Las alteraciones en los parámetros de la coagulación constituyen una dificultad añadida en los pacientes susceptibles de una intervención quirúrgica urgente1–3. Esta situación (coagulopatía adquirida), frecuente en la práctica clínica diaria de todas las especialidades quirúrgicas que realizan procedimientos invasivos en el área de Urgencias, en ocasiones genera incertidumbre, retraso en la instauración del tratamiento operatorio o la aplicación de un rango excesivamente heterogéneo y variable de medidas profilácticas de la hemorragia perioperatoria1,4–7.
No existe consenso universal respecto a la profilaxis preoperatoria de la hemorragia en pacientes con alteraciones de la coagulación y candidatos a un procedimiento quirúrgico urgente1,2,8. La vitamina K, el plasma fresco congelado, el complejo protrombínico, la antitrombina iii, la desmopresina, la transfusión plaquetaria, el sulfato de protamina y el factor viia recombinante constituyen algunas de las medidas más eficaces1,3,4,9,10.
El Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo, la Unidad de Trombosis y Hemostasia y el Comité de Tromboembolismo del Hospital Universitario de Bellvitge han elaborado un protocolo conjunto para el tratamiento preoperatorio de los trastornos de la coagulación en urgencias quirúrgicas en virtud del carácter “urgente” o “inmediato” de la intervención, la administración concomitante de fármacos antiagregantes, anticoagulantes orales, heparinas de bajo peso molecular o heparina sódica, el grado de alteración de los parámetros de coagulación (tiempo de protrombina e INR), la presencia de comorbilidad asociada y el proceso clínico subyacente (sepsis, hepatopatía, antecedentes cardiovasculares e insuficiencia renal) (fig. 1).
El objetivo primario de este protocolo es minimizar en la medida de lo posible la hemorragia perioperatoria en pacientes con alteraciones de los parámetros de la coagulación y candidatos a una intervención quirúrgica urgente mediante un consenso elaborado a la luz de los conocimientos actuales y, por extensión, disminuir la tasa de complicaciones y la mortalidad asociadas a procedimientos quirúrgicos urgentes.