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Vol. 50.
Páginas 3-6 (enero 2014)
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Despedida no les doy…
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Marta Lamas
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Con este número 50 de debate feminista se cierra una época. ¿La razón? Cinco lustros de dirigir este querido “ladrillo”, desde aprender a corregir galeras hasta desgastarme solicitando anuncios, son una muy buena cantidad de años para tomarme un respiro.

Por fortuna, aunque dejo la dirección de la revista, debate feminista continúa. Una segunda época se abrirá el año que entra, y muchas de las integrantes del comité editorial colaborarán en la renovada versión que surgirá bajo el auspicio generoso y solidario de la Universidad del Claustro de Sor Juana.

Estos veinticinco años han sido posibles gracias a muchas personas, pero quiero empezar por agradecer especialmente aquellas que trabajaron directamente en el proceso de producción, edición y administración: Hortensia Moreno, Alina Barojas, Cecilia Olivares, Ana Rosa Solís, Acela Barojas, Ariadna Molinari y Marta Ferreyra. El artista visual Carlos Aguirre aceptó la apuesta de que las portadas siempre las hiciera él (¡tal vez porque nunca pensó que duraríamos 25 años!). Gracias Carlos, ha sido un privilegio que engalanaras con tu creatividad las 50 portadas de nuestra revista. Mi agradecimiento va también a las compañeras del Comité editorial y a las del Consejo consultivo, así como al otro Carlos que fue mi interlocutor y crítico más feroz: Monsiváis. Y, last but not least, esta revista no hubiera sido posible sin todas las personas que regalaron sus artículos y ensayos, sus reseñas, dibujos y fotos. A todxs lxs colaboradores les doy mis más profundo y sentido reconocimiento.

Aunque este cierre de época obligaba a hacer un balance, me rindo ante el desafío que significa relatar lo que han sido para mí estos 25 años. Tal vez en un futuro cercano pueda aplacar mis emociones y hacerlo. Por el momento necesito tomar una vía más fácil, y por ello en este que será mi número como directora he elegido armar una sección sobre una de las cuestiones que me preocupan políticamente: la oposición entre feministas en torno al comercio sexual. Sobre ese tema viene un artículo mío que explora el conflicto entre las feministas “abolicionistas” y las que estamos por la regulación del trabajo sexual, así que no repetiré aquí lo que digo más adelante. Valga solo subrayar que no es incompatible luchar por el reconocimiento de los derechos laborales de las trabajadoras sexuales y al mismo tiempo repudiar prácticas nefastas como la trata.

Además en este número vienen textos de carácter eminentemente crítico sobre el momento político. Es interesante que la traducción de Lola Rivera (lalineadefuego) del artículo de Nancy Fraser (2013) “De cómo cierto feminismo se convirtió en criada del capitalismo. Y como rectificarlo” inserte el matiz de “cierto”, que en el original en inglés no está.1 Así leer “cierto feminismo” nos permite no deprimirnos aún más. La reflexión de Fraser coincide con cuestiones que ya otras feministas habían señalado antes: la manera en que el neoliberalismo ha aprovechado la lucha feminista contra la violencia hacia las mujeres (Bumiller 2008); los efectos no deseados de la acción feminista (Saucedo y Huacuz 2011); el fortalecimiento del giro punitivo y carcelario del Estado neoliberal (Bernstein 2012).

Lo que subyace en estos procesos es un cambio radical en el carácter del capitalismo, que Sayak Valencia (2014) califica de gore. Por eso fue ingenuo esperar que esa “voluntad puramente cósica” de la que habló Bolívar Echeverría, no impactara a nuestro movimiento. Son varios los ámbitos afectados por esa fuerza ciega, y son varias las formas en que el feminismo ha sido golpeado, pervertido, incluso seducido (Eisenstein 2009). A esto alude Nancy Fraser cuando señala que el movimiento feminista se ha terminado enredando en una “amistad peligrosa” con el neoliberalismo.

Estamos, pues, ante un panorama ominoso, al que habría que sumar un elemento preocupante: el rechazo al feminismo por parte de mujeres jóvenes e inteligentes que declaran no ser feministas, para luego afirmar que están por la igualdad sustantiva con los varones, la despenalización del aborto y las demás reivindicaciones del feminismo. Aunque hay excepciones, como las jóvenes integrantes de la Cuarta Ola (2014), el “¡Yo no soy feminista!” se escucha con apabullante frecuencia. ¿Qué provoca ese tajante rechazo? Angela Mc Robbie (2009) está convencida de que hay una consigna para acabar con el feminismo, si no ¿cómo interpretar la cantidad de comentarios y reacciones negativas sobre el feminismo que circulan? Tal vez la respuesta está, de nuevo, en la política neoliberal. El neoliberalismo ha impulsado un individualismo voraz que junto con una exacerbada sexualización de la cultura ha producido una generación de jóvenes asertivas y sexualmente liberadas, interesadas más en el consumo que en la emancipación social. A este proceso la cultura popular lo ha calificado “postfeminismo”, en el sentido de “lo que viene después del feminismo” (Genz y Brabon 2009). Entre sus características está la creencia de que el empoderamiento de las mujeres radica básicamente en ser atractivas y activas sexualmente (Gill y Ngaire 2013). Los logros y éxitos de las mujeres se interpretan como un resultado individual, y las mujeres destacadas piensan “yo llegué aquí por mis méritos” y solamente se acuerdan del feminismo para declarar que es obsoleto. Esta perspectiva es respaldada por la insidiosa labor de los medios de comunicación, en especial, por las revistas femeninas de belleza y moda, que remachan una y otra vez, los supuestos valores de la feminidad y no reconocen el cambio cultural que ha producido el feminismo.

La crítica cultural posmoderna analiza al postfeminismo como un fenómeno político del capitalismo tardío que implica un giro teórico en la academia, pero en la cultura popular mediática el postfeminismo es interpretado como una negación del feminismo o como una superación del feminismo (Genz y Brabon 2009). Para McRobbie el postfeminismo implica una forma nueva de consentimiento femenino al orden patriarcal, y su difusión, con la gran presencia y fuerza que tienen los medios de comunicación, le plantea al feminismo graves dilemas políticos y estratégicos. Es indudable la necesidad de repensar críticamente las formas de transmisión del objetivo libertario feminista, sobre todo cuando se lo equipara con el “mujerismo” y el victimismo.

Quiero dedicar mis próximos años (dudo que sean 25) a investigar y reflexionar esa problemática. Son muchas las cuestiones que me interesan y preocupan, y coincido con la apreciación de Marcel Gauchet (1998) de que estamos ante una “mutación antropológica” que impacta a todos los seres humanos. ¿Podrá la rica diversidad del feminismo, cuya variedad de posturas y tendencias contiene una potencia inconmensurable, enfrentar a la hidra de mil cabezas del neoliberalismo? No lo sé. Sin embargo, no nos queda otra que seguir adelante.

En mi caso, quiero analizar este fenómeno del “postfeminismo” así como defender —y esclarecer— las contribuciones que el feminismo ha hecho a la liberación humana. Y espero hacerlo en la nueva época de debate feminista. ¡Son tantos los deseos y los desafíos! Pero por el momento, voy a darme un respiro en la dirección de este querido ladrillo

Bibliografía
[Bernstein, 2012]
Elizabeth Bernstein.
Carceral politics as gender justice? The “traffic in women” and neoliberal circuits of crime, sex and rights.
Theor Soc, 41 (2012), pp. 233-259
[Bumiller, 2008]
Kristin Bumiller.
In An Abusive State. How Neoliberalism Appropiated the Feminist Movement Against Sexual Violence.
Duke University Press, (2008),
[Echeverría, 1998]
Bolívar Echeverría.
Valor de uso y utopía.
Editorial Siglo xxi, (1998),
[Eisenstein, 2009]
Hester Eisenstein.
Feminism Seduced. How Global Elites Use Women's Labor and Ideas to Exploit the World.
Paradigm Publishers, (2009),
[Fraser, 2013]
Fraser, Nancy, 2013, “How feminism became capitalism's handmaiden, and how to reclaim it”, en The Guardian, 14 de octubre de 2013. Hay traducción al español por Lola Rivera “De cómo el feminismo se convirtió en la criada del capitalismo, y cómo remediarlo”, en lalinea de fuego, 21 de octubre 2013.
[Gauchet, 1998]
Marcel Gauchet.
Essai de psychologie contemporaine Un nouvel âge de la personnalité.
Le Débat, (1998),
marzo-abril 1998
[Genz et al., 2009]
Stéphanie Genz, Benjamin A. Brabon.
Postfeminism. Cultural Texts and Theories.
Edinburgh University Press, (2009),
[Gill et al., 2013]
Rosalind Gill, Ngaire Donaghue.
As if Postfeminism Had Come True: The Turn to Agency in Cultural Studies of ’Sexualisation’.
Gender, Agency and Coercion,
[McRobbie, 2009]
Angela McRobbie.
The Aftermath of Feminism. Gender Culture and Social Change.
Sage, (2009),
[Meltis et al., 2014]
Mónica Meltis, Carolina Torreblanca, María Zilli, Cristina Mac Gregor, Jimena Soria, América Soto, Leticia Ramírez, Alejandra Leyva, Daniela Tejas.
La Cuarta Ola.
en debate feminista., 50 (2014),
octubre, México, D.F
[Saucedo et al., 2011]
Irma Saucedo, María Guadalupe Huacuz Elías.
“Movimientos contra la violencia hacia las mujeres”.
Un fantasma recorre el siglo Luchas feministas en México 1910-2010, coordinado por Gisela Espinosa y Ana Lau, (2011), pp. 213-243
[Valencia, 2014]
Sayak Valencia.
Capitalismo Gore.
en debate feminista, 50 (2014),
octubre, México

“How feminism became capitalism's handmaiden, and how to reclaim it”.

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