Desde la Sección de Endoscopia hemos decidido la publicación de este número monográfico de la Revista de Cirugía Española, dedicado a la cirugía endoscópica, pensando que era el momento de evaluar sus logros después de 10 años de desarrollo de esta nueva parcela de la cirugía.
Se ha considerado a la cirugía endoscópica, desde nuestra perspectiva equivocadamente, como una nueva vía de abordaje, que en las opiniones más optimistas se limitaba a conseguir un mero beneficio estético. Con posterioridad esta opinión mejoró y se la valoró como una nueva técnica quirúrgica que en intervenciones muy concretas, como la colecistectomía simple, tendría alguna ventaja para el enfermo, motivada por la menor agresión.
Hoy día, gracias al esfuerzo de cirujanos de todo el mundo que desde el principio comprendieron las grandes posibilidades de la cirugía endoscópica, podemos definirla como aquella parte de la cirugía formada por el conjunto de técnicas y maniobras necesarias para realizar una intervención quirúrgica utilizando puertas de entrada de pequeño diámetro por donde introducir el instrumental, obtenidas por punción con trocares adecuados, creando cavidades reales donde eran virtuales o no existían, gracias a la introducción de gas a distinta presión (generalmente carbónico) o instrumental suspensorio de la pared y visualizando el campo por medio de una óptica conectada a una cámara de vídeo y un monitor.
Entendida de esta manera, se comprende que la cirugía endoscópica esté llamada a ocupar una parte muy importante del cuerpo de la cirugía y que la mayor parte de las intervenciones quirúrgicas del milenio que comienza se practicarán siguiendo sus reglas. Pero, a cambio, exige un esfuerzo añadido, ya que para aprender y dominar esta nueva parcela de la cirugía se necesita el mismo esfuerzo que precisa el aprendizaje de la cirugía abierta.
En abril de 1989, tras presentar Perissat un vídeo sobre una colecistectomía laparoscópica en la reunión de la SAGES en Louisville, comienza el desarrollo espectacular de esta cirugía ya que, desde la segunda mitad de los años ochenta, la técnica y la ciencia se encuentran preparadas para esta eclosión.
Para conseguir esta puesta a punto ha sido necesario sumar múltiples esfuerzos. Kalk, en los años treinta realizó la primera adhesiólisis laparoscópica; los digestólogos desarrollaron en la década de los sesenta la laparoscopia diagnóstica; los ginecólogos, con Semm a la cabeza, iniciaron las primeras intervenciones quirúrgicas sobre los anexos, y fue Semm quien desarrolló las técnicas de endosutura y practicó la primera apendicectomía en 1980.
De manera paralela se produce un desarrollo técnico: el insuflador, primero automático y electrónico después, la luz fría y las cámaras de videoendoscopia, constituyen mejoras que facilitan y permiten la generalización de la cirugía mínimamente invasiva.
Fue Mühe, en septiembre de 1985, quien practicó la primera colecistectomía laparoscópica, que publicó en 1986, pero la comunidad científica todavía no fue receptiva a este adelanto.
Mouret realiza su primera colecistectomía laparoscópica, iniciando su serie en marzo de 1987; posteriormente lo comunicó y convenció a Dubois, y éste a su vez a Perissat, desarrollando juntos, a lo largo de 1988, la técnica con experiencias en animales y clínicas, y a lo largo de 1989 y 1990 con la asistencia a sus intervenciones de numerosos cirujanos, que difundieron sus enseñanzas en Europa. Por ello son considerados los primeros cirujanos de la historia de la cirugía videoendoscópica.
En España, Laporte (15 de diciembre de 1989), Vincent (14 de febrero de 1990) y Delgado (7 de septiembre de 1990) fueron los primeros en practicar una colecistectomía laparoscópica. Con información directa desde Francia y sin comunicación entre ellos, los tres prepararon y consiguieron el material necesario cuando todavía no estaba ofertado por las empresas comerciales, por lo que comenzamos a la vez que el resto del mundo este nuevo y apasionante reto de la cirugía endoscópica.
En los EE.UU., McKernan y Saye realizaron su primera colecistectomía laparoscópica en junio de 1988 (después de ver en vídeo una apendicectomía de Semm) y varios meses después lo hicieron Olsen y Reddick.
Nombres de cirujanos conocidos por los interesados en estas técnicas completan este resumen histórico, como Berci, Cuschieri, Troidl, Katkhouda, Delamangne, Azagra, Lazortes, Cuesta, Leroi, Fitzgibbons, Petelin, Soper, Montori, etc.
Haber vivido desde dentro y desde su nacimiento la evolución y desarrollo de la cirugía endoscópica y haber colaborado en la medida de nuestras fuerzas en esta empresa ha significado una experiencia inolvidable, que compensa con creces todos los esfuerzos que para ello hemos tenido que realizar.
Para este número monográfico, en el que hemos pretendido evaluar las técnicas quirúrgicas endoscópicas, hemos elegido a un grupo de cirujanos con especial e intensa dedicación a este campo quirúrgico, encargándoles aquella técnica en la que contaban con experiencia personal y pidiéndoles una revisión bibliográfica y un apunte crítico de los artículos más representativos sobre la misma, así como su experiencia personal.
Se han elegido aquellas técnicas ya aceptadas por la comunidad científica internacional que en muchos casos son ya las de elección y también aquellas otras todavía en discusión, pero que han alcanzado un grado de desarrollo indudable, siendo positivamente valoradas por los cirujanos con mayor experiencia laparoscópica.
El esfuerzo de la coordinación del número monográfico ha sido realizado por el Dr. E.M. Targarona Soler, a quien queremos agradecer su dedicación y desinteresada colaboración, así como a todos los autores que han hecho realidad, con su trabajo, este número monográfico.
Una vez dominada la técnica y superada la curva de aprendizaje, esta cirugía permite una mejor visión del campo operatorio, una mejor disección anatómica de las estructuras y, por tanto, una realización más perfecta de la intervención a realizar, todo ello con una menor agresión. Por tanto, la cirugía endoscópica significará, dentro del primer cuarto de siglo, la técnica de elección en todas aquellas intervenciones en las que las piezas operatorias a extraer no necesiten una gran laparotomía que invalide sus ventajas, y aun así, como ya practicamos en nuestro grupo de trabajo, dado el manejo más delicado de las estructuras anatómicas, la realización de la técnica quirúrgica por vía endoscópica es ventajosa para el enfermo, aunque sea necesaria una laparotomía para completar la intervención. La gran mayoría de las intervenciones en la cavidad abdominal se practicarán dentro de muy pocos años siguiendo las técnicas endoscópicas, lo que obliga a los cirujanos en formación, con toda su vida profesional por delante, a dominar con igual perfección tanto la cirugía abierta como la endoscópica.
No creo que Camilo José Cela pensara en la cirugía endoscópica cuando, en el ABC del 27 de junio de 1999, escribió cuáles eran los 5 instrumentos de la innovación: ":.. uno por cada dedo de la mano: el escepticismo, que es virtud elegante; el desafío a la autoridad de hecho, que es hábito revolucionario; el instinto crítico, que puede ser flor dolorosa; la racionali dad, que es jarope que llega a amargar el aire, y el individua lismo, que es virtud de la que sólo pueden gustar los elegidos". Pero parece dedicado a los primeros cirujanos que creímos en ella.