidables. Dotado de genio vivo, podía mantener acaloradísimas discusiones que concluían rápidamente y sin el menor espacio para el resentimiento. Amigo de sus amigos fue siempre un espíritu libre y peculiar.
Al final de su vida profesional recibió golpes dolorosos e injustos y, sin embargo, la capacidad de superación y serenidad que demostró resultaron ejemplares. Los problemas de salud le impidieron disfrutar de una merecida jubilación. Conocedor del pronóstico de su grave enfermedad, la afrontó con entereza y realismo, sin dejarse vencer por el abatimiento. Los últimos meses estuvo permanentemente acompañado por sus hijos Jason, Sandra y José y rodeado del cariño de sus más íntimos allegados.
A quienes tuvimos el privilegio de trabajar y convivir con Chino nos quedará siempre el recuerdo de su bonhomía, inteligencia e inquebrantable sentido de la amistad.