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Vol. 35. Núm. 99.
Páginas 198-201 (septiembre 2012)
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Fabián Estapé Rodríguez, in memoriam
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Joan Hortalà i Araua
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Glosar vida y obra del Dr. Estapé en el tiempo que establece el protocolo establecido es una gota de agua en un inmenso océano. Para cumplir, sin embargo, con esta limitación temporal, leeré esta intervención, tanto por razones de eficiencia como por la solemnidad del acto, a pesar de que, personalmente me explico mejor que leo.

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Pues bien, disfruté y sufrí al Dr. Estapé. Porque a los grandes personajes, a la vez, se les disfruta y se les sufre. El Dr. Estapé fue Catedrático siendo yo estudiante; Decano, cuando ejercía de profesor no numerario y, más adelante y siendo entonces ya Catedrático de Teoría Económica, el Dr. Estapé fue nombrado Rector de la Universidad de Barcelona. En cada uno de estos escenarios, el Dr. Estapé me honró con su maestría, su consejo, su compañerismo y con su amistad.

*

Como Catedrático, el profesor Estapé desarrolló un magisterio remarcable. Accedió a la Cátedra de Política Económica en el mes de noviembre de 1960. Tenía 37 años. Llegó a la Universidad de Barcelona con un bagaje impresionante. Venía de la Universidad de Zaragoza, donde ejerció de Catedrático de Economía Política y Hacienda Pública desde el mes de junio del año 1956, después de una carrera académica excelente que comenzó en el curso 1946-47 en la Cátedra de Historia del Derecho Español de la Facultad de Barcelona, bajo la dirección del prestigioso jurista Luis García de Valdeabellano.

En este marco, Estapé se inició en la docencia y en la investigación y, más importante todavía, conoció a Mariantonia Tous Carbó, con quien se casaría en el mes de octubre del año 1952.

En el seno del Departamento de Historia del Derecho se interesa por el análisis de la economía española del siglo xix y, más específicamente, por la Historia de las Doctrinas Económicas. Trabajador infatigable, escribe 64 voces en el Diccionario de Historia de España, publica 5 artículos en la revista Moneda y Crédito y se doctora en la Universidad de Madrid con un trabajo muy celebrado sobre La Reforma Tributaria de Alejandro Mon.

Y mientras tanto, imparte docencias, da conferencias y obtiene por oposición la plaza de Profesor Adjunto en enero de 1950. Adicionalmente, practica la traducción donde sobresalen libros de gran difusión en aquellos momentos como Economía política de di Fenizio, La estructura de la economía americana, 1919-39 de Wassily Leontief y Diez grandes economistas de Marx a Keynes, de Joseph Alois Schumpeter, traducción ésta que lo decanta fervorosamente por la senda de este gran economista.

Todo esto y mucho más tenía el Dr. Estapé cuando tomó posesión de la Cátedra de la Facultad de Económicas. De hecho, volvía a su casa, porque cuando esta Facultad se estrenó en el año 1954, el Dr. Estapé había sido ya nombrado Vice-secretario de la Comisión Organizadora de la que por aquel entonces se conocería como Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales. Y, en este marco, tuvo a su cargo las enseñanzas de Historia Económica Mundial hasta el mes de junio de 1956.

Con la llegada definitiva de Estapé a Barcelona en el curso 60-61, la Facultad experimenta el gran cambio. Efectivamente, el Dr. Estapé, conjuntamente con mi maestro académico, Dr. Lasuén, y con la colaboración valiosa de los profesores Jordi Nadal y Manuel Sacristán, impulsa un nuevo estilo que acerca con rapidez la ordenación docente de la Facultad al nivel de las universidades más prestigiosas del mundo, con lo que ello supuso de prestigio y reconocimiento dentro del mundo universitario español.

Y fue en este contexto, donde de manera bien patente se hizo sentir el verdadero espíritu estaperiano, con un magisterio espléndido del que todos recibimos influencias provechosas. Creó escuela y fue maestro de maestros, el hecho más remarcable a que puede aspirar todo académico. Y la siembra bien labrada dio como resultado primero el acceso a la misma disciplina, o sea, a la Cátedra de Política Económica de sus primeros discípulos, Josep Jané Solà, Salvador Condominas y Jacint Ros Hombravella y muchos más en el futuro que irían engrosando este maestrazgo.

Personalmente, ya en aquellos momentos, recibí su apoyo y su orientación, puesto que el Dr. Estapé presidió el Tribunal de Licenciatura y de Premio Extraordinario y, más adelante, también el Tribunal que juzgó la tesis doctoral que presenté en la Universidad de Barcelona y que me permitió, gracias a su ayuda, trasladarme a la London School of Economics para cursar y obtener también el grado de Doctor.

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El decanato del Dr. Estapé impulsa el traslado de la Facultad de la plaza Universidad a las nuevas edificaciones de Pedralbes con el interinaje que supuso la estancia en la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Barcelona.

Cronológicamente, Fabián Estapé fue el segundo Decano de la Facultad, dado que hasta entonces la plaza la cubría el reconocido mercantilista, Dr. Antonio Polo Díez, en tanto que Presidente de la Junta Fundacional.

El hecho de cubrirse ya la plaza de Decano por un Catedrático de la propia Facultad, permitió actuaciones propias que se concretaron, si más no, en tres líneas de acción: aspectos organizativos, anhelos de participación y de tareas de representatividad, simultaneizadas en el transcurso de su mandato que comenzó en el mes de marzo de 1962 y acabó en agosto de 1965.

Organizativamente, se replantearon los servicios administrativos, desde la conserjería con los abnegados bedeles, Manolo y Plasencia, hasta la secretaría con el Sr. Fadehuile. Se inició el Servicio de Publicaciones y, sobre todo, las bases para la Biblioteca que pocos años después llegaría a ser la más importante del país en su especialidad.

En el ámbito de la participación y, en un escenario en que el clima universitario iba enrareciéndose progresivamente, el Dr. Estapé replanteó el alcance de la Junta de la Facultad para que, a pesar de las limitaciones reglamentarias de la época, se pudiera disponer de la opinión del estamento de los profesores no numerarios y ocasionalmente, también de los representantes estudiantiles a través de los delegados de curso. En realidad la figura del delegado de curso adquirió toda la transcendencia que aquellos tiempos permitían, siendo la delegada de la Cátedra de Política Económica Ángeles Vallvé i Ribera, que con el tiempo llegaría a ser la primera mujer que accedería a la profesión de Agente de Cambio y Bolsa.

En el tercer aspecto, es decir, en el de la representatividad, el Dr. Estapé se esforzó y consiguió que la Facultad estuviese presente y fuese reconocida en las instancias ciudadanas. Desde las Cámaras de Industria y de Comercio hasta el entonces incipiente Círculo de Economía, transformación del Club Comodín. Desde informes técnicos para el Ayuntamiento de Barcelona hasta la ordenación de proyectos para la Diputación provincial y Área Metropolitana. Y sobre todo, en aquello relativo a la divulgación que, como colaborador asiduo de La Vanguardia, daba constancia semanalmente de la evolución económica y financiera. Su buen amigo y director del diario, Horacio Sainz Guerrero, tildaba estas colaboraciones de «crónicas brillantes de un hombre de respuesta rápida e imaginativa y de pluma fácil y erudita». Y en este marco, también la notoriedad de la Facultad se hacía ver a raíz del hecho que su Decano fuese un reconocido «culé» y que, además, ocupase cargo en la Junta del Futbol Club Barcelona.

Merece la pena mencionar que a pesar de la dedicación y del esfuerzo que comportaban estos trabajos decanales, el Dr. Estapé continuó impartiendo, a curso completo, las enseñanzas propias de su especialidad. Más aún: tampoco el decanato le mermó la inquietud investigadora. De hecho, de aquel tiempo arrancan los fundamentos de los libros que irían viendo la luz en los años próximos. De una parte, La reforma tributaria de 1845 (1971) y Textos olvidados (1973) ambos editados por el Instituto de Estudios Fiscales. Y de otro lado, Ensayo sobre historia del pensamiento económico (1971) y Ensayos sobre economía española (1972), editados por Ediciones Ariel, editorial ésta que desde el comienzo contó con la complicidad de sus amigos Alexandre Argullós, Pep Calsamiglia y Joan Raventós. Además, también de esta época arrancan los primeros pasos del monumental trabajo que Estapé realizó sobre Vida y obra de Ildefonso Cerdá.

*

El Dr. Estapé fue Vicerrector de la Universidad de Barcelona de enero a diciembre de 1969 y a continuación Rector. Ocupó el sillón rectoral en dos mandatos. Y cuando digo sillón, lo digo con toda propiedad, dada la imagen característica de estar sentado en el tresillo de chéster rojo que adornaba el despacho del Magnífico y Excelentísimo Rector.

El primer mandato rectoral, de diciembre del 69 a enero del año 1971, en muchos aspectos y según mi criterio, tuvo un alcance más trascendental que el segundo que transcurrió entre agosto del 74 y noviembre del 76. Porque en aquel primer mandato, el giro que el Dr. Estapé dio a la Universidad de Barcelona puede calificarse, en puridad, de «revolucionario».

Ya en el cargo, tuve el honor de ser nombrado Secretario de la Junta de Obras, quince días más tarde, Administrador General de la Universidad y cinco meses después, Decano de la Facultad de Económicas. Con el ejercicio sucesivo de estas responsabilidades, que me asentaban en la Junta de Gobierno, pude llevar a cabo los encargos que día tras día me iba haciendo el Sr. Rector, particularmente, los relativos a la reorganización de las finanzas y estados presupuestarios de la Universidad.

El Rector Estapé veló por la unificación de las cuentas dispersas en las facultades, centros, servicios y cátedras. Anecdóticamente, cabe mencionar que esta unificación empezó con un arqueo general en la caja fuerte de las dependencias de la Administración, en donde se encontró moneda republicana que el Dr. Estapé tuvo la habilidad que el Banco de España la convirtiese en dinero de curso legal.

Se introdujeron medidas poco populares, como el fichaje a la entrada y a la salida de los servicios, lo cual originó protestas tan airadas como comprensivas por parte del personal administrativo. Fue singular la reticencia de las bibliotecarias de los diferentes centros que, ello no obstante, tuvieron una conducta impecable y esforzada para la modernización de la Biblioteca Universitaria, tarea ésta que Estapé consideró como primordial, igualmente como en su momento había hecho en la Facultad de Económicas.

En este orden de replanteamientos, el Dr. Estapé estableció también las bases para un funcionamiento eficiente del Hospital Clínico en relación con la Facultad de Medicina, contando en este caso, con la ayuda del Decano Cristóbal Pera Blanco-Morales y, particularmente, del Vice-decano Dr. Cirilo Rozman. Igualmente se implantó la Escuela de Estomatología. Y fue esta Facultad la que acogió la iniciativa pionera de nombrar como catedráticos a profesionales relevantes del sector privado, iniciativa que impactó importantemente en el conjunto del mundo universitario español.

Se firmó un convenio con el Museo del Prado para disponer de diferentes obras maestras para adornar la sede rectoral y al llegar más de las solicitadas, dos de las sobrantes pasaron al Decanato de la Facultad de Económicas donde todavía hacen lucir aquel espléndido despacho.

El clima político del momento se complicaba más y más. Hay que tener en cuenta que cuando Fabián Estapé toma posesión del Rectorado, pocos días antes se había defenestrado el busto del General Franco desde el balcón del despacho rectoral y el Rector saliente, el Dr. Manuel Albadalejo García, salió bastante airoso pues, a pesar de la altura de la caída, la estatuita no recibió demasiados desperfectos. En este marco, complejo pero entretenido, la Junta de Gobierno se reunía casi cada semana, para evaluar los desmanes de los «grises» y los períodos de cierre de las diferentes facultades por orden gubernativa.

Para dar salida, justamente, a determinadas inquietudes que iban acumulándose en este terreno, el Dr. Estapé se propuso, aparte de las propias del impulso académico ordinario, tres líneas de acción, puede que simbólicas de entrada pero finalmente decisivas.

Primera, recuperar el escudo originario de la Universidad de Barcelona, ya que en el año 39 se le había impuesto de manera vejatoria el escudo de la Universidad de Cervera. El cambio no fue fácil y al final tampoco completo. Porque el libertas perfunded omnia luce que el Rector Bosch i Gimpera propuso en el año 1936 quedó sin libertas. Para refrendar el hecho, se restauró el escudo situado en la parte alta de la escalinata de honor del Rectorado y se encargó a la Fábrica Nacional de Tapices una reproducción del escudo para situarlo a la entrada de la Sala de Juntas de Gobierno. Con todo esto, el Rector Estapé respondía a su compromiso en pro de una nueva Universidad, sintetizada así en la frase de Rousseau «de la difusión de las artes y de las ciencias se deriven inexorablemente las libertades políticas».

Segunda, encargar al Dr. Martín de Riquer la edición facsímil de 1343 del manuscrito de Poblet, Llibre dels Feyts del rey en Jacme, conservado en la Biblioteca Universitaria de Barcelona, con clara connivencia con la defensa de los intereses de la lengua y del país.

Tercera, la edición también del libro La Universidad de Barcelona. Estudio histórico artístico que, con un diseño van guardista, encargó a Josep Termes, Alexandre Cirici i Santiago Alcolea. En su contexto, se ponía énfasis en la reinstauración hecha por el Rector Alberto Pujol después de la incardinación a Cervera; también se remarcaban las aportaciones de Ildefonso Cerdà en relación al emplazamiento del edificio universitario en el seno del Plano del Eixample y, finalmente, se ponderaba el papel del arquitecto Elies Rogent encargado del edificio. En el prólogo, Fabián Estapé afirmaba con rotundidad que con esta publicación se quería «contribuir a dar testimonio que la Universidad de Barcelona, la que fue fundada por privilegio de Alfonso V el Magnánimo, ha recobrado, para siempre, su espíritu históricamente dinámico y progresista».

Todas estas iniciativas se acompañaron, además, de otras, puede que anecdóticas pero eficaces, para dar notoriedad a la Universidad. Por ejemplo, se hicieron tejer corbatas con el escudo universitario; se imprimieron agujas de corbata con el mismo emblema e incluso vitolas para los puros habanos que Estapé fumaba con fruición y regalaba generosamente...

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Al acabar el segundo mandato rectoral, el profesor Estapé retorna en el mes de diciembre del año 1976 a su Cátedra de Política Económica donde, además de la docencia, pone orden a los 21 artículos publicados en revistas científicas, tales como Moneda y Crédito, Anales de Economía, In formación Comercial Española, Cuadernos de Economía, Revista Derecho Financiero y Hacienda Pública, Economía Industrial, etc; a los 16 prólogos en libros reeditados de grandes economistas del país y del extranjero y también a los prólogos de los ensayos publicados por sus discípulos; ordena igualmente las innumerables recensiones publicadas en diferentes lugares; reedita los 20 fascículos de Apuntes de Política Económica y enumera los casi mil artículos de fondo divulgador editados en diferentes periódicos, principalmente, en La Vanguardia.

Todavía más: la recogida de datos y de información que todo ello supuso contribuyó a disponer de material de base para futuros trabajos y publicaciones que verán la luz más adelante y que, entre otros, no puedo dejar de citar un recomendable volumen de Memorias y un picaresco ensayo sobre sus Economistas preferidos con mención explícita de méritos y vicios.

En aquel periodo de tira y afloja alrededor de la transición política, Estapé hace de las suyas y enseña a la vez sus carnets de miembro de Comisiones Obreras y UGT y socarronamente me comenta, ¿quién nos lo iba a decir? Yo por esos andurriales y tú en ERC...

Sin embargo, en este ambiente distendido, de repente estalla el trueno y la vida de Fabián Estapé queda fuertemente golpeada: el 25 de octubre del año 1982, después de una larga enfermedad asistida en todo momento por su cuñado y prestigioso oncólogo Jordi Estapé Rodríguez, muere su esposa Mariantonia a la edad de 59 años.

Una muerte tan sentida, tambaleó la trayectoria vital de un personaje tan imponente y redobló su esfuerzo para el bienestar de sus cinco hijos, Margarita, Elisa, Isabel, Silvia y Manuel. Haciendo honor a las responsabilidades que todo ello comportaba, continuó con la docencia y la investigación y en el año 1988, al llegar la jubilación forzosa, es nombrado Profesor Emérito de la Universidad de Barcelona, sumándose al honor de haber sido propuesto un año antes miembro numerario de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Más adelante, se fue a vivir a León con su hija Elisa y el día 1 de febrero de este año falleció a la edad de 88 años.

Había recibido la Medalla de Oro de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona, el nombramiento de Colegiado de Honor del Colegio de Economistas de Barcelona, el reconocimiento como miembro de la Sociedad Económica y del Consejo del ICE, la Gran Cruz del Mérito Civil y también la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio, así como la condecoración oficial de la Legión de Honor otorgada por el Presidente de la República Francesa.

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El Dr. Estapé, Catedrático per excelencia, entendió la economía como se tiene que entender la economía. Es decir, como una ciencia social y empírica, o sea, una ciencia factual en la que es necesario observar la realidad, analizar los resultados y proponer medidas para incidir en un mejor bienestar. Y con este convencimiento, desplegó su actividad académica con contacto cercano con el mundo de la realidad. Y así desarrolló, con la misma capacidad y energía que la docencia y la investigación, prestaciones remarcables en el ámbito privado y en el ámbito público.

Fue consejero y asesor de diferentes empresas y sociedades, algunas de ellas de gran renombre. También ejerció profesionalmente, en particular como asesor económico en el despacho de su gran amigo, el abogado Pau Roig. Fue asesor del Ministerio de Industria desde el año 1967. Dos años después Consejero de Economía Nacional. También Procurador a Cortes. El 22 de enero de 1971 fue nombrado por decreto Comisario Adjunto del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Presidencia del Gobierno.

Su estancia en este cargo estableció un referente en muchos y diferentes ámbitos. El Dr. Estapé tenía el despacho en la segunda planta del edificio de Presidencia del Gobierno de Castellana, 3 de Madrid. En la primera planta y en sentido vertical, el despacho lo ocupaba el Almirante Carrero Blanco y en la planta baja, igualmente en dirección vertical, el Ministro López Rodó. Esta amalgama, bien curiosa, originaba frecuentes comentarios que ya nunca más se borrarán del anecdotario político-popular. A un colaborador suyo, miembro del Opus Dei, le decía que cuando falleciera iría al cielo pero le tocaría columna y no vería a Dios... Al Almirante Carrero Blanco le hostigaba afirmando que él también había servido en la marina... En fin, a nosotros cuando después de las reuniones técnicas nos despedía para ir al aeropuerto, salía por la ventana de su despacho y con voz bien sonora le decía a su chofer, ¡Manolo!, pon la capucha a la bandera del coche que esos no tienen cargo...

Genio y figura. Cierto es que el Dr. Estapé, aparte caricaturizaciones, desplegó un excelente trabajo en la Comisaría del Plan. En realidad, el Tercer Plan de Desarrollo Económico y Social fue en gran medida aportación suya, con el añadido que en los anexos se proyectaban una serie de iniciativas, en aquellos momentos imaginativas y atrevidas, pero que en la actualidad la mayoría se han ido llevando a la práctica.

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Con el fallecimiento de Fabián Estapé Rodríguez se pierde una gran persona, un economista aplicado y animador, un maestro erudito e impetuoso, buen esposo y protector de la familia, muy amigo de sus amigos y enemigo de sus enemigos. A nadie dejó indiferente. Descansa en paz Fabián.

Y al llegar a este punto pongo fin a esta intervención, seguramente saltándome con creces el protocolo, pero leída con el sentimiento de estima y agradecimiento a esta gran persona que fue el Catedrático, el Decano, el Rector, el compañero y el amigo.

Joan Hortalà i Arau

Barcelona, 26 de junio de 2012


Intervención del Dr. Joan Hortalà i Arau en el acto de homenaje al Dr. Fabián Estapé Rodríguez, celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona, el 26 de junio de 2012.

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