Hemos leído con mucho interés el artículo publicado recientemente por Morales-García et al.1, sobre «Consenso de la sección de cirugía mayor ambulatoria de la Asociación Española de Cirujanos sobre el papel de la cirugía mayor ambulatoria en la pandemia SARS-CoV-2», donde demuestran la gran importancia de la cirugía mayor ambulatoria, la cual se vio fuertemente afectada por la pandemia por SARS-CoV-2, adicionalmente exponen una guía detallada de cómo se deben reiniciar y manejar este tipo de procedimientos en época de pandemia. Es por esto, que nos gustaría añadir unos comentarios sobre la situación actual con este tipo de procedimientos en países de Latinoamérica y más específicamente en Colombia.
Anualmente en el mundo se realizan 234 millones de procedimientos quirúrgicos mayores, lo que equivale a un procedimiento por cada 25 personas. Siendo las enfermedades agudas de abdomen las más frecuentes, según reportes, estas causan aproximadamente el 10% de las consultas en los servicios de urgencias y el mayor número de ingresos e intervenciones quirúrgicas2.
Respecto al cáncer, y de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ocasiona 10 millones de muertes al año. Cerca del 70% de las muertes por cáncer se registran en países con ingresos bajos y medianos. El costo total atribuible a la enfermedad en 2010 ascendió a 1,16 billones de dólares americanos3.
En Colombia, las neoplasias son una de las 3 primeras causas de muerte. Entre 2005 y 2013, los tumores malignos de los órganos digestivos y del peritoneo, excepto estómago y colon, causaron el 15,08% del total de muertes. La incidencia del cáncer, en el periodo de 2007-2011 fue cerca de 62.818 casos4.
Teniendo en cuenta el contexto anterior, sabemos la necesidad y la importancia de la realización de procedimientos mayores quirúrgicos, sin embargo, a nivel nacional no existe una guía que enfoque la problemática y dictamine unos parámetros generalizados, si bien, cada institución de salud a nivel nacional ha desarrollado consensos y guías de manejo, siempre es importante una directriz emitida por las asociaciones científicas de cada especialidad5.
Adicionalmente, consideramos de suma importancia implementar estrategias como la «Consulta de acto único», que, aunque se haya considerado en época de pandemia con el fin de disminuir la exposición a posible infección por COVID-19, podría ser una estratégica que permanezca en el tiempo, ya que, puede ofrecer un manejo integral, ágil y cómodo para el paciente.
Por último, queremos agradecer a los autores por estas directrices para el manejo de la cirugía mayor ambulatoria, y consideramos la necesidad de replicar esta guía a nivel nacional con el fin de optimizar la programación de pacientes que requieren este tipo de procedimientos, que, al realizarse, tendrán efecto en la disminución de las tasas de morbimortalidad.