El linfangioma quístico mesentérico es un tumor benigno de origen congénito, poco frecuente y de predominio en la edad pediátrica1. Suele ser asintomático y se diagnostica, como hallazgo casual, en las pruebas de imagen realizadas por otra causa. En ocasiones, puede dar manifestaciones clínicas y presentarse como masa abdominal palpable, oclusión intestinal o signos de irritación peritoneal2.
Presentamos el caso de un varón de 19 años, alérgico a penicilinas y derivados, intervenido por estenosis hipertrófica de píloro en la infancia.
El paciente acudió a urgencias con clínica de dolor abdominal intenso de 24h de evolución y fiebre. A la inspección general impresiona de gravedad, y en la exploración presenta dolor abdominal difuso, más intenso en hipogastrio y fosa ilíaca derecha (FID), con defensa involuntaria y signos de irritación peritoneal. Los resultados de la analítica de urgencias se encuentran dentro de la normalidad. En la radiografía de abdomen no se aprecian signos de obstrucción o neumoperitoneo. En la tomografía computarizada (TC) se observa abundante líquido libre subhepático, en el canal paracólico derecho y FID. No se visualiza apéndice ni gas ectópico. Informan de una masa quística de 5cm de diámetro, de paredes finas y densidad grasa. Se localiza entre asas yeyunales y es compatible con linfangioma quístico, que no parece estar complicado (fig. 1).
Con el diagnóstico de abdomen agudo de etiología no filiada, se decide realizar una laparoscopia exploradora, que se convierte a laparotomía porque la dilatación de asas de intestino delgado y un abundante líquido de aspecto lechoso impedían una buena visualización. Al inspeccionar la cavidad abdominal evidenciamos, además del líquido blanquecino, una tumoración quística perforada en un área pequeña de unos 0,5cm, y adherida a un asa de yeyuno (fig. 2). Se realizó la exéresis completa del quiste, lavado de la cavidad abdominal con suero fisiológico y drenaje tipo Penrose en fondo de saco de Douglas. El postoperatorio del paciente cursó sin complicaciones, y se le dio el alta al quinto día.
Los linfangiomas quísticos mesentéricos son lesiones intraabdominales raras de etiología poco conocida. Su aparición es más frecuente en niños, lo que apunta a un origen congénito. Algunos autores opinan que se deben a errores en el desarrollo embriológico del sistema linfático y venoso con la aparición de shunts entre ambos3,4. Sin embargo, otros piensan que no son congénitos y aparecen como consecuencia de traumatismo intestinal5, cirugía previa o radioterapia.
Si producen síntomas, suelen presentarse en la infancia como cuadros de oclusión intestinal por invaginación o vólvulo. En adultos, pueden dar síntomas en forma de distensión abdominal, masa palpable, cuadros suboclusivos de repetición u originar abdomen agudo por oclusión abdominal o rotura quística con los consecuentes signos de irritación peritoneal3.
Para su diagnóstico son muy importantes las pruebas de imagen como la ecografía o la TC, donde se describen las dimensiones, características del tumor y si hay alguna complicación concomitante, hecho que aconteció en nuestro caso. En ocasiones, se requiere una laparoscopia o una laparotomía exploradora para exéresis del linfangioma mesentérico y estudio anatomopatológico con el fin de filiar la etiología.
Aunque la mejor opción es la resección del linfangioma, en alguna ocasión se requiere de resección intestinal por estar infiltrada la pared o la vascularización del segmento digestivo de vecindad6.