Hemos leído con gran interés el artículo de Pérez-Duarte et al.1 y felicitamos a los autores por su excelente revisión en el campo de la ergonomía en cirugía laparoscópica y la necesidad de que nociones básicas de esta ciencia formen parte de la formación de los cirujanos, pero queremos realizar algunas consideraciones, fruto de nuestro interés en la ergonomía quirúrgica2:
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Respecto a la posición del monitor, es evidente que este debe situarse frente al cirujano y a la altura de sus ojos, pero discrepamos en la colocación del segundo monitor. La cirugía laparoscópica no es labor que se realice en solitario, y los ayudantes en cirugía laparoscópica sufren estrés postural al igual que el cirujano principal3. Pensamos que el segundo monitor debe colocarse a la derecha del paciente, frente a los ojos del ayudante.
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En el diseño de los agarres del instrumental, que son causa de lesiones importantes en los dedos de los cirujanos hay muchos estudios sobre tipo de agarre (en línea, bola, pistola…), pero no se menciona en el trabajo de Pérez-Duarte la dificultad que supone para las cirujanas trabajar con instrumentos diseñados para ser manejados por manos que usan una talla de guante 7,5-8 y no una 6-6,5 que son los números habituales para nosotras ya que el apoyo palmar adecuado, sin introducir el pulgar en la anilla de la pistola es difícil de obtener para manos pequeñas. Existen estudios4 que ponen en evidencia las dificultades que las mujeres cirujanos experimentamos en la vida diaria de la laparoscopia por un diseño del instrumental que en absoluto tiene en cuenta nuestras características, sobre todo la fuerza necesaria que hay que ejercer para cerrar determinados tipos de endograpadoras. Desde aquí insistimos a la industria la creación de una «línea rosa» de instrumental quirúrgico laparoscópico.