Cuando hace unos meses nos hicimos cargo de la edición de Clínica e Investigación en Ginecología y Obstetricia (CIGO) teníamos la intención de que el Editorial en cada número estuviese dedicado a comentar alguno de los artículos incluidos en dicho número. Sin embargo, la actual pandemia ocasionada por el COVID19, un nuevo virus con una alta capacidad de contagio y con capacidad de provocar un síndrome de distress respiratorio del adulto muy severo, ha hecho cambiar nuestros planes.
Queremos, en primer lugar, recordar a todas aquellas personas fallecidas como consecuencia de esta infección que, probablemente, son muchas más de las que reflejan las cifras oficiales. Recordemos que el primer fallecido por COVID19 en España fue identificado de manera retrospectiva en un análisis post-mortem y que el número de tests diagnósticos por millón de habitantes que se realizan en España está lejos de los que recomiendan los expertos en epidemiología y de los que se han realizado en países que, como Corea del Sur o Japón, han controlado la epidemia de manera más rápida que nosotros. Y, con mucha emoción, queremos recordar especialmente a quien fuera el maestro de muchos de nosotros, el Profesor Juan Antonio Vanrell que ha sido también victima del COVID19. Fue un líder innovador, motivador, un hombre apasionado capaz de transmitir a muchos de nosotros esa pasión por la cirugía mínimamente invasiva o por la fecundación asistida.
Ni es el momento ni nos corresponde a nosotros analizar el papel que han jugado y están jugando las autoridades estatales y comunitarias. Tiempo habrá para ello. Ahora es el momento de seguir luchando contra el virus para desde todos los frentes. A nosotros, como especialistas en Ginecología y Obstetricia nos corresponde especialmente ocuparnos de la salud sexual y reproductiva adoptando medidas como A) informar adecuadamente a nuestras pacientes tanto gestantes como no embarazadas, sobre los riesgos que pueden correr en caso de infección por COVID19; B) seleccionar adecuadamente las pacientes que deben ser operadas en estos momentos, estableciendo aquellos tratamientos alternativos que en estos momentos resulten más seguros y eficaces; C) restringir las visitas presenciales a las estrictamente necesarias poniendo en marcha la asistencia telemática utilizando las herramientas de que hoy en día disponemos; D) poner en marcha las medidas necesarias para disminuir al máximo las visitas a pacientes ingresadas o el número de acompañantes; E) garantizar que el número de profesionales expuestos a la infección sea el mínimo necesario y que estos dispongan de las medidas de autoprotección necesarias; F) mantener otras actividades clínicas, docentes y de investigación en la forma y manera que se garantice al máximo la seguridad de los participantes; G) asimismo, en estos días en que las denominadas “fake-news” están demasiado presentes en nuestras vidas, es también responsabilidad nuestra asegurar que toda la información a nuestras pacientes y a nuestros equipos es real y contrastada.
Mientras las medidas de confinamiento que han sido adoptadas por las autoridades dan los resultados que se esperan y el número de contagios se reducen, debemos, como profesionales de la sanidad, seguir luchando contra el virus desde nuestros puestos de trabajo, sean estos los que sean, y velando por la salud y la vida de nuestras pacientes.
Desde el Consejo Editorial de CIGO queremos desear muchos ánimos a todos aquellos compañeros sanitarios que están en primera línea y enviar un mensaje de esperanza a toda la sociedad. ¡Este virus lo paramos unidos!
