Las revoluciones de las que estamos siendo testigos en el mundo de la cirugía van a determinar la forma de entender el abordaje quirúrgico en los próximos años. Desde la implantación de la cirugía mínimamente invasiva, constantemente se han desarrollado innovaciones que facilitan que el abordaje laparoscópico llegue más lejos y se aplique cada vez a más procedimientos. En los últimos años estamos inmersos en otra época de revoluciones tales como la cirugía robótica, la aplicación de inteligencia artificial y la cirugía guiada por imagen. Esta última incluye las reconstrucciones 3D para la planificación quirúrgica, la realidad virtual, los hologramas o la cirugía guiada por trazadores, donde la florescencia guiada por verde de indocianina (ICG) ha supuesto una forma distinta de enfocar la cirugía.
El ICG se ha utilizado para identificar estructuras anatómicas, para valorar la perfusión de tejidos, para identificar tumores o el drenaje linfático de los mismos. Pero lo más importante, es que esta tecnología ha venido de la mano de un potencial desarrollo de otro tipo de trazadores, que facilitarán la identificación de células tumorales, uréteres, de diferentes haces de luz para identificar estructuras anatómicas, derivando a otro tipo de sistemas para valorar la oxigenación de los tejidos sin uso de trazadores, como las imágenes hiperespectrales. Todo esto aunado a la llegada de la cuantificación del ICG representa una revolución real en el mundo quirúrgico. Con la inminente implementación de este desarrollo tecnológico, es oportuna una revisión de su aplicación clínica en la cirugía general y esta revisión tiene ese objetivo.
The revolution that we are seeing in the world of surgery will determine the way we understand surgical approaches in coming years. Since the implementation of minimally invasive surgery, innovations have constantly been developed to allow the laparoscopic approach to go further and be applied to more and more procedures. In recent years, we have been in the middle of another revolutionary era, with robotic surgery, the application of artificial intelligence and image-guided surgery. The latter includes 3D reconstructions for surgical planning, virtual reality, holograms or tracer-guided surgery, where ICG-guided fluorescence has provided a different perspective on surgery.
ICG has been used to identify anatomical structures, assess tissue perfusion, and identify tumors or tumor lymphatic drainage. But the most important thing is that this technology has come hand in hand with the potential to develop other types of tracers that will facilitate the identification of tumor cells and ureters, as well as different light beams to identify anatomical structures. These will lead to other types of systems to assess tissue perfusion without the use of tracers, such as hyperspectral imaging. Combined with the upcoming introduction of ICG quantification, these developments represent a real revolution in the surgical world. With the imminent implementation of these technological advances, a review of their clinical application in general surgery is timely, and this review serves that aim.
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