La hipertensión arterial es una de las afecciones más prevalentes en la sociedad occidental, directamente relacionada con nuestro estilo de vida y el incremento progresivo de la edad de nuestra población. En los últimos años se ha observado un incremento progresivo, tanto en varones como en mujeres, en la incidencia y la prevalencia de la hipertensión arterial, que es una de las enfermedades con mayor morbilidad asociada, especialmente en el área cardiovascular y renal. Es una de las principales causas de que se desarrolle insuficiencia renal crónica terminal por nefroangiosclerosis y también es un factor acelerador en el progreso de la insuficiencia renal. Múltiples estudios demuestran el impacto positivo del control de la hipertensión arterial en el desarrollo de insuficiencia renal y su progresión, y los más recientes demuestran la capacidad de protección renal de determinados fármacos antihipertensivos a través del bloqueo del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA). El bloqueo del SRAA aporta un valor añadido al estricto control de la presión arterial, y en muchas ocasiones se observa una prevención o el enlentecimiento en el desarrollo de insuficiencia renal. El bloqueo del SRAA con inhibidores de la enzima de conversión de angiotensina y más específicamente inhibidores de los receptores de la angiotensina II permite un estricto control de la presión arterial, una reducción significativa de la proteinuria y un enlentecimiento en los procesos de fibrosis renal. Otros estudios en modelos experimentales y también en humanos conf irman el valor añadido de control de la presión arterial bloqueando el sistema renina-angiotensina. Estos datos son evidentes en enfermedades tan prevalentes como la nefropatía diabética y la nefroangiosclerosis, así como se ha demostrado un impacto positivo en la progresión de la lesión renal en el paciente con trasplante renal. Por todos estos motivos y asumiendo la capacidad protectora de los antagonistas de la angiotensina II para los riñones, consideramos oportuna la elaboración de un manual práctico de manejo del paciente hipertenso con afección renal. La revisión de estos conceptos y su actualización pueden representar un paso más en el manejo y el control del paciente hipertenso, con especial énfasis en la protección renal. Los capítulos van desde el papel del riñón en la generación de la hipertensión arterial, la fisiopatología renal con el papel del SRAA y del TGF-µ, los métodos diagnósticos y de seguimiento, nuevos marcadores pronósticos, la morbimortalidad asociada, la acción de los fármacos antihipertensivos, el efecto antifibrótico, la protección renal, la prevención de la nefropatía diabética, el efecto de la proteinuria y el tratamiento de la hipertensión arterial en el paciente con trasplante renal. Este manual es una revisión práctica y útil para todos los médicos que asisten con frecuencia a la coexistencia de hipertensión arterial y lesión renal. El conocimiento de los mecanismos fisiopatológicos que actúan en el desarrollo de la enfermedad renal y sus posibilidades terapéuticas debería permitir mejorar el manejo de estos pacientes y, en muchos casos, prevenir el desarrollo de insuficiencia renal crónica.
Aprovecho la ocasión para felicitar a los profesionales implicados en la elaboración de este manual, en especial, a todos los nefrólogos. El libro lo distribuye gratuitamente Laboratorios MSD (disponible en: http://www.msd.es).