La trombosis de la vena ovárica es una afección poco frecuente asociada a estados de hipercoagulabilidad, generalmente en el período puerperal. Presentamos un caso de trombosis bilateral idiopática de la vena ovárica en una mujer con dolor abdominal bajo.
Ovarian vein thrombosis is an uncommon condition associated with hypercoagulated status, generally in the puerperal period. We report a case of idiopathic bilateral ovarian vein thrombosis in a woman with lower abdominal pain.
La trombosis de la vena ovárica fue descrita por primera vez en 1956 por Austin1. Es una entidad rara, potencialmente fatal, que casi siempre se relaciona con el embarazo, especialmente con el puerperio. Se estima que afecta al 0,15% de las puérperas, siendo más frecuente después de una cesárea. Ocasionalmente también se ha diagnosticado en relación con la enfermedad inflamatoria pélvica, la cirugía ginecológica y los tumores malignos. El diagnóstico puede resultar difícil y frecuentemente se confunde con otras enfermedades más comunes, aunque las actuales técnicas de imagen nos ofrecen una alta sensibilidad. Presentamos un caso de trombosis gonadal bilateral no relacionada con el puerperio.
Caso clínicoMujer de 38 años de edad que acude a Urgencias refiriendo dolor abdominal de predominio en el hipogastrio y la fosa ilíaca derecha de varios días de evolución que ha aumentado de intensidad en las últimas horas. No tenía antecedentes medicoquirúrgicos de interés. Como antecedentes ginecoobstétricos refería un parto vaginal hacía 10 años y una cesárea hacía 6 años.
La exploración general y las constantes vitales eran normales, aunque la paciente refería febrícula en su domicilio y la toma de un antitérmico. En la exploración ginecológica presentaba un dolor selectivo en la región anexial derecha y un cierto grado de peritonismo en el hemiabdomen inferior.
En la analítica de rutina inicial no presentaba alteración de ningún parámetro. La ecografía ginecológica con sonda vaginal no evidenció alteraciones de los genitales internos ni la presencia de líquido libre en la cavidad peritoneal. Ante la escasez de hallazgos clinicoanalíticos y la severidad del dolor se realizó una tomografía axial computarizada (TAC) abdominopélvica que informa como único hallazgo de una trombosis gonadal bilateral (figs. 1 y 2).
Tras la toma de muestras para el cultivo vaginal y endocervical la paciente ingresa, instaurándose un tratamiento a base de analgésicos, una antibioterapia intravenosa de amplio espectro y una anticoagulación con heparina de bajo peso molecular a dosis terapéuticas.
La evolución fue favorable presentando una rápida mejoría de su sintomatología dolorosa. El resultado de los cultivos y el estudio de trombofilias realizado por el Servicio de Hematología fueron negativos. El estudio Doppler de los territorios venosos pélvicos y de extremidades inferiores no reveló alteraciones.
Tras realizar una TAC de control que informa de unas venas gonadales normales la paciente fue dada de alta hospitalaria a los 14días del ingreso, debiendo seguir un tratamiento oral con acenocumarol y controles en el Servicio de Hematología.
DiscusiónLa trombosis de la vena ovárica es una entidad asociada casi siempre al posparto precoz con incidencias en torno al 0,15% de los partos2–4. Los casos no relacionados con la gestación son raros, con escasas referencias en la literatura, pero se han asociado a procesos malignos, infecciones, cirugía pélvica y trombofilias5–7. El proceso es mucho más frecuente en el lado derecho (70-90%), ya que la vena ovárica de este lado es más larga y, por lo tanto, más fácilmente comprimible8. La singularidad del caso que presentamos, aparte de la ausencia de antecedentes que predispongan a esta enfermedad, es el de su presentación bilateral, no habiendo encontrado referencias bibliográficas a este respecto.
El diagnóstico clínico es difícil, si bien las formas típicas de presentación puerperal se engloban en el contexto de un síndrome febril en los primeros 7días tras el parto que no responde al tratamiento antibiótico4,9. En los casos no relacionados con la gestación la clínica suele limitarse al dolor pélvico que hace pensar en otras etiologías mucho más frecuentes como la apendicitis, pielonefritis, abscesos pélvicos, etc.3,9,10; de hecho, no son raros los diagnósticos erróneos de apendicitis aguda en casos de trombosis de la vena ovárica derecha11. Por todo ello, en el diagnóstico, son imprescindibles las técnicas de imagen, siendo la TAC la más rentable; en este sentido, Twickler et al.12, en un estudio prospectivo comparando la ecografía, la TAC y la resonancia magnética nuclear en el diagnóstico de esta entidad, demostraron la mayor sensibilidad de la tomografía que fue capaz de diagnosticar el 100% de los casos de trombosis de la vena ovárica.
El tratamiento de la trombosis de la vena gonadal se basa en la anticoagulación con heparina y la administración de antibióticos de amplio espectro, aunque no existe consenso sobre la dosis ni la duración2–4,9.
Como conclusión final podemos decir que, si bien la trombosis de la vena ovárica fuera del período puerperal es una entidad muy rara, hay que incluirla en el diagnóstico diferencial del dolor abdominal, siendo necesario recurrir a pruebas de imagen, preferiblemente a la TAC, especialmente cuando se plantea la laparoscopia o la laparotomía exploradora por sospecha clínica de apendicitis aguda.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.