A propósito del artículo del Dr. Ríos1 en el que refleja, con acierto, la problemática de la cirugía taurina, nos gustaría añadir algunas otras preocupantes razones que debemos considerar.
Si su desempeño «siempre es urgente» y «con alto volumen de actividad», y el objetivo primordial que se persigue es «salvar la vida» in situ, es fácil entender que, sumando falta de experiencia y de equipamiento, nos lleven imperiosamente a malos resultados2.
La calidad asistencial que se requiere no ignora la seguridad clínica que precisa, requiriendo potenciar la investigación en este particular escenario: hay que medir para visualizar; de la misma manera que se estudian los fármacos, debemos conocer la eficacia y la seguridad de las «enfermerías de plaza», tan desiguales en infraestructuras para atender el mismo cometido, lo que induce a considerarlas el talón de Aquiles de la tauromaquia.
La calidad asistencial se basa en ciclos de mejora continua sustentada en tres pilares básicos: 1)estructura: recursos necesarios para cumplir los objetivos materiales, humanos, financieros y organizativos; 2)proceso: serie de tareas interrelacionadas que juntas permiten conseguir los objetivos, y 3)resultado: todo cambio en la salud atribuible al proceso, y se precisa medir los cambios mediante indicadores basados en evidencias científicas3.
El Reglamento Taurino vigente adolece de garantías cuando para los espectáculos taurinos que no sean de primera o segunda dice que «no precisan de anestesiólogo», obviando la alta incidencia de lesiones en el resto (plazas de tercera y festejos populares), sin importar la gravedad de las mismas4.
Por último, queremos dejar en el aire algunas preguntas por ser de respuesta ambigua: ¿Cómo se ejerce la función de inspección y cumplimiento del Reglamento? ¿Qué sociedades científicas han participado en el asesoramiento de los organizadores responsables? ¿Quién responde del mantenimiento de los aparatos de anestesia? ¿Cuáles son los estándares de calidad y seguridad para el desempeño y quién los controla?
Existen muchos huecos que tapar y no debemos mirar para otro lado. Si queremos subsistir debemos ponernos manos a la obra.