Los tumores cardíacos primarios son poco frecuentes (0,001-0,03%). Al menos tres cuartas partes de ellos son benignos y casi la mitad mixomas. Se manifiestan con uno o varios de los siguientes síntomas de la tríada clásica: a) insuficiencia cardíaca; b) embolizaciones, y c) síntomas constitucionales. Las metástasis son mucho más frecuentes, por lo que en caso de no encontrarse la imagen típica del mixoma se suele presentar reticencia a la indicación quirúrgica.
Presentamos el caso de una paciente de 42 años remitida desde neurología tras accidente cerebrovascular (ACV) isquémico, en cuyo proceso diagnóstico se identifica masa intrapericárdica que comprime o forma parte de la pared del ventrículo derecho (VD). En la cirugía se evidencia tumoración intracardíaca, en el espesor de la pared miocárdica anteroinferior de VD, de consistencia pétrea, que permite su enucleación completa, bajo circulación extracorpórea (CEC), tras biopsia intraoperatoria. La evolución postoperatoria fue muy favorable, siendo extubada sin dificultad a las pocas horas de la cirugía.
El examen AP diagnosticó tumor mesenquimal benigno fibroso, con calcificaciones, no encapsulado, sugestivo de fibroma de 7,2 cm de diámetro. Cierre de la pared ventricular mediante doble sutura.
Al año, la paciente permanece asintomática, con adecuada función cardíaca, sin recidiva tumoral.
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La cirugía está indicada en tumores cardíacos sin diagnóstico anatomopatológico de otro tumor primario metastásico. El contorno homogéneo de la masa sugiere benignidad.
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La cirugía debe buscar la resección completa, respetando la estructura subvalvular todo lo posible.
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El cierre y plicatura de la pared ha permitido conservar la función contráctil de la pared miocárdica.