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Vol. 13. Núm. 39.
Páginas 120-124 (septiembre - diciembre 2016)
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Reseña del libro Más allá de la crisis. El reclamo del desarrollo Rolando Cordera (Coordinador General), Jorge Eduardo Navarrete, Enrique Provencio y Norma Samaniego (Coordinadores), 2015, Fondo de Cultura Económica
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Alvaro Bracamonte Sierra
Profesor-Investigador Titular El Colegio de Sonora
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Dice Angus Deaton, Nobel de Economía 2015, que el escape más grande en la historia humana es el escape de la pobreza y la muerte. Plantea que hoy estamos mejor que hace décadas o siglos y que hay un continuo de prosperidad histórica. Sin embargo, apunta, el avance trae su propia contradicción: la desigualdad. Son las dos caras de la moneda.1

El desarrollo en México en las últimas décadas parece mostrar una sola de las caras de la moneda: lamentablemente la fea, la del “no desarrollo”. Como se documenta exhaustivamente en el texto “Más allá de la crisis”, a partir de los ochenta del siglo pasado y más claramente después de la Gran Recesión2 los indicadores de crecimiento y bienestar evolucionan de forma regresiva.

La compilación Más allá de la crisis. El reclamo del desarrollo es un compendio lúcido y descarnado de la insuficiencia de nuestro desarrollo pero es igualmente una síntesis puntual de propuestas sobre el quehacer o al menos sobre lo que no hay qué hacer para cerrar la brecha que separa a los escasos beneficiarios del desarrollo nacional de los millones de mexicanos que padecen las insuficiencias del modelo promovido desde las postrimerías del siglo pasado.

Antes de hacer referencia al contenido del libro vale la pena un comentario sobre el contexto que dio pie a la obra. Todos los colaboradores pertenecen a un grupo de académicos y analistas que desde tiempo atrás se ha preocupado por comprender la trayectoria socioeconómica del país, interés que se acentuó a raíz de la delicada coyuntura que México atraviesa en la actualidad. En el prólogo, José Narro Robles ex rector de la unam reseña:

cuando la gran recesión se encontraba en sus peores momentos, en marzo de 2009, un grupo de universitarios me propuso como rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, la formación de un grupo de trabajo para profundizar en el análisis de las causas y las características de la crisis, pero sobre todo para generar propuestas que permitieran amortiguar sus efectos y propiciar una activación sostenida, y principalmente para reorientar el desarrollo de nuestro país en un sentido de mayor equidad y bienestar. Con esa idea se integró un equipo, que a la postre se llamó Grupo nuevo curso del Desarrollo (gncd)

El gncd, en un ánimo propositivo, apunta a la instauración de un desarrollo distinto capaz de convertirse en un vehículo para “El Gran Escape” de las mayorías nacionales, es decir, para la reconstrucción de una prosperidad sostenible, inclusiva y compartida por todos. Más allá de la crisis es solo una de las muchas reflexiones publicadas por el gncd. No obstante, es posible adelantar que constituye el esfuerzo más acabado por replantear las coordenadas del desarrollo en México. El texto se centra en tres directrices: la necesidad de una nueva fiscalidad, la urgencia de elevar sustancialmente la inversión y las opciones posibles para fortalecer el mercado interno.

Es un libro de más de 450 cuartillas organizadas en cuatro apartados y 17 capítulos. Los títulos de las secciones aluden a la agenda surgida alrededor del reclamo de un verdadero desarrollo. La primera “El cambio reciente en méxico” contiene un solo capítulo elaborado por los integrantes del gncd. Se trata de un recuento preciso de las fracturas que exhibe el desarrollo nacional en materia de crecimiento económico (estancamiento secular), relacionadas con la ausencia de una política económica proactiva (sobre todo industrial), con una creciente desigualdad social, desempleo imparable e informalidad, precariedad laboral y salarial, pobreza, desarticulación institucional, fragilidad hacendaria y un mercado interno sin liderazgo ni protagonismo en el crecimiento.3 Esta traza de pasivos dejada tras varios lustros del modelo económico anclado en el mercado, obliga a imaginarse nuevas fórmulas que permitan superar la anomia social y económica.

La segunda parte “El entorno global” consta de cuatro capítulos escritos por reconocidos internacionalistas: Eugenio Anguiano Roch, Jorge Eduardo Navarrete, David Ibarra y Francisco Suárez Dávila. Además de discutir la política exterior mexicana en un contexto mundial cambiante, los autores coinciden en que la economía mundial, luego de casi una década de dificultades, no logra recobrar el ritmo de crecimiento previo a la gran recesión. La inestabilidad financiera internacional y el escaso dinamismo económico global, representan restricciones ineludibles para el desarrollo de México, lo que implica considerar tales circunstancias en el rediseño de la política exterior a fin de que considere esa limitante.

La tercera sección “Reformas y crecimiento” se conforma de cinco capítulos elaborados por Jaime Ros “La trampa de lento crecimiento y tres reformas recientes”, Juan Carlos Moreno-Brid “Cambio estructural para el crecimiento económico: grandes pendientes de la economía mexicana”, Mauricio de María y Campos “Una nueva estrategia para el desarrollo industrial y regional”, Carlos Tello Macías “Sobre la estabilidad de la carga fiscal” y Cuauhtémoc Cárdenas “El petróleo hoy”.

Los temas tratados son centrales para la redefinición del modelo de desarrollo seguido hasta ahora: escasa inversión, sobre todo pública, desarticulación de las cadenas productivas que impide que el auge exportador impacte favorablemente en el Producto Interno Bruto (pib) y la pobre panorámica que exhibe el consumo interno, se cuentan entre los pasivos a remontar a partir del fortalecimiento del poder adquisitivo de los asalariados, la implementación de una estrategia de apoyo a la proveeduría nativa y el aumento de la inversión, especialmente la pública.

La cuarta parte “Calidad del Desarrollo” se integra de siete capítulos cuyo hilo conductor es la discusión en torno a los pasivos derivados de un modelo que no atiende las esferas laboral, social y ambiental. Los títulos de los textos son sugerentes: “La participación del trabajo en el ingreso nacional: el regreso de un tema olvidado” (Norma Samaniego); “Salario mínimo y salarios: evolución y situación actual” (Saúl Escobar Toledo); “Los derechos humanos y la arquitectura institucional en México” (Mario Luis Fuentes); “El ingreso ciudadano universal para México” (Enrique del Val Blanco); “¿Protección o seguridad social? Viabilidad fiscal y limitaciones de la propuesta de seguridad social universal asociada a la reforma hacendaria” (Leonardo Lomelí Vanegas); “Calidad ambiental del desarrollo: la transición a la economía sustentable” (Enrique Povencio) y “Del Estado de necesidad al Estado necesario” (Rolando Cordera Campos).

En particular respecto a la distribución factorial del ingreso y el comportamiento de los salarios en especial los mínimos, las conclusiones de Norma Samaniego y Saúl Escobar son desoladoras: advierten que en los últimos años se configuró un proceso de compresión de la masa salarial y una reducción preocupante de las remuneraciones salariales. Este retroceso conduce a acentuar la desigualdad y explica en parte el frágil crecimiento económico registrado desde los ochenta del siglo pasado; de hecho, el deterioro de los salarios permite comprender los niveles de pobreza que persisten en México, lo que a su vez, afecta el crecimiento.

Las propuestas en torno a esta problemática son interesantes, aunque difíciles de operar en México: por ejemplo, Enrique Del Val plantea el ingreso ciudadano universal que le correspondería a cada persona solo por el hecho de serlo. Igualmente, se hace alusión a un incremento del salario mínimo como parte medular de una estrategia encaminada a mitigar la pobreza y elevar el consumo interno. Esta idea, que tiene varios años debatiéndose en México, no ha prosperado pese a la desindexación reciente del salario mínimo como unidad de cuenta.4

La dimensión ambiental expresa, como pocas, la calidad o más bien la mala calidad de nuestro desarrollo. De acuerdo con la contribución de Enrique Provencio, la sustentabilidad del Desarrollo implica combinar una agenda social, económica y ambiental. El núcleo duro de la economía aún no integra la dimensión ambiental a su cuerpo conceptual; al respecto, se han establecido métricas que apuntan en esa dirección. En general, en esta agenda México muestra rezagos significativos. Las bases de datos disponibles, aun con todas sus deficiencias, permite observar que el crecimiento no transita hacia una efectiva sustentabilidad.

Este escenario es preocupante habida cuenta de que:

en las próximas décadas, y al menos hasta mediados del siglo, continuarán acumulándose presiones adicionales derivadas, principal, pero no únicamente, de cuatro grandes procesos: primero, la población seguirá incrementándose y de 2015 a 2050 sumarán alrededor de 30 millones de personas que se localizarán sobre todo en las ciudades; segundo, la economía requerirá una expansión considerable para generar empleos y reducir la pobreza, incluso si mejora relativamente la distribución; tercero se mantienen tendencias de degradación y agotamiento de recursos y servicios ambientales que exigirán soluciones más efectivas para mejorar condiciones y calidad de vida, y cuarto, las evidencias indican que aparecerán o se agravarán amenazas que generarán riesgos más intensos para la seguridad humana, la infraestructura social y productiva, y la convivencia y la cohesión social.

Termino con una reflexión que gira en torno al último capítulo, escrito por Rolando Cordera, y a varios pasajes contenidos en el primero, firmado por el colectivo gncd.

Acumulamos más de tres décadas de crecimiento mínimo, de una pobreza que crece absolutamente, de sobrellevar una hacienda pública quebradiza cuya tímida fiscalización no contribuye a atemperar las desigualdades, de un éxito exportador ajeno a la plataforma productiva nativa. Estas debilidades dan cuenta de que el modelo de desarrollo instaurado hace más de tres décadas está fracturado de forma irreversible.

Se afirmaba no hace muchos años que no había otro camino más que el trazado alrededor del libre cambio. Ese mantra confinó a la invisibilidad la construcción de alternativas serias y responsables en torno al desarrollo nacional. Sin embargo, todo indica que esas ataduras quedaron atrás y hoy atestiguamos la multiplicación de espacios de reflexión cuyo propósito es construir nuevos senderos para un desarrollo inclusivo.

Las reflexiones contenidas en el libro Más allá de la crisis se inscriben en esa lógica. En particular, Cordera nos invita a pensar en el “Estado necesario” que si se entiende bien significa la recuperación del papel protagónico del Estado en el desarrollo nacional. Nos propone una especie de Estado renacido (Revenant para estar a tono con el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, ganador del Oscar 2016) que promueva la inversión productiva; un Estado fuerte con capacidad de arbitraje en materia de distribución del ingreso, incansable en el combate a la pobreza y diligente impulsor de una política industrial orientada a rehacer el tejido productivo deshecho por la impronta globalizadora y librecambista.

En palabras de los autores del primer capítulo: la fractura del desarrollo basado exclusivamente en el mercado “impone una acción pública de mayor deliberación, de reflexión acerca de la necesidad de introducir cambios sustantivos en nuestra forma y política de desarrollo, de encarar con rigor y responsabilidad el diagnóstico de nuestra situación y perspectivas, sin las imposiciones dictadas por el pensamiento único en las últimas décadas. Una deliberación amplia y plural que coloque en el centro la necesidad de alcanzar un crecimiento más vigoroso e inclusivo (...)” es inaplazable.

En el marco de esa invitación a deliberar la reconstrucción del modelo de desarrollo vale la pena pensar lo mismo a nivel regional, asunto que no es tratado por los autores de esta compilación. En todo caso, sería la tarea de los regionólogos o de los investigadores y académicos que trabajan la agenda del desarrollo desde un a perspctiva territorial.

La compilación de Cordera invita a ello. Vale la pena tomarle la palabra.

[Sen, 2011]
Sen, Amartya, 2011, w, Taurus.
Bibliografía
[Atkinson, 2016]
Anthony B. Atkinson.
Desigualdad. ¿Qué podemos hacer?.
Fondo de Cultura Económica, (2016),
[Deaton, 2015]
Angus Deaton.
El Gran Escape. Salud riqueza y los orígenes de la desigualdad.
Fondo de Cultura Económica, (2015),
[Piketty, 2014]
Thomas Piketty.
El capital en siglo XXI.
Fondo de Cultura Económica, (2014),
[Stiglitz, 2012]
Stiglitz, Joseph, 2012, El precio de la desigualdad, Taurus.

“Por miles de años aquellos que tuvieron la suerte de escapar de la muerte en la niñez enfrentaron años de pobreza opresiva. A partir de la Ilustración, la Revolución industrial y la teoría microbiana de las enfermedades, los estándares de vida han aumentado varias veces, la duración de la vida por lo menos se ha duplicado y ahora la gente vive una vida más plena y mejor que nunca antes. El proceso aún continúa (…) pero el escape está lejos de haberse completado. Mil millones de personas sufren por tener unos estándares de vida, una escolaridad y un ciclo vital que son un poco mejores que los de sus (nuestros) ancestros. El Gran Escape ha traído consigo un mundo diferente para quienes somos más ricos, más saludables, más altos, más grandes y mejor educados que nuestros abuelos o tatarabuelos. También ha significado un mundo diferente en otro sentido, menos positivo: dado que gran parte de la población mundial se ha quedado rezagada, el mundo es inconmensurablemente más desigual que hace 300 años” (Deaton, 2015, p. 41).

Los autores denominan La gran recesión a la crisis económica y financiera registrada entre 2007 y 2009 cuya fecha emblemática se ubica el 16 de septiembre, fecha en la que el banco de inversión Lehman-Brothers se declara en quiebra.

El rostro más visible del funcionamiento del modelo de mercado es la desigualdad. Este resultado acapara actualmente la atención no solo de académicos sino también de los organismos e instituciones financieras internacionales (FMI y Banco Mundial). La fecunda producción literaria en torno a esta problemática da cuenta de ese interés. Entre los textos más destacados figuran: Piketty (2014), Stiglitz (2010), Atkinson (2016) y el ya referido Deaton (2015).

En otras regiones esta política ha tenido avances relevantes. Por ejemplo el Congreso de California aprobó en el primer trimestre de 2016 un decreto mediante el cual se incrementan los salarios mínimos: pasarán de un promedio de 9 dólares la hora a 15, en un lapso de cinco años y posteriormente se ajustarán conforme se incremente la inflación. Antes, algunos condados como Los Ángeles, San Francisco y Seattle habían aprobado una estrategia similar La presidencia de Barak Obama ha promovido dicha iniciativa a nivel nacional.

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