Continua la actualidad en un tema tan transcendente como es el de la osteoporosis.
En efecto, son todavía muchas las mujeres y lo que es peor, los médicos, que siguen pensando que con la administración suplementaria se contribuye de forma sustancial a mejorar la situación de la osteoporosis, olvidando que el problema no radica en la falta de calcio, sino en el mecanismo íntimo de la aparición de la enfermedad, por incremento de actividad de los osteoclastos y disminución de los osteoblastos. En consecuencia, el incremento de la calcemia solo será útil si al propio tiempo se revierte la citada situación.
Por ello, el calcio por sí solo será poco útil, sino se acompaña de la administración de medicación que revierta la situación mencionada. Afortunadamente hoy se dispone de una gran cantidad de fármacos capaces de conseguir el resultado deseado.
La aparición de la osteoporosis también está condicionada por la edad, los antecedentes familiares, la existencia de múltiples factores iatrogénicos y algunos nutricionales y medioambientales, como la inmovilización prolongada, determinadas enfermedades (como la diabetes, las alteraciones tiroideas, las enfermedades inflamatorias crónicas y otras), que también entran en juego. Merecen especial mención el consumo de alcohol y de tabaco, la disminución del aporte de calcio y de vitamina D en la dieta, y la toma prolongada de benzodiazepinas.
Se llevan ya demasiados años tratando este problema para que sea todavía necesario llamar la atención sobres las particularidades que se acaban de mencionar, pero parece imprescindible hacerlo, por cuanto todavía se cometen errores básicos, como el que hemos citado al inicio.
La desmesurada propaganda de productos alimenticios ricos en calcio, no hacen otra cosa que acentuar el problema. Y quizás sería hora de que alguna institución competente en el asunto tomará cartas en el asunto y prohibiera ciertos tipos de publicidad engañosa.