En primer lugar quiero agradecer al Dr. Escudero que se haya hecho eco de nuestra carta al director y participe en nuestra revista. También le agradezco las frases en la que halaga mi modesta práctica asistencial, y que no pueden ser sino consecuencia de la cordial relación que me une con él y con los miembros de la Junta Directiva del Capítulo Español de Flebología (CEP). A este respecto, aprovecho para reconocerles el cordial trato que se nos dispensa dentro del CEP, tanto a mí como a otros cirujanos generales (CGD).
Pero dicho lo anterior quiero discrepar con él en algunas cuestiones: Desde mi punto de vista el papel a jugar por los CGD en la flebología no debe entenderse como un papel complementario o secundario al de los cirujanos vasculares (ACV), en cuyo caso si que se entenderían los argumentos del Dr. Escudero. Todo lo contrario, mi opinión y la de muchos CGD que han contactado conmigo a raíz de la publicación de los resultados de la encuesta publicada en esta revista1, es que los CGD que estamos interesados en esta patología debemos jugar un papel cuando menos similar a los que juega un ACV. Por ello es por lo que en mi carta a la comisión de mi especialidad, a la que en realidad va dirigida, no al CEP, reclamo la posibilidad de una formación propia que permita que el CGD que quiera hacer flebología se haya formado en condiciones y pueda realizar una práctica tan excelente como la que ejecuta un vascular. Que no tenga que ocurrir lo que me ha pasado a mi y a otros compañeros, que nos hemos tenido que formar por nuestra cuenta mediante los escasos cursos organizados por el CEP o irnos a otros países donde sí que existe formación flebológica.
Por último, quiero hacer mención a algunos hechos que creo que son de interés para tener una mejor perspectiva sobre el presente y futuro de la flebología:
- a)
La cuestión que se plantea en esta carta sobre quién debe atender a estos pacientes es un problema generalizado a nivel mundial. Dada su elevada prevalencia y el amplio espectro de la enfermedad venosa, es muy difícil que los ACV, ni aquí ni en ningún otro país, puedan atender estos pacientes en exclusiva. En muchos países esta patología se comparte, en igualdad de condiciones, entre ACV, CGD, dermatólogos, médicos de familia e incluso radiólogos intervencionistas. Por ejemplo, el presidente de la Sociedad Alemana de Flebología, el Dr. Rabe, es dermatólogo, y pese a ello es el actual presidente de la Unión Internacional de Flebología, la organización flebológica más prestigiosa a nivel mundial.
- b)
El desarrollo continuo de nuevos procedimientos terapéuticos, la creciente demanda de mejores resultados y el gran volumen de publicaciones flebológicas que cada año va en aumento, están conduciendo a que esta disciplina sea considerada como una especialidad propia e independiente, como ya ocurre en algunos países. En EE.UU., por poner un ejemplo emblemático, la American Medical Association ya ha reconocido esta circunstancia2.
- c)
Los nuevos tratamientos endovasculares están desplazando la cirugía clásica, y grandes multinacionales como Covidien o BTG ya se están posicionando en dichas innovaciones. Va a pasar algo parecido a lo que ocurrió con la laparoscopia en nuestra especialidad en los años 90. Si siempre hemos operado varices y aun seguimos haciéndolo en la mayoría de hospitales públicos, ¿por qué los CGD no podemos estar posicionados ante estas nuevas y tentadoras circunstancias?