La práctica clínica habitual nos muestra la gran variabilidad existente en las formas de tratar una misma patología, así como en los recursos utilizados y resultados obtenidos. Las vías clínicas constituyen una herramienta útil para disminuir dicha variabilidad, ajustar los recursos y aumentar la calidad en la atención de los pacientes. En el presente estudio presentamos nuestra experiencia y resultados de la implantación de la vía clínica para cirugía colorrectal electiva diseñada con el fin de aplicarla en un hospital general básico.
Pacientes y métodosUn total de 43 pacientes fueron intervenidos de forma programada de patología colorrectal durante el período de febrero a diciembre de 2002. Los objetivos del presente estudio fueron: 1) elaboración e implantación de la vía clínica de cirugía colorrectal electiva a todos los pacientes susceptibles; 2) definición de criterios, indicadores, estándares de calidad y su evaluación, y 3) mejora de la información al paciente.
ResultadosSe incluyó el 100% de los pacientes susceptibles de entrar en la vía clínica para cirugía colorrectal electiva. La aparición de complicaciones (28%; estándar < 20%) durante el postoperatorio obligó a la salida de la vía clínica a un total de 12 pacientes. La sonda nasogástrica no se colocó o bien pudo ser retirada antes de las 48 h en el 60% de los pacientes (estándar, 80%). De éstos, un 92% pudo iniciar la ingesta de líquidos con buena tolerancia (estándar, 90%). La estancia hospitalaria igual o inferior a 10 días ha sido discretamente inferior al estándar (el 70 frente al 80%), si bien hemos conseguido disminuir en 2 días nuestra media global de estancia hospitalaria. La densidad de variaciones de la vía clínica (11%) se ha adecuado al estándar (10%). La analgesia postoperatoria se ha adaptado a la marcada para la vía clínica en casi todos los pacientes (98%; estándar, 100%) con una eficacia (82%) discretamente inferior al estándar establecido (90%). La entrega por parte de enfermería de la hoja informativa gráfica dirigida al paciente sobre la vía clínica se ha realizado tan sólo en un 72% (estándar, 100%). Se realizó medición de la escala visual analógica (EVA) a un 65% de los pacientes (estándar, 100%). En el 93% de las encuestas para la valoración de la información del paciente, la puntuación ha sido superior a 11 (estándar, 100%).
ConclusionesLas vías clínicas constituyen un compromiso multidisciplinario pero de costosa implantación en los actuales sistemas sanitarios de atención al paciente. A pesar de las dificultades en su implantación, estamos convencidos de que constituyen un sistema de control de calidad de dicha atención, disminuyendo la variabilidad de la práctica clínica, y aumentando la atención personalizada y la información al paciente sobre su enfermedad. La mayor parte de los indicadores analizados en la vía clínica se han aproximado a los estándares fijados previamente. Creemos necesario mejorar el porcentaje de entrega de hojas informativas gráficas al paciente, la medición de EVA, así como el porcentaje de EVA inferior a 4 como criterio de eficacia analgésica.
Daily clinical practice shows great variability in the treatment of particular processes, in the resources used, and in the results obtained. Clinical pathways (CP) are a useful tool for decreasing treatment variability, tailoring resources, and increasing the quality of care. In this study we present our experience and the results of the introduction of a clinical pathway for elective colorectal surgery, designed for application in a basic general hospital.
Patients and methodForty-three patients underwent elective surgery for colorectal disease between February and December, (2002). The aims of the present study were: 1. to plan and introduce the clinical pathway for the elective colorectal surgery of all suitable patients, 2. to define and evaluate criteria, indicators, and quality standards, and 3. to improve the information given to patients.
ResultsWe included all the patients suitable for entering the clinical pathway for elective colorectal surgery. Twelve patients had to leave the clinical pathway due to postoperative complications (28%, standard < 20%). A nasogastric tube was not placed or could be withdrawn within 48 hours in 60% of the patients (standard 80%). Of these, 92% were able to begin a liquid diet with good tolerance (standard 90%). The percentage of patients with a length of hospital stay equal to or less than 10 days was slightly lower than the standard (70% vs 80%), although the overall mean length of hospital stay decreased by 2 days. The percentage of variations from the CP (11%) was close to the standard (10%). Postoperative analgesia was similar to that established by the CP in almost all the patients (98%, standard 100%) with an effectiveness (82%) that was slightly lower than the established standard (90%). Only 72% of patients received the graphic information sheet designed to provide information about the CP from the nursing staff (standard 100%). Visual Analogue Scale (VAS) was measured in 65% of patients (standard 100%). In 93% of the questionnaires evaluating patient information, the score was higher than 11 (standard 100%).
ConclusionsClinical pathways are a multidisciplinary venture, but are difficult to set up in current systems of patient care. Despite the difficulties, we are convinced that they constitute a system of quality assurance, decreasing variability in clinical practice and improving the personal attention and the information given to patients about their diseases. Most of the indicators evaluated in the clinical pathway were similar to previously established standards. We should improve delivery of graphic information sheets to patients and the percentage of VAS measurements, as well as the percentage of VAS scores of less than 4 as a criterion of analgesic effectiveness.