Se revisa el estado actual de los conceptos que definen una buena técnica bariátrica y se actualizan la forma de presentación de los resultados ponderales y los criterios de éxito a largo plazo.
Los conceptos enunciados por Fobi y Baltasar siguen estando vigentes para definir una técnica quirúrgica correcta: a) segura, con una morbilidad menor del 10% y una mortalidad inferior al 1%; b) efectiva, con pérdidas del exceso de peso superior al 50% en más del 75% de los pacientes a los 5 años de seguimiento; c) reproducible con facilidad, de tal forma que los resultados de los distintos centros que la realicen sean comparables; d) con porcentajes de revisión menores del 2% anual; e) que ofrezca una buena calidad de vida, o que no la altere de una forma manifiesta, por la imposibilidad de realizar una ingesta adecuada, presencia de vómitos de repetición o diarreas permanentes; f) con efectos secundarios mínimos sobre órganos o sistemas, y g) fácilmente reversible.
El análisis de la pérdida ponderal debe realizarse exclusivamente utilizando el porcentaje del exceso de peso perdido y/o los cambios en el índice de masa corporal expresados como porcentaje de índice de masa corporal perdido o porcentaje del exceso de índice de masa corporal perdido. Asimismo, se recomienda indicar la desviación estándar de la medida calculada (no los límites máximo y mínimo), el número de pacientes seguidos y el número de pacientes utilizados en cada momento del estudio. Global o individualizadamente, los resultados deben ser separados en los obesos mórbidos y superobesos, y en situaciones más específicas habría que considerar otros subgrupos, según la edad, la etnia, el estado socioeconómico, las comorbilidades específicas, si se trata de una operación inicial o de una reoperación o una comparación entre la técnica original y la realizada con una modificación técnica importante. El tiempo mínimo para la valoración de los resultados debe ser de 5 años.
Los resultados no deben valorarse sólo según las modificaciones ponderales, sino que deben tenerse en cuenta la evolución de las comorbilidades y los factores derivados del propio paciente que, en conjunto, definen la calidad de vida utilizando el sistema BAROS, aunque éste debe ser revisado.
The present article reviews current concepts defining a good bariatric technique and updates the presentation of weight loss results and the criteria for long-term success.
The concepts formulated by Fobi and Baltasar are still used to define a good surgical technique: a) safe, with less than 10% morbidity and less than 1% mortality; b) effective, with excess weight loss of over 50% in more than 75% of patients at 5 years of followup; c) easily reproducible so that the results of different centers performing the procedure are similar; d) a percentage of revision of less than 2% annually; e) providing good quality of life or producing no overt alterations in quality of life due to the impossibility of adequate intake, repeated vomiting or permanent diarrhea; f) minimal adverse effects on organs and systems, and g) easily reversible.
Analysis of weight loss should be performed exclusively using the percentage of excess weight loss (EWL) and/or changes in the body mass index (BMI) expressed as percentage of the BMI lost (%BMI) or percentage of excess BMI lost (PEBMIL). Likewise, indication of the standard deviation of the measure calculated (not upper and lower values), the number of patients followed-up, and the number of patients included at each point of the study is recommended. Globally, or individually, the results in the morbidly obese and the superobese should be presented separately and, in more specific situations, other subgroups should be considered: age, ethnic group, socioeconomic status, specific comorbidities, initial operation or reoperation or comparison between interventions performed using the original technique and those performed using a substantial modification to the technique. The minimum period for assessment of results should be 5 years.
Assessment of results should not be based on weight loss alone but should also include changes in comorbidities and factors that depend on the patient which, together, define quality of life according to the BAROS system, although this system should be revised.