Los primeros estudios de intervención con fibratos en la prevención de la enfermedad cardíaca coronaria se remontan a 1971. Los metaanálisis y revisiones sistemáticas aparecidos en los últimos 5 años confirman que los fibratos reducen el riesgo cardiovascular, especialmente en presencia de dislipemia aterogénica. Este patrón de dislipemia que cursa con hipertrigliceridemia, valores bajos de colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad (cHDL) y predominio de lipoproteínas de baja densidad (LDL) pequeñas y densas, se observa con gran frecuencia en la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico. Se presentan los resultados en macroangiopatía de los 3 principales estudios con fenofibrato en pacientes con diabetes tipo 2: uno, de progresión/regresión de aterosclerosis coronaria (DAIS), y dos, con objetivos clínicos (FIELD y ACCORD). Del análisis de dichos estudios se desprenden implicaciones relativas al abordaje terapéutico más adecuado del paciente diabético y queda patente que el grupo de población que se puede beneficiar de un tratamiento con fenofibrato no es otro que el que presenta una dislipemia aterogénica, y no toda la población diabética en general. Por tanto es imprescindible remarcar la importancia de establecer y alcanzar los objetivos terapéuticos no sólo en cLDL, sino también en cHDL y triglicéridos.
The first intervention studies of fibrates for the prevention of coronary heart disease were performed in 1971. The meta-analyses and systematic reviews published in the last 5 years confirm that fibrates reduce cardiovascular risk, especially in the presence of atherogenic dyslipidemia. This pattern of dyslipidemia, which causes hypertriglyceridemia, low levels of high-density lipoprotein (HDL) cholesterol and a predominance of small, dense low-density lipoprotein (LDL) particles, is often observed in type 2 diabetes and metabolic syndrome. The present article discusses the macroangiopathic results of the three main studies of fenofibrate in patients with type 2 diabetes: one study of progression/regression of coronary atherosclerosis (DAIS) and two with clinical aims (FIELD and ACCORD). Analysis of these studies provides information on a more appropriate approach to diabetic patients and clearly shows that those who could benefit from fenofibrate therapy are patients with atherogenic dyslipidemia rather than the entire diabetic population. Therefore, it is essential to highlight the importance of establishing and reaching therapeutic targets not only in LDL-cholesterol but also in HDL-cholesterol and triglycerides.