Queremos felicitar a Roig-García et al1 por el excelente trabajo publicado en el número de abril de su revista. Confirma que el grupo del Dr. Roig es uno de los referentes en España de la cirugía laparoscópica esofagogástrica.
Dicho esto, nos gustaría matizar las cifras de dehiscencia anastomótica referidas. Creemos que no pueden mezclarse dos tipos de anastomosis distintos como son la intrapleural y la cervical. La incidencia de fístula anastomótica cervical se calcula sobre 50 (16%) enfermos cuando debería hacerse sobre una población de idénticas características: 8/31 (25%). Lo mismo sucedería en las dehiscencias intratorácicas, que no serían 1/50 (2%), sino 1/19 (5%).
Esto nos lleva al elevado número de dehiscencias anastomóticas en las gastroplastias cervicales referidas en la literatura internacional2,3, que constituyen un grave problema en esta cirugía. Nuestra unidad inició en 2001 el acondicionamiento gástrico (delay phenomenon)4,5 mediante arteriografía selectiva y embolización de las arterias gástrica izquierda, gástrica derecha y esplénica6 con una baja morbilidad (1,8%) en los pacientes programados para gastroplastia cervical. Un estudio experimental realizado por nuestro grupo apuntaba a que la neovascularización de la plastia después del acondicionamiento gástrico era máxima a los 14 días postembolización7.To-das las esofagogastrostomías se realizaron en situación término-lateral con sutura discontinua manual de material reabsorbible.
La cirugía se efectuó entre los 15 y 30 días del acondicionamiento. Hemos realizado 33 procedimientos completos hasta la actualidad, con una incidencia de dehiscencia anastomótica del 3,3%.
Creemos que el acondicionamiento gástrico puede ser una buena técnica para disminuir la incidencia de dehiscencias anastomóticas en la gastroplastia cervical.