Introducción
Aunque la diálisis peritoneal sigue siendo una técnica minoritaria en relación con la hemodiálisis, en los últimos años se observa un incremento progresivo de su práctica al evidenciarse como una buena alternativa en el tratamiento de la insuficiencia renal crónica previa al trasplante renal.
Durante las últimas décadas, varios estudios plantean una disyuntiva sobre la posible influencia del tipo de terapia sustitutiva renal en la evolución del trasplante renal1-5. Aunque en el pasado la procedencia de diálisis peritoneal se habÃa asociado con una mayor incidencia de rechazo agudo en el postrasplante inmediato, posteriormente diferentes estudios no han mostrado diferencias entre las técnicas de diálisis respecto a la incidencia de rechazo agudo ni a la supervivencia del injerto6-8. Más recientemente se ha demostrado que la diálisis peritoneal se asocia a una baja incidencia de "retraso en la función del injerto" comparándola con la hemodiálisis9-10. Por otro lado, otros autores han encontrado una alta asociación de la diálisis peritoneal a trombosis vascular del injerto renal2,11.
En este estudio presentamos la experiencia de nuestro centro en la evolución del trasplante renal, según la modalidad de diálisis previa durante el perÃodo 1990-2004.
Pacientes y método
Se analizó la población de trasplantados renales en nuestro centro desde 1990 hasta 2004. Se trata de un estudio retrospectivo sobre la evolución del trasplante renal según el paciente procediera de hemodiálisis o de diálisis peritoneal. Se estudiaron las caracterÃsticas demográficas, la supervivencia del injerto y del paciente, la incidencia de rechazo agudo, de necrosis tubular aguda, el retraso en la función renal del injerto y la presencia o no de trombosis vascular de ambos grupos. El estudio estadÃstico se realizó mediante el programa Statistic View. El test de x2 fue el utilizado para comparar las variables cualitativas de ambos grupos, y la t de Student, para las demás variables. El grado de significancia se consideró a partir del 5 %.
Resultados
Se evaluaron un total de 1.006 pacientes trasplantados durante este perÃodo, de los cuales 969 procedÃan de hemodiálisis (HD) y 37 procedÃan de diálisis peritoneal (DP). No se hallaron diferencias entre ambos grupos (HD/DP) respecto al sexo (68 %V y 32 %H/53 %V y 47 %H) ni a la superficie corporal (1,73 kg/m2/1,67 kg/m2) de los receptores. Tampoco hubo diferencias respecto a las caracterÃsticas de los donantes (tabla 1). Los receptores procedentes de diálisis peritoneal eran significativamente más jóvenes (48 años/37 años). Respecto a la evolución analÃtica, sólo se observaron diferencias respecto a la creatinina postrasplante del primer mes (menor creatinina en los pacientes de diálisis peritoneal), pero posteriormente esta diferencia se equiparaba en uno y otro grupo (tabla 2). No se hallaron diferencias entre ambos grupos respecto a la supervivencia del injerto ni a la del paciente. Tampoco se halló diferencia entre ambos grupos respecto a la incidencia de rechazo agudo, necrosis tubular aguda ni retraso en la función renal. Los resultados se muestran en la tabla 3.
Aunque la incidencia de trombosis vascular fue mayor en número absoluto en los pacientes que procedÃan de hemodiálisis respecto a los que procedÃan de diálisis peritoneal (9/1), ésta no consiguió relevancia estadÃstica.
Discusión
El trasplante renal es la modalidad de tratamiento de elección para los pacientes con insuficiencia renal crónica, pero todavÃa hoy son pocos los que se trasplantan en la etapa prediálisis, y la gran mayorÃa de los pacientes son sometidos a una técnica u otra de diálisis previa al trasplante renal. Se sabe que cuanto mayor es el perÃodo que el paciente pasa en diálisis antes de ser trasplantado, menor es la supervivencia tanto del paciente como del injerto12. El hallazgo de que los receptores de trasplante renal procedentes de diálisis peritoneal fueran significativamente más jóvenes que los de hemodiálisis podrÃa deberse al hecho de la idea preconcebida del clÃnico respecto a la implantación del catéter peritoneal: menor morbilidad y mortalidad que un acceso vascular para hemodiálisis. Esto hace que la diálisis peritoneal se considere la técnica de elección en pacientes jóvenes en los cuales ésta sólo sirve de puente para el trasplante renal13. Además, sabiendo que la técnica de hemodiálisis supone una mayor supervivencia, es la de elección para los pacientes considerados no trasplantables. También se ha especulado que la procedencia de una técnica u otra puede influir en la supervivencia tanto del injerto como del paciente, pero en nuestro estudio no se ha hallado ninguna diferencia entre ambos grupos.
Aunque hubo diferencias en la evolución postrasplante respecto a la función renal al inicio (un mayor descenso de la creatinina en los procedentes de diálisis peritoneal durante el primer mes postrasplante), posteriormente ésta se equiparaba a los procedentes de hemodiálisis sin llegar a alcanzar diferencias significativas. Este hecho se supuso relacionado con la mejor preservación de la función renal residual que muestran los pacientes en diálisis peritoneal.
Al igual que otros autores, nosotros tampoco observamos diferencias entre una y otra técnica respecto al rechazo agudo14-15.
En los últimos años varios grupos han encontrado una alta asociación entre los trasplantados procedentes de diálisis peritoneal y la pérdida del injerto debido a la presencia de trombosis vascular, aunque otros no han confirmado esta asociación16-17. Nosotros tampoco hemos observado una diferencia estadÃsticamente significativa que confirme esta asociación.
Conclusión
De los hallazgos de nuestro estudio puede concluirse que la diálisis peritoneal no tiene un efecto negativo sobre la evolución del trasplante renal y, por tanto, dado su bajo coste y simplicidad, constituye una buena técnica de elección para el paciente candidato a trasplante renal.
De todas maneras, en este trabajo existe un sesgo importante, que es la diferencia en el número de pacientes provenientes de una u otra técnica y que se relaciona con un posible efecto "centro" a la hora de elegir la terapia renal sustitutiva.