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Vol. 68. Núm. 5.
Páginas 515-516 (noviembre 2000)
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Mesotelioma peritoneal quístico benigno. Presentación de un caso
Bening cystic mesothelioma of the peritoneum. A case report
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AM. González Vitoresa, ML. Garzo Pipoa, M. Pujadas Moratóa, S. Muñoz Colladoa, J. Moreno Amezcuaa
a Servicio de Cirugía General y de Aparato Digestivo (Dr. J. Moreno Amezcua). Hospital de l' Esperit Sant. Santa Coloma de Gramenet. Barcelona.
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Sr. Director:

El mesotelioma peritoneal quístico benigno es un tumor derivado del mesenterio, de rara presentación, que se caracteriza por múltiples quistes adheridos a la cavidad abdominal o pélvica1. La etiología es desconocida y suele ser más frecuente en mujeres, entre la cuarta y quinta décadas de la vida. A pesar de su tendencia a recidivar, nunca se ha demostrado su degeneración maligna. La sintomatología suele ser dolor abdominal y la existencia de una masa abdominal palpable. La severidad de los síntomas parece estar relacionada con el tamaño y la localización del quiste2. El diagnóstico de confirmación sólo se hará en el momento quirúrgico, que consistirá en la resección de la tumoración3.

Presentamos el caso de una mujer de 30 años de edad, sin antecedentes patológicos de interés, que acudió al servicio de urgencias por presentar dolor en fosa ilíaca derecha (FID) de 4 días de evolución, con náuseas y vómitos y febrícula de 37,3 °C. No presentaba sintomatología miccional ni cambio en el ritmo deposicional.

En la exploración física destacaba febrícula y dolor en FID, con masa palpable en dicha localización, de unos 4 * 4 cm de diámetro, no móvil, fija y adherida a planos profundos, sin signos de irritación peritoneal.

Las pruebas analíticas se hallaron dentro de la normalidad, así como la radiología de tórax y abdomen. La exploración ginecológica, así como la ecografía transvaginal, fueron normales.

La ecografía abdominal fue informada como absceso en FID de 4 * 5 * 3 cm de diámetro, periapendicular, con líquido libre entre asas, sin poder descartar que se tratara de un tumor de mesenterio.

La paciente fue sometida a intervención quirúrgica bajo la sospecha de absceso periapendicular, hallando una tumoración de 4 * 5 * 5 cm de diámetro, multiquística, arracimada, dependiente del mesenterio y adherida a colon derecho (fig. 1); asimismo, objetivamos varias adenopatías de 1 cm de diámetro en el mesenterio, siendo el apéndice normal; se practicó resección local de la tumoración y apendicectomía.

La anatomía patológica demostró que se trataba de un mesotelioma peritoneal quístico benigno.

La paciente siguió un curso postoperatorio favorable, siendo dada de alta al quinto día del postoperatorio.

Los mesoteliomas se originan del revestimiento pleural, pericárdico y peritoneal1, siendo la localización más frecuente la pleura (60-80%), seguida del peritoneo (15%) y el pericardio (10%); también ha sido descrita su localización en las túnicas vaginales de los sacos herniarios y testículos4. Entre los mesoteliomas peritoneales, existen tres tipos: el mesotelioma adenomatoide benigno, que es la forma más común y suele ser un hallazgo laparotómico o laparoscópico, dado que en la mayoría de los casos es asintomático, el mesotelioma peritoneal quístico, que es el más infrecuente de los mesoteliomas, y es benigno pero de comportamiento recidivante, y el mesotelioma peritoneal maligno, que constituye entre el 10 y el 25% de los mesoteliomas5.

El primer mesotelioma fue descrito en 19086, y se trataba de un mesotelioma peritoneal maligno. A diferencia del mesotelioma quístico benigno, éste predomina en varones entre la quinta y sexta décadas de la vida7. Se ha establecido una asociación entre la exposición al asbesto y el mesotelioma maligno, pero no existe correlación alguna con el benigno8.

El mesotelioma peritoneal quístico benigno es una neoplasia extremadamente rara y, aunque de etiología desconocida, aparece con más frecuencia en mujeres con antecedentes de cirugía abdominal, endometriosis o enfermedad inflamatoria pélvica, lo que apuntaría hacia una etiología reactiva9,10.

La forma de presentación clínica del mesotelioma peritoneal benigno suele ser dolor abdominal de características inespecíficas y la presencia de una masa abdominal palpable a la exploración física, acompañándose ocasionalmente de síndrome febril, síndrome miccional y distensión abdominal10.

El diagnóstico preoperatorio lo puede sugerir la radiología, la ecografía abdominal, la tomografía computarizada y la resonancia nuclear magnética, permitiendo describir los quistes intraabdominales. También la citología aspirativa puede facilitar la detección de este tumor10, pero el diagnóstico definitivo se hará en el momento quirúrgico3, hallándose una masa multiquística con lesiones translúcidas, recubiertas de células planas, cuboideas o, en ocasiones, en forma de clavas y con papilas arracimadas en el lumen del quiste. El diagnóstico definitivo se efectuará en el postoperatorio con la microscopia electrónica y/o el estudio immunohistoquímico, que evidenciarán las típicas microvellosidades de las células mesoteliales11.

El tratamiento siempre es quirúrgico y consiste en la resección completa de la tumoración. Si la cirugía no es posible por afectar la tumoración estructuras vitales se procederá a la marsupialización de los quistes10.

Ni la quimioterapia ni la radioterapia han demostrado su utilidad en este tipo de tumor10.

A pesar de que no se trata de una tumoración maligna, dado que no es un tumor invasor ni metastatizante5, el mesotelioma peritoneal quístico benigno puede recurrir entre un 25 y un 50%, según los diferentes autores3,11, siendo necesaria una nueva resección quirúrgica11, lo cual hace que este tumor se considere en el límite de la malignidad dado el gran número de intervenciones que requiere para la exéresis de las tumoraciones quísticas recurrentes10.

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