Sr. Director:
Hemos leído con interés la Nota Clínica de Gelabert y Fernández en la que presentan un caso de introducción intracra neal inadvertida de una sonda gástrica por vía nasal1. Estamos de acuerdo con los autores en la gravedad de esta complicación y su elevada mortalidad. Sin embargo, pensamos que no queda suficientemente claro la forma de evitarla, dado que los autores afirman en la discusión que "en este tipo de accidentados debe realizarse siempre la colocación de la sonda con visualización directa con laringoscopia, con el empleo de un broncoscopio y, si es preciso, con la ayuda de unas pinzas de Magill", sin mencionar lo esencial, es decir, que la vía de elección para introducir la sonda gástrica en los enfermos con traumatismo cráneoencefálico grave y sospecha de fractura de base de cráneo es la vía oral (sondaje orogástrico). En los protocolos del Soporte Vital Avanzado en Trauma del Colegio Americano de Cirujanos2 se establece la siguiente secuencia de actuación inicial: a) asegurar una vía aérea permeable con control de la columna cervical; b) asegurar una adecuada ventilación y oxigenación; c) tratar el shock, controlar las hemorragias externas y monitorizar al paciente; d) miniexamen neurológico mediante la exploración pupilar y puntuación en la Escala de Coma de Glasgow, y e) desnudar al paciente y colocar sondas urinaria y gástrica si no existe contraindicación. Así como se contraindica el sondaje urinario ante la sospecha de rotura uretral (sangre en meato, hematoma testicular), la sospecha de fractura de base de cráneo contraindica la colocación de sonda gástrica por vía nasal, debiéndose proceder a la colocación de la misma por vía orogástrica. La vía oral evita el contacto de la sonda con la nasofaringe y la lámina cribosa, impidiendo la introducción de ésta en el cráneo. El sondaje orogástrico es sencillo de realizar, más incruento, y está indicado siempre en traumatismos craneoencefálicos graves (ECG < 9) donde la intubación endotraqueal es obligada3. Por otra parte, las pinzas de Magill no evitan en sí esta complicación, como afirman los autores; simplemente es un instrumento que facilita la introducción de la sonda cuando la técnica se realiza bajo laringoscopia directa y tanto por vía oral como nasal.
En resumen, en todo enfermo con traumatismo craneoencefálico grave y sospecha de fractura de base de cráneo (hematoma en mastoides, naso u otolicuorrea, otorragia, "ojos de mapache", etc.) está indicado siempre el sondaje gástrico por vía oral (sondaje orogástrico)4.