Introducción
Incluso en un país como España, con las mayores tasas de donación de órganos de cadáver del mundo, el déficit de órganos para trasplante es una realidad acuciante. En busca de soluciones definitivas, la investigación en células madre y en el xenotrasplante ha ido avanzando en los últimos años 1, ya que supondría una fuente ilimitada de órganos. Sin embargo, aunque se ha vencido barreras impensables hace sólo unas décadas, el xenotrasplante está lejos de convertirse en una realidad clínica. No obstante, se ha visto que los órganos de cerdos transgénicos son capaces de funcionar en un babuino 2, pero a costa de una alta inmunodepresión. Por ello, en situaciones de emergencia se podría utilizarlos como órganos puente hasta la llegada de un órgano humano. Recuérdese que en estas situaciones, si no aparece un órgano en 24 h, la alternativa es la muerte.
Por ello, es importante valorar cuál sería la aceptación del xenotrasplante, pues puede generar problemas éticos y sociales, sobre todo en estos últimos años, que han surgido enfermedades humanas relacionadas con animales (gripe aviar, etc.). Nuestro centro tiene una amplia experiencia en xenotrasplante hepático 2 con un programa preclínico de xenotrasplante de cerdo politransgénico a babuino, y el 74 % de la población aceptaría dicho xenotrasplante 3. En este sentido, necesitamos saber la aceptación entre los profesionales hospitalarios. Así, una figura relevante cada vez más en nuestros centros es el auxiliar de enfermería, pues su labor se distribuye por todos los servicios y su actitud es muy valorada por la población, aunque sólo sea por ser trabajadores de un centro hospitalario.
Nuestra hipótesis es que el personal auxiliar de enfermería de nuestro hospital debería tener una actitud hacia el xenotrasplante mejor que la de la población general, dado su contacto más estrecho con dicho programa. Por ello, nuestro objetivo es analizar la actitud hacia el xenotrasplante entre el personal auxiliar de enfermería en un hospital con programa de trasplante de órganos sólidos y un programa preclínico de xenotrasplante de cerdo politransgénico a babuino, y los factores que determinan dicha actitud.
Material y método
Población de estudio
El estudio se llevó a cabo en un hospital de tercer nivel con programa de trasplante de órganos (renal, hepático, pancreático y cardíaco) y con un proyecto de investigación preclínica en xenotrasplante de cerdo politransgénico a babuino. Se realizó un muestreo aleatorio entre el personal auxiliar de enfermería de nuestro hospital. El total de profesionales seleccionados fue de 151. El estudio se realizó entre febrero y diciembre de 2003.
Encuesta de opinión y variables en estudio
La opinión se valoró mediante una encuesta de 30 preguntas de opción múltiple, validada en nuestro medio 3-5. Para la distribución de la encuesta, se contactó con los supervisores de enfermería de cada servicio, a los que se explicó el proyecto y fueron los encargados del reparto y la recogida de los cuestionarios en los turnos de trabajo seleccionados aleatoriamente. Dicha encuesta fue anónima y autoplicada y el proceso fue coordinado por 2 sanitarios colaboradores de la Coordinación Regional de Trasplantes.
Las variables en estudio analizadas fueron: a) variables psicosociales; b) actitud hacia la donación de humano (cadáver, vivo renal y vivo hepática), y c) actitud hacia la donación de órganos animales (xenotrasplante), en el supuesto de similitud en cuanto a resultados con la donación de humanos, que fue considerada variable dependiente.
Grupo control
Como grupo control se utiliza la actitud de la población de nuestra comunidad hacia el xenotrasplante, mediante una muestra aleatoria de 250 individuos entre la población de edad ≥ 15 años 3.
Estadística
Los datos fueron almacenados en una base de datos y fueron analizados con el paquete estadístico SPSS 11.0. Se realizó estadística descriptiva, y para la comparación de las diferentes variables se aplicó el test de la t de Student y el test de la χ 2 completado con un análisis de residuos. Se aplicó el test exacto de Fisher cuando las tablas de contingencia tenían celdas con una frecuencia esperada < 5. Se consideraron significativas las diferencias con valores de p < 0,05.
Resultados
Actitud hacia el xenotrasplante
En cuanto a la donación de órganos animales para humanos, si los resultados fueran superponibles a los conseguidos con donantes humanos, el 54 % (n = 82) estaría a favor, el 34 % (n = 52), indecisos y el 11 % (n = 17) restante, en contra. Como se observa en la figura 1, la actitud hacia el xenotrasplante es significativamente más alta en la población general que entre los profesionales encuestados (el 74 y el 54 %; p = 0,0001).
Figura 1. Actitud hacia la donación de órganos de animales (xenotrasplante) entre los profesionales auxiliares de enfermería y el grupo control poblacional.
Variables asociadas con la actitud hacia el xenotrasplante
Al analizar las variables que influyen en la actitud hacia el xenotrasplante, observamos que no se obtiene significación con ninguna variable psicosocial ni relacionada con su especialidad. Las variables que se asocian están todas relacionadas con la actitud previa hacia las diferentes donaciones de órganos de humano (tabla I). Así, esta actitud es más positiva entre los que están a favor de la donación de cadáver (el 65 t el 41 %; p = 0,001), de vivo renal no relacionado o relacionado (el 70 y el 58 %, frente al 17 %; p = 0,000) y de vivo hepático no relacionado o relacionado (el 73 y el 57 %, frente al 41 %; p < 0,001).
Discusión
La idea del xenotrasplante no es nueva; sin embargo, en la última década del siglo xx se retomó fundamentalmente por 2 razones. Primero, debido al aumento extraordinario de la demanda de órganos y el gran número de fallecidos en lista de espera para trasplante; y segundo, debido a los nuevos avances en las ciencias biomédicas, sobre todo en los campos de la inmunología y de la genética, con el desarrollo de la tecnología transgénica 6. Estos avances hacen presagiar al xenotrasplante un futuro muy esperanzador 1. Sin embargo, no está claro cuál sería la aceptación de dicha terapéutica con órganos animales. En los estudios poblacionales realizados, los índices de aceptación del xenotrasplante son muy variables, entre el 40 y el 75 % 7-9. En nuestra área geográfica, estos índices se sitúan en el rango alto de esos valores, con un 74 % 3.
En cuanto a sanitarios, los estudios realizados en países de nuestro entorno generalmente no muestran una actitud tan favorable como el nuestro. Así, Mohacsi et al 10 muestran que sólo el 19 % del personal de enfermería de cuidados agudos lo aceptaría, y Julvez et al 11, en un estudio francés, que sólo el 34 % de la enfermería lo aceptaría, porcentaje que asciende al 55 % entre los médicos, y si es en situación de vida o muerte, asciende al 61 y el 72 %, respectivamente. En nuestro estudio, a pesar de no ser personal médico ni de enfermería, el porcentaje de encuestados a favor es muy superior al descrito por estos estudios. Sin embargo, si analizamos la situación en nuestro entorno, objetivamos que realmente no es un grupo con una actitud favorable, sino todo lo contrario. Así, presenta una actitud claramente inferior a la de la población general (el 74 frente al 54 %) 3, a los profesionales sanitarios de atención primaria de salud (el 79 frente al 54 %) 12 y otros subgrupos del mismo centro hospitalario en estudio 4.
Nos sorprende encontrar una menor aceptación de esta terapéutica, dada su relación más directa con un proyecto preclínico de xenotrasplante hepático de cerdo a babuino 2. En principio, nuestra hipótesis era lo contrario de lo obtenido, es decir, que al estar en contacto más directo con dicha investigación, estos profesionales tendrían una actitud más favorable. La posible justificación de esta situación pueden ser las controversias relacionadas con este tipo de investigaciones, tales como el riesgo de xenoinfecciones, etc. 1, discusiones que se acentúan en el área de investigación y, por lo tanto, pueden crear un efecto negativo hacia el xenotrasplante. Es posible que sea fallo nuestro no realizar una correcta promoción del xenotrasplante en nuestro ámbito de trabajo. Con frecuencia se descuida lo más cercano para centrarnos en otros grupos de discusión más lejanos.
En cuanto a los factores que influyen en la actitud hacia el xenotrasplante, éstos no son los que clásicamente influyen en la donación de órganos de cadáver, al igual que se observa en la actitud de la población general hacia el xenotrasplante 3. Sin embargo, sí hay una clara relación entre la actitud hacia la donación de humano (de vivo y de cadáver) y hacia el xenotrasplante, asociación ya descrita por autores como Omnell et al 13, donde si una persona está a favor de recibir un órgano humano, también está dispuesto a recibir un riñón o un corazón animal, siempre que el resultado final sea superponible al humano.
Se debe recordar que los resultados que presentamos son potencialmente modificables. En este sentido, nuevos conocimientos y la experiencia son fundamentales. Por ello es esencial difundir información clara y sencilla a los profesionales de nuestro entorno. Debemos aprender a difundir nuestros avances con claridad y sencillez para hacer que los que nos rodean participen de ellos. Los resultados de este estudio muestran esta situación, donde el personal auxiliar de enfermería teme más nuestros avances que la propia población, lo cual muestra nuestro fracaso en la difusión de nuestra labor investigadora.
En conclusión, la actitud hacia el xenotrasplante es más desfavorable entre los auxiliares de enfermería que entre la población general. Es necesario que los grupos de investigación hospitalarios realicemos difusión de nuestros hallazgos en nuestros propios centros, para evitar el rechazo que su desconocimiento pudiera generar.
Correspondencia:
Dr. A. Ríos Zambudio.
Avda. de la Libertad, 208. 30007 Casillas. Murcia. España.
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