INTRODUCCIÓN
La prevalencia de la atresia de íleon o estenosis yeyunoileal es de un caso por 5.0001 recién nacidos. La atresia de íleon distal ocurre en un 36% del total1.
Desde el punto de vista ecográfico, se observan múltiples imágenes anecogénicas de aspecto tabicado que se corresponden a los repliegues de las asas, unas sobre otras, y en su interior se pueden observar partículas flotando1-3, falta de detección del colon normal y circunferencia abdominal desproporcionadamente grande para la fecha de gestación2. El hidramnios se asocia con frecuencia a esta malformación y la ascitis sugiere perforación2.
Fig. 1. Atresia de íleon distal.
Fig. 2. Atresia de íleon distal.
El pronóstico depende del nivel de obstrucción y de si hubo o no peritonitis meconial.
CASO CLÍNICO
Paciente secundigesta de 32 semanas cronológicas, que acude a nuestra consulta prenatal por revisión rutinaria, y que refiere embarazo de curso normal. Parto anterior eutócico. En la exploración ecográfica se objetivan imágenes redondeadas sonoluscentes intraabdominales, compatibles con malformación intestinal, sin evidenciarse otras alteraciones, salvo biometría fetal por debajo de su tiempo de amenorrea. A las 35 semanas de gestación acudió a urgencias por rotura espontánea de membranas, se le practicó cesárea urgente por presentación podálica (nalgas incompletas) y se extrajo un feto varón de 1.900 g. Se trasladó al hospital de referencia tras la estabilización y, a las 24 h, se procedió a cirugía correctora. El neonato evolucionó favorablemente, y actualmente se encuentra sano.
DISCUSIÓN
De las malformaciones intestinales, la atresia de íleon es la más frecuente1 y la asociación con otro tipo de malformaciones o cromosomopatías es elevada1,2,4; en este caso no existió tal correlación. Hacer un correcto diagnóstico prenatal mediante ultrasonidos nos permite planificar el momento idóneo del parto, llevándolo a cabo en un centro con cirugía pediátrica y así mejorar los resultados perinatales5. Se discute cuándo finalizar la gestación, y en principio no hay contraindicación en prolongarla hasta la madurez fetal1,2,6,7 siempre que no exista ascitis fetal, que sería un signo de riesgo inminente de perforación intestinal por íleo meconial2,8; en tal caso, finalizar el embarazo es la postura más prudente por la elevada mortalidad de esta eventualidad; éste no fue nuestro caso. Aunque autores como Schwobel et al propugnan la evacuación mediante punción de la ascitis fetal en el caso de presentarse con la finalidad de disminuir la presión abdominal fetal y alargar todo lo posible la duración del embarazo6. Nosotros nos vimos abocados a terminar la gestación por motivos meramente obstétricos.
El pronóstico de estos recién nacidos es generalmente bueno y dependerá, en gran medida, del diagnóstico prenatal correcto que nos permita un estrecho seguimiento fetal y adoptar la decisión de acabar el parto conjuntamente con cirugía pediátrica en el momento oportuno5 (a ser posible a término).
Este tipo de malformación no interfiere con la vía del parto; por lo tanto, la vía vaginal es de elección2,6. Nosotros optamos por una cesárea por indicación puramente obstétrica (presentación en podálica con feto de bajo peso).
Fig. 3. Atresia de íleon distal.
CONCLUSIONES
Nuevamente, la aportación de los ultrasonidos al diagnóstico prenatal es de capital importancia en el manejo y toma de decisiones en este tipo de malformaciones. El neonato se beneficiará de una planificación terapéutica adecuada adelantándonos a un posible mal resultado perinatal si pasara inadvertido este diagnóstico.