Introducción. El diagnóstico del insulinoma supone a menudo un reto para el clínico debido a la sintomatología con frecuencia vaga de esta tumoración. Una vez comprobada clínica y analíticamente la sospecha diagnóstica, el cirujano se enfrenta al diagnóstico preoperatorio de localización, con frecuencia difícil y que en ciertos casos fracasa con las técnicas de imagen convencionales. En éstos, la determinación de insulina tras la administración intraarterial selectiva de gluconato cálcico contribuye a facilitar dicha localización.
Caso clínico. Entre 1981 y 1997 se han diagnosticado y tratado 4 casos de insulinoma en nuestro centro. Todos los pacientes fueron mujeres y todas presentaron positividad para hiperinsulinismo tras someterse al test del ayuno prolongado. En la última paciente hemos empleado para la localización regional del insulinoma la inyección intraarterial selectiva con gluconato cálcico con muestreo venoso de suprahepáticas, al resultar negativos otros métodos de diagnóstico por imagen, y establecer una aproximación al tratamiento quirúrgico adecuado.
La arteriografía selectiva con estimulación realizada en nuestro último paciente fue positiva, con una elevación de la insulinemia en la vena suprahepática derecha 8 veces superior a la basal entre los 30 y 90 s tras la inyección intraarterial de gluconato cálcico en la arteria esplénica. La prueba transcurrió sin incidencias. Se realizó la exéresis completa de la tumoración con evolución postoperatoria favorable y se confirmó clínica e histológicamente la lesión.
Conclusión. El diagnóstico del insulinoma requiere una confirmación clínica y un estudio de localización certero. La localización regional preoperatoria del insulinoma es factible en la actualidad y el cirujano debe conocer y disponer de estos medios diagnósticos. La técnica de determinación de insulina tras la inyección intraarterial de gluconato cálcico es útil para el diagnóstico de localización del insulinoma, especialmente cuando no puede localizarse por otras técnicas. Debemos esperar el desarrollo de ésta y de otras técnicas de localización y evitar las pancreatectomías "a ciegas", intervención quirúrgica que no está justificada en la actualidad
The diagnosis of an insulinoma is often a challenge owing to the frequently vague symptoms of this disease. Once the suspicion has been confirmed by clinical and analytical findings, it is necessary to locate the lesion preoperatively, an achievement that is often difficult, and in certain cases unsuccessful, with standard imaging techniques. On such occasions, the determination of the insulin level after selective intraarterial administration of calcium gluconate may be a valuable tool.
Between 1981 and 1997, we diagnosed and treated four cases of insulinoma in our center. All the patients were women in whom prolonged fasting disclosed the presence of hyperinsulinism. In one patient in whom other diagnostic imaging methods were unsuccessful, we employed selective intraarterial calcium gluconate injection, after which we collected a blood sample from the suprahepatic veins to determine the most suitable surgical approach.
Poststimulation selective arteriography was positive in our patient, showing an 8-fold increase in the insulin level in right suprahepatic vein with respect to basal levels between 30 and 90 seconds after intraarterial injection of calcium gluconate into splenic artery. The test was uneventful. The tumor was totally excised and the postoperative course was satisfactory. The presence of the lesion was confirmed on the basis of clinical and histological studies.
The diagnosis of insulinoma requires clinical confirmation and preoperative localization of the lesion. The latter is currently feasible through the use of diagnostic means that should be known to and available to the surgeon. The determination of the insulin level after intraarterial calcium gluconate injection is a valuable tool for the localization of the insulinoma, especially when other techniques have failed. The further development of this and other techniques for the localization of these lesions will help to prevent the practice of "blind" pancreatectomy, a procedure that is no longer justified