Las infecciones del pie son la principal causa de hospitalización del paciente diabético y conducen con frecuencia a la amputación mayor o menor. En la última década se ha progresado mucho en el manejo clínico de estas infecciones, que depende del uso racional del tratamiento antibiótico, así como de diversos procedimientos quirúrgicos de mayor o menor extensión.
En general, se acepta que los antibióticos sólo están indicados cuando hay signos clínicos claros de infección local. La elección de la pauta antibiótica, así como el manejo intra o extrahospitalario, la vía de administración y la duración del tratamiento, dependen de la gravedad de la infección, distinguiéndose 3 niveles. Los gérmenes implicados en cada uno de estos niveles son diferentes. El tratamiento antibiótico inicial suele ser empírico, mediante una pauta dirigida contra los gérmenes que se espera puedan estar implicados. La demostración de osteomielitis es importante para decidir la duración de la terapia antibiótica y/o la necesidad de tratamiento quirúrgico.
Las maniobras quirúrgicas necesarias oscilan desde un desbridamiento de la úlcera realizado a la cabecera del paciente hasta una amputación menor o mayor, así como el drenaje de abscesos con o sin resección del hueso afectado.
Los mejores resultados se obtienen en pacientes con afección del antepié y una adecuada circulación arterial. Cuando la perfusión arterial del pie es insuficiente, es preciso valorar las posibilidades de revascularización ya que, a menos que ésta se consiga, con frecuencia será necesaria la amputación.
Foot infections are the main cause of hospitalization in diabetic patients and frequently lead to major and minor amputations. In the last decade, great progress has been made in the clinical management of these infections, which depends on the rational use of antibiotic treatment and diverse surgical procedures of greater or lesser extension.
In general, antibiotics are only indicated when there are clear clinical signs of local infection. The choice of antibiotic regimen, as well as its management on an outpatient or inpatient basis, the route of administration and treatment duration depend on the severity of the infection, which can be classified into 3 grades. The microorganisms involved in each of these grades differ. Initial antibiotic treatment is usually empirical, directed against the microorganisms that could be expected to be involved. Findings of osteomyelitis are important in deciding the duration of antibiotic therapy and/or the need for surgical treatment.
The surgical procedures required range from debridement of the ulcer at the patient’s bedside to minor or major amputation, as well as drainage of abscesses with or without resection of the affected bone.
The best results are obtained in patients with involvement of the forefoot and adequate circulation. When arterial perfusion of the foot is insufficient, the possibility of revascularization should be evaluated since, unless it is achieved, amputation is frequently required.