Hemos leído con interés el artículo publicado por Duménigo Arias et al. sobre un varón con un nevo cerebriforme gigante en cuero cabelludo1 y nos gustaría realizar 2 breves comentarios.
El cutis verticis gyrata (CVG) se caracteriza por la presencia de circunvoluciones y surcos profundos que imitan la superficie cerebral, es más frecuente en varones y se clasifica en primario y secundario2. La forma secundaria se asocia a enfermedades sistémicas como acromegalia y esclerosis tuberosa, dermatosis inflamatorias como psoriasis y eczema, y numerosos tumores cutáneos como neurofibroma plexiforme, hamartoma, cilindroma, dermatofibroma, colagenoma, nevo lipomatoso, nevo sebáceo y nevo melanocítico congénito3.
El nevo intradérmico cerebriforme predomina en mujeres y constituye el 12,5% de todos los CVG. Normalmente es una lesión congénita no hiperpigmentada alopécica localizada en la región parieto-occipital que experimenta un rápido crecimiento a los 5-10 años de edad4. Parte de su importancia radica en el riesgo potencial para desarrollar un melanoma (4,5%)5. Consideramos la morfología clínica cerebriforme y la historia del caso presentando compatibles con el diagnóstico de nevo, pero es necesario el estudio histopatológico para excluir otras causas de CVG como hamartomas o neurofibromas.
Por otro lado, en una de las imágenes del paciente que aportan los autores se aprecian varias lesiones cutáneas en la frente, y múltiples en la nariz y los surcos nasogenianos, sugestivas, respectivamente, de placas fibrosas de la frente y angiofibromas. Estas son manifestaciones típicas del complejo esclerosis tuberosa (CET), entidad que se incluye entre las causas de CVG y que se relaciona con tumores que también pueden serlo como los colagenomas4,6,7. Hay que destacar que recientemente se ha descrito un nevo congénito gigante en cuero cabelludo en una chica con CET8.
En conclusión, nos parece importante completar la historia clínica y la exploración física del paciente, y realizar un estudio histopatológico de la tumoración cerebriforme de cuero cabelludo. Esto nos permitiría saber si estamos ante un paciente con CET y confirmar la naturaleza de la lesión que origina el CVG secundario, y así incrementar el valor de este interesante caso.
Conflicto de interesesNo hemos recibido apoyos en forma de becas, ni presentado previamente en congreso. Los 2 autores hemos contribuido a la autoría del manuscrito: redacción y revisión crítica.