La patología venosa, especialmente las varices, tienen una prevalencia elevada y generadora de listas de espera que frecuentemente motivan quejas y reclamaciones que son recogidas y resaltadas por la prensa.
No es el momento de discutir si esta lista de espera ha de justificar la alarma social que habitualmente genera y que obliga al político de turno a actuar para que disminuyan o desaparezcan. Por este motivo se crean peonadas específicas, se conciertan acuerdos con hospitales privados o se acepta que profesionales de otra especialidad, especialmente cirujanos generales, asuman el tratamiento quirúrgico.
La mayoría de cirujanos vasculares estamos de acuerdo de que no debería ser así, ya que la alarma no está justificada. Más del 80% de los pacientes que consultan por varices, las padecen desde hace varios años; la evolución es benigna y utilizando terapia de compresión la posibilidad de complicaciones es casi nula. Los casos que acuden con complicaciones (flebitis, ulceras, varicorragias), suelen atenderse en un plazo corto con el fin de detener su evolución y el resto, habitualmente, se intervienen en plazos menores de 6 meses.
Dentro del Capítulo Español de Flebología de la SEACV (CEF) coincidimos diferentes especialistas que tratamos las varices tanto en su aspecto estético como patológico. Es dentro del ámbito del CEF donde apoyamos y aplaudimos cualquier iniciativa que ayude a mejorar la atención de nuestros pacientes, venga de donde venga. Nunca nos negaremos a que en las zonas donde no haya cirujanos vasculares la cirugía de varices la lleven a cabo cirujanos generales; siempre que la realicen dentro de una práctica clínica correcta y al paciente se le ofrezca la mejor técnica para su problema.
Habitualmente, los cirujanos generales, ni disponen de la formación necesaria para poder ofrecer todas las posibilidades, tanto diagnosticas como terapéuticas y los pacientes que tratan, son en una gran mayoría sometidos a fleboextracción.
Existen cirujanos generales implicados en el CEF que participan en nuestros congresos con asistencia y ponencias y que demuestran estar al día y practicar una asistencia correcta. Uno de ellos es el Dr. Germán Morales Cuenca, cirujano General de Hospital José Ma Morales Meseguer de Murcia, miembro agregado del CEF desde el 2007 y autor de una carta al Director de esta Revista1. En ella trata el tema de la formación en flebología de los MIR de Cirugía General y opina o concluye que los Cirujanos Vasculares nunca podremos asumir por completo esta enfermedad y, que como tienen recursos suficientes, deberían formar mejor a sus residentes en los aspectos flebológicos.
Si revisamos el programa formativo de la especialidad de Cirugía General y del Aparato Digestivo en lo referente a la Cirugía Vascular: (ORDEN SCO/1260/2007, de 13 de abril, por la que se aprueba y publica el programa formativo de la especialidad de Cirugía General y del Aparato Digestivo).
Nos damos cuenta de que los propios cirujanos generales y su comisión nacional han asumido, razonablemente, cual ha de ser su papel en el tratamiento de la patología vascular (asumir urgencias vasculares en ciertos ambientes y conceptos básicos de la Cirugía Vascular). No aparece en ningún momento la patología varicosa.
Nadie puede negar el papel que desempeñan los cirujanos generales en la atención a los pacientes con varices y que muchos, como el Dr. Morales, están realizando una práctica excelente, pero no es así en todos lados e incluso algunos realizan las intervenciones forzados y a disgusto.
Por ello, la inercia y el esfuerzo deberían dirigirse a que todas las áreas geográficas de España y sus habitantes tengan las posibilidades de ser tratadas por especialistas y con las técnicas diagnósticas y terapéuticas más eficaces.
Trabajemos juntos, pero con un horizonte diferente al que plantea el Dr. Germán Morales y sus colaboradores.