1 Al presentar un libro, se suele resaltar la singularidad e importancia de la obra. Más aún, cuando se trata de una Feria tan importante como la de Minería, donde decenas de miles de libros exhiben sus méritos y encantos para poder emprender el anhelado viaje al regazo del lector.
Cómo subrayar la trascendencia de La Teoría general de las Economías de mercado de José Valenzuela Feijóo, sin caer en el lugar común; o bien, en la exaltación de sus bondades que podría descreerse en voz de los amigos. No tengo una respuesta o ruta alterna. Mi único recurso es precisar desde dónde y con qué propósito acudo a presentar este libro.
2 Trato de eludir el falso dilema entre objetividad y subjetividad. En este caso, como en muchos otros, rechazo la neutralidad y aquello que comúnmente se proclama ser objetivo. Tengo ligas tan profundas con el libro que intentarlo sería un despropósito. Más bien, hablo desde esa posición personal y muy privilegiada. Esto es, procuraré atraer su atención a la subjetividad de mis juicios, como un intento para suscitar su interés y, mejor aún, su aprecio por a esta gran obra.
3 Quiero referirme, para comenzar, a un doctorado perdido. En uno de tantos mecanismos de certificación y fiscalización de desempeño al cual estamos sometidos los académicos en el país, se le pidió a Valenzuela acreditar, con documento notarial, el doctorado que cursó en la Unión Soviética.
La exigencia no era menor. Se trataba de un título otorgado por un Estado extinto, y un trámite burocrático que involucraba a dos países cuyos procedimientos en la materia son de horror. Ante ello, Pepe Valenzuela decidió simplemente hacer otro doctorado. Feliz decisión. Pues con ello se obligo a elaborar este libro. Retomó acaso lo mejor de su trabajo teórico y sus mayores aportes, diseminados en diversos textos, algunos de remota data y otros de factura reciente, que sin constituir un solo cuerpo teórico conexo e integrado, encontraban en la problemática de las economías mercantiles su centro gravitacional. Temática fundamental que le había provocado estudio, reflexión y elaboración teórica y analítica durante muchos años. Se trataba entonces de una obra fragmentada, tan primordial como poco conocida, salvo para los amigos cercanos y un círculo de alumnos privilegiados.
No me arriesgo demasiado al afirmar que este libro es producto del trabajo de toda una vida, coronado por su integración y redacción definitiva en el momento de mayor madurez y plenitud intelectual de su autor.
4 La Teoría general de las economías de mercado representa una obra teórica mayor destinada al análisis del ser mercantil del capitalismo y sus implicaciones. Esto es, la esencia que da lugar a su estructura básica, que fundamenta la singularidad de su regulación, funcionamiento, desarrollo y, también, de su declinación.
Acusa, en ese sentido una correspondencia puntual, temática y metodológica, con el Marx de El Capital, que desprende su construcción teórica a partir de esa misma problemática en la Primera Sección. Por eso tengo la sospecha de que esta obra de José Valenzuela, representa una suerte de tributo al profesor Anastasio Mansilla, su mentor de Economía Política en los años que estudia el doctorado en la Lomonosov. Miembro del célebre grupo de niños republicanos que encuentran el cobijo de Moscú durante la Guerra Civil, Mansilla llega a ser una figura intelectual de primer orden la vida académica de la Unión Soviética.
Con frecuencia, Pepe me ha compartido que Anastasio Mansilla afi maba, palabras más, palabras menos,“quien comprende la Primera Sección de El Capital, conoce la base más sólida del conocimiento económico y es capaz de entender el capitalismo”. Con su obra,Valenzuela facilita el cumplimiento de ese imperativo y le rinde homenaje a su profesor.
5 El libro trata, entonces, de la esencia mercantil del capitalismo y de aquello que se desprende de ese hecho fundacional. A partir de la exposición de su estructura y funcionamiento básico, aborda ese ser mercantil capitalista, no sin antes, para evitar equívocos y simplificaciones, precisar y delimitar las relaciones de propiedad que le son propias.
Con apego a la teoría del valor de Marx, muestra su desempeño contradictorio y la manera en que el ser mercantil abarca, se apodera y domina toda la estructura económica de la sociedad. Hace una exposición renovada de la teoría del valor, rigurosa y coherente, de sus categorías y relaciones sustanciales, para distinguir el complejo sistema de contradicciones y procesos que le son propios.
La complejidad de la relación entre sistema de valores y sistema de precios y el sentido y fundamento de las transferencias de valor.
Luego, se hace cargo de la reproducción y desenvolvimiento de la esencia. Toma como eje articulador y canon del funcionamiento capitalista a la Ley del Valor y sus funciones innatas, con lo cual muestra y explica los mecanismos de asignación del trabajo social y los recursos patrimoniales, así como la regulación conflictiva del proceso económico en su conjunto.
La dinámica y la reproducción de la estructura de base, lo conducen al tema del crecimiento y sus determinantes; al cambio socioeconómico y la sucesión de las distintas fases del capitalismo. Arriba así a una de las partes más ricas del texto: el monopolio como fase histórica. Caracteriza de manera certera su funcionamiento más profundo; aquel que refrenda y niega, al mismo tiempo, la regulación mercantil de la propia ley del valor.
Como lo recomienda el rigor científico al estudiar un fenómeno de gran calado, la última parte del libro la dedica a discutir las condiciones históricas y objetivas de la declinación de las economías de mercado. De cómo la intervención estatal y la acción planificadora de la gran corporación moderna, de manera obligada, condicionan y minan la regulación del mercado. Ante lo cual, se abren las condiciones para la proclamada socialización de las fuerzas productivas.
6 Fiel al mejor tradición que el propio Marx fundó, Valenzuela “duda de todo”, y nos ofrece un libro donde pone al día, extiende y renueva una parte sustantiva de Corpus teórico de Marx. Se propone emprender la tarea, nada menor, de enmendar (léase: rechazar, criticar y ajustar) aquello que lo requiere. Y también, sin mayor empacho, retomar, pulir y esclarecer los fundamentos de su teoría.
El libro contiene, además, una pertinente asimilación crítica de los aportes de otros paradigmas a la matriz marxista, y debates puntuales que lo enriquecen, lo extienden y complementan. Por si fuera poco, Valenzuela se esfuerza también por plantear, aquí y allá, intermediaciones y pautas metodológicas para trazar puentes al test empírico. Si bien esa tarea no es asumida en esta obra, su aporte sin duda pavimenta el camino para consolidar el obligado tránsito hacia un trabajo empírico riguroso y significativo, tan caro e indispensable en la ciencia moderna.
La Teoría general de las economías de mercado se sujeta a un consistente orden expositivo. Admite, por eso, lecturas diversas, al ofrecer una y mil puertas de acceso. A la par de un su estudio metódico y sistemático, son válidas también consultas puntuales y profundizaciones en tal o cual tema. Por su solvencia en el terreno teórico metodológico, es un libro que queda abierto a debates y nuevos aportes.
Su mayor mérito, según su autor, es el apego al mandato de estudiar la realidad. Antes de cualquier filiación teórica, está el compromiso de entender, analizar e interpretar la realidad.
A estas alturas, sabemos muy bien que si el marxismo quiere mantener su espíritu crítico y avanzar en el estudio y la explicación de la realidad, debe también ser objeto de crítica y reflexión persistente. Estar atento y al día; conocer, explicar y anticiparse a los hechos. Y no perder la realidad como punto de partida y de llegada de su impulso transformador. Esto lo reconoce y lo asume José Valenzuela en su libro.
7 Más allá de su complejidad, resulta un libro de fácil lectura. No por su simpleza sino por las cualidades de la exposición. Una redacción fina, ordenada y clara, que se corresponde a un esquema expositivo cuidadosamente diseñado, donde la lógica se respeta tanto como la inteligencia del lector. Los temas, aún los más complejos, se explican con la claridad y sencillez que sólo les está dada a los expertos, a los verdaderos conocedores de la materia. Este atributo, tan propio de los trabajos de Valenzuela, hace que el contenido del libro se realce.
En todo momento, resulta un libro didáctico. Con notas y citas certeras que profundizan e ilustran; con referencias, ejemplos, gráficas y cifras que muestran y explican. Una obra estimulante para especialistas y todo estudioso de la realidad contemporánea; que refrescará el mundo académico y, sin duda, será muy provechosa para la formación y educación de nuestros jóvenes.
Además del dominio sobre la disciplina económica, se advierte un depurado estilo literario, el dominio de un hombre con una basta cultura, conocimiento enciclopédico y hondos compromisos sociales. Pero, ante todo, con un gran aprecio por la vida digna y plena; aquella por la que vale la pena vivir.
8 Compartir con Pepe Valenzuela el proceso de la edición del libro me brindó la oportunidad de refrendar nuestra amistad. Recuerdo, entre otros encuentros, las largas jornadas de trabajo en la mesa de su comedor revisando párrafos, fórmulas, cuadros o citas. Y entre tanto, como siempre, poner en la mesa los asuntos de recurrente interés. Esos, que nos llevan del ciclo de Schumpeter a los driblings de Garrincha; de la agudeza de Lenin a los encantos de Charlize Therón. De todos los poetas que contiene Fernando Pessoa al único y entrañable que es Miguel Hernández. Y viajar de las empinadas calles de Lisboa a los bullangueros portales del Puerto de Veracruz; o de las laderas de Tara en lo que El viento se llevó, a la inhóspita simpleza de Dogville de Lars von Trier. Para por fin, ponernos serios y reverenciales, y evocar a Don José Valenzuela Correa y a Doña Míriam Egurrola. Y simplemente, conversar sin prisa, con mente y corazón abiertos. Para ponernos de acuerdo y no. Para poder soñar. Para seguir en la brega.
Por eso, le agradezco la dedicatoria de su obra. No por el libro mismo, que gracias a él, hace mucho tiempo nos pertenece a todos. Sino por estar junto a Valeria y Mariana, y sus tres nietos. Por acreditarme una vez más el sitio que ocupo en sus grandes afectos. Me alegra que este día de la presentación del libro en México nos encuentre juntos. Por ser un día en que se multiplican todos aquellos que nos trajeron a él.
9 Por muchas razones, el libro de Valenzuela nos remite a un México distinto al de hoy día. El México generoso y consecuente que abría las puertas a los exiliados para ofrecer a cientos de intelectuales y luchadores sociales un hogar, un nuevo sentido de inclusión y pertenencia. Ese México, tan distante al que padecemos ahora, nos provoca ineludibles nostalgias. No de aquellos días del Priísmo desarrollista. Sino por aquello que dejamos en el camino. El México fraterno, justo y libre por el que hemos luchado, el que se nos fue de las manos, y por el que debemos seguir luchando ahora.
Al igual que la migración republicana, la del Cono Sur en década de los setenta enriqueció la vida cultural, académica, intelectual y política de nuestro país. De esos migrantes, muchos continúan en México, su otra patria. Algunos más con distinta fortuna pudieron regresar a sus países. No pocos fallecieron, aquí o allá.
Hoy celebramos que Pepe se haya quedado con nosotros, y nos entregue esta obra fecunda y plena. Que se encuentre sano y vigoroso. Sabedor de que el amor tiene su arte y la felicidad ya no se esconde. Que sea y que siga, como quería Neruda, sonoro y lleno de besos, y a diario con permiso para nacer.