Hemos leído con gran interés el artículo escrito por Abrisqueta1 con el título «Estimulación del asa eferente previa al cierre de ileostomía».
Presentamos el caso clínico de una paciente mujer de 55 años de edad que, en el proceso diagnóstico de tenesmo rectal y rectorragias, fue diagnosticada de un adenocarcinoma de recto de 3cm, localizado a 5cm del margen anal con afectación concéntrica, y presencia de 3 nódulos en la grasa mesorrectal (UT3N1-2). Tras el tratamiento neoadyuvante (radioterapia hasta 50,4Gy concurrente con capecitabina), se intervino en julio de 2012, realizando resección anterior baja, con ileostomía de protección en flanco derecho.
Durante el tratamiento adyuvante se realizó un enema opaco a través del ano para confirmar la integridad de la anastomosis; tras el tratamiento quimioterápico se realizó también un estudio de extensión que descartaba la presencia de enfermedad tumoral.
A partir del mes de noviembre, se inició el tratamiento para la estimulación del intestino eferente. En nuestro caso, iniciamos con 300 cc de suero salino fisiológico tibio introducido a través de una sonda de Foley. Se planteó la repetición del proceso semanalmente para incrementar hasta 500 cc la estimulación; tras la publicación on line del artículo de Abrisqueta, continuamos incluyendo en el suero salino espesante nutricional (Resource Espesante®, Nestlé Healthcare Nutrition, Vevey, Suiza). Una semana antes de la cirugía para la reconstrucción del tránsito intestinal, se llevó a cabo la estimulación diaria incluyendo en la solución el contenido de un envase de laurilsulfato sódico acetato y citrato trisódico, con intención de llevar a cabo una preparación anterógrada del segmento excluido. Durante todo el proceso, la paciente se encontró asintomática, refiriendo la necesidad de evacuación por vía anal. Se procedió a la resección del estoma realizando una anastomosis laterolateral mecánica, evidenciándose un asa eferente de un calibre similar al asa aferente. La paciente evolucionó satisfactoriamente, iniciando el peristaltismo a las 24 h postoperatorias, siendo dada de alta con tránsito conservado al cuarto día postoperatorio.
Consideramos que la estimulación del asa eferente es imprescindible para evitar la atrofia del segmento intestinal excluido y, por tanto, el íleo postoperatorio y las complicaciones derivadas del mismo. En nuestro caso, a pesar de realizar la instilación de un laxante osmótico, se evidenció la presencia del contraste del enema opaco en una radiografía simple de abdomen a las 72 h. Coincidimos con Abrisqueta en la reeducación del paciente para el control de los esfínteres; en nuestro caso, también recomendamos a la paciente la realización de los ejercicios de Kegel2.
La demostración futura de la utilidad de este procedimiento mediante estudios prospectivos comparativos para analizar los beneficios de la estimulación intestinal previa al cierre de ileostomía llevaría a la necesidad de establecer protocolos para que cada paciente realizase diariamente y en su domicilio para la estimulación del segmento excluido.