La supervivencia a largo plazo de los pacientes que reciben un órgano fue del 100%.
IntroducciónEl shock cardiogénico refractario puede suponer una mortalidad de hasta el 80%, siendo el trasplante la mejor opción terapéutica. Dado el aumento del tiempo de espera en nuestro país, necesitamos medios que permitan al paciente sobrevivir hasta la disponibilidad de un órgano.
Material y métodosEn nuestro centro hemos implantado 16 dispositivos a 12 pacientes en situación de shock cardiogénico, refractario a inotrópicos y balón de contrapulsación como puente al trasplante cardíaco (TxC). Realizamos un estudio descriptivo de nuestra serie.
ResultadosEdad media fue de 51,10±6,9 años, 60% varones. En 4 pacientes (33,3%) la indicación fue postinfarto, en 3 (25%) fue por miocardiopatía dilatada idiopática, en 3 por miocardiopatía dilatada isquémica (25%), uno por miocardiopatía hipertrófica y otro por restrictiva. Se implantaron 6 oxigenadores de membrana extracorpórea (ECMO) venoarteriales, 5 asistencias izquierdas y 5 biventriculares. Se realizó el implante sin complicaciones; 7 pacientes precisaron reintervención: 4 por taponamiento y 3 por hemorragias pericánula. Se realizó terapia antibiótica anticipada en 6 de los pacientes, produciéndose una infección de las cánulas en uno. Se trasplantaron 7 pacientes (58,3%), que permanecen vivos en la actualidad tras un seguimiento medio de 204,98±86,6 días, y acumulado de 2.449 días. Los pacientes que sobrevivieron estuvieron asistidos 20,16±21,7 días, y acumulado 242; los que fallecieron estuvieron asistidos durante 9,8±14,7. Analizando los últimos 7 casos, la supervivencia es 85,7%.
ConclusionesEl uso de sistemas de soporte circulatorio consigue una disminución significativa de la mortalidad como puente al TxC.