Presentamos un caso clínico ya publicado en esta Revista1, de una paciente de 18 años que fue intervenida por carcinoma de paratiroides y que, a pesar de la intervención radical inicial realizada (paratiroidectomía, hemitiroidectomía y linfadenectomía yugular del lado afecto), ha presentado varios episodios de recidiva que han requerido tres nuevas intervenciones.
Tuvo la primera recidiva 6 años después de la primera intervención, y se realizó extirpación del resto de paratiroides (las glándulas derechas). Al año de esta intervención, presentó nueva recidiva y fue intervenida en un Hospital de Marsella, en el que se le extirpó un nódulo paraesofágico. A los 5 años de esta, sufrió de nuevo recidiva de la enfermedad a nivel cervical, donde apareció un nódulo retrotraqueal, por lo que la paciente fue intervenida en el mismo hospital, pero no se consiguió resecar ningún tejido tumoral.
Actualmente, transcurridos 13 años desde el inicio de la enfermedad y después de estas cuatro intervenciones realizadas en otros centros, se remitió a la paciente a nuestro hospital por recidiva clínica, presentando cifras de PTH de 399,4 pg/dl y de Calcio de 14mg/dl. En la RM y la TC cervical, se observó un nódulo retrotraqueal de 20×10 mm. En la gammagrafía con Tc sestamibi no hubo captación a nivel cervical. Realizamos endoscopia alta y tránsito esofagogastroduodenal, y en ambos se observó compresión extrínseca del esófago cervical. Se intervino a la paciente realizando resección del nódulo retroesofágico. Durante el postoperatorio disminuyeron las cifras de PTH a 26 pg/dl y las de calcemia, a 9,9 mg/dl, y se le dio el alta hospitalaria al tercer día postoperatorio. El análisis anatomopatológico confirmó la infiltración del nódulo por carcinoma de paratiroides, se observó escasas mitosis y se calculó un Ki-67 < 5%. La paciente ha sido revisada en consultas externas durante los 12 meses posteriores, sin evidencia de recidiva.
Este caso refleja la tendencia recidivante del carcinoma de paratiroides a pesar del correcto tratamiento inicial, posibilidad que aumenta en casos que presentan invasión local, metástasis en ganglios regionales o un índice de Ki67 ≥ 10%2.
En los casos de recidiva, el tratamiento quirúrgico no supone una cura definitiva de la enfermedad, pero sí un tratamiento paliativo bioquímico y clínico que reduce la hipercalcemia y mejora la supervivencia de estos pacientes, que mueren fundamentalmente por complicaciones derivadas de ella3. Estas reintervenciones llevan asociadas un aumento sustancial de morbilidad4.
Entre los estudios de localización de los que disponemos, la ecografía, la TC y la RM son muy sensibles para el diagnóstico de las recidivas cervicales, mientras que las dos últimas son más sensibles para las recidivas mediastínicas y pulmonares. Se recomienda la realización de más de un método de localización y se considera que sólo la gammagrafía no tiene falsos positivos3, si bien en ocasiones es negativa.