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Vol. 27. Núm. 3.
Páginas 173-174 (julio 2016)
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José Antonio Chamizo
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Después de empezar a vivir el proceso editorial

con la escritura de libros,

me tocó entrar de lleno

en la edición de la revista Educación Química

Ese es el trabajo que me ha dado más satisfacción

y más dolores de cabeza…

Andoni Garritz

Como ya se había anunciado, con este número Educación Química empieza su tercera época. Lo hacemos con la intención de continuar construyendo puentes entre los diversos integrantes de la comunidad química iberoamericana interesada en la educación. Por ello me permito compartir con los lectores un texto que he utilizado en varias ocasiones para aclarar, de manera general, a qué me refiero:

«En 1910, los doctores Moreau y LePrince, cirujanos franceses, operaron a un niño de ocho años ciego de nacimiento que padecía de cataratas. Después de la operación, ansiaban averiguar el estado de su paciente. Cuando pasó el tiempo requerido para la cicatrización interna, le quitaron las vendas. Los médicos agitaron una mano frente a los ojos del pequeño y le preguntaron qué veía, ya sin problema físico alguno. El niño murmuró: “No sé”. “¿No ves el movimiento?”, insistieron los especialistas. “No sé”, repitió. Los ojos no seguían el lento movimiento de la mano, registraban sólo un brillo variable. Cuando el chico cayó en la cuenta de que la sombra que percibía era la mano, exclamó con voz triunfal: “¡Se mueve!”. El niño podía sentir el movimiento e incluso oírlo, pero todavía debía aprender a verlo. La luz y los ojos no bastaban para darle la visión. Al atravesar la pupila de sus ojos, esa primera luz no suscitaba el eco de una imagen interior. La luz del día lo llamaba, pero la de la mente no respondía desde el interior de los ojos abiertos. El cirujano Moreau escribió: Sería erróneo suponer que un paciente que ha recobrado la vista mediante una intervención quirúrgica está en condiciones de ver el mundo externo. Los ojos, por cierto, adquieren la capacidad de ver, pero el uso de esta capacidad, la cual constituye el acto mismo de ver, aún se debe adquirir desde el comienzo mismo. La operación no cumple más función que la de preparar los ojos para ver; la educación es el factor más importante […] Devolver la vista a una persona ciega de nacimiento es tarea de un maestro, no de un cirujano.»

Aquellos que nos dedicamos a la educación y que lo hemos hecho desde hace un buen tiempo, como es mi caso, sabemos que la tarea no es fácil. En nuestra región iberoamericana un poco más de la cuarta parte de la población tiene entre 15 y 29 años de edad, y su lugar de desarrollo debería ser una institución educativa. Sin embargo, una cuarta parte de ellos se encuentran excluidos de esta oportunidad.

La palabra educación es usada una y otra vez con la intención de resolver muchos de los problemas que nos aquejan en las sociedades iberoamericanas, 2 de ellos ancestrales: corrupción y desigualdad. Y de todas las desigualdades, lacerantes como lo son, la educativa nos enfrenta además a un doble problema, que puede representarse como el romano Jano (de donde derivan las palabras asociadas al mes de enero, janeiro y january), enfrentado al mismo tiempo al pasado y al futuro. Cuando mira al pasado reconoce el enorme rezago en los saberes y habilidades no solo de los alumnos sino también de muchos docentes, lo que requiere construir la posibilidad de alcanzar aquello que desde hace muchos años deseamos alcanzar… y que no alcanzamos, la llamada alfabetización científica. Al futuro lo mira con una idea principal: la pluralidad. Es decir, reunir más que separar, incorporar más y mejores maneras de evaluar, integrar disciplinas, inventar otras, renovar planes de estudio, mejorar la enseñanza experimental, considerar integralmente la enseñanza ambiental, atender explícitamente las demandas de la sociedad, mejorar la imagen pública de la química, y todo ello en la búsqueda de respuestas al incierto porvenir que nos tocará vivir. Cuando se mira hacia el futuro, no debe de haber lugar para la repetición, el acomodo o la ignorancia arrogante, que han mostrado sus carencias y que impiden enseñar a ver.

Con ojos de Jano, habrá que repensar el pasado y enfrentar la futura y anhelada pluralidad de diversas maneras. Concretamente en esta revista:

El Consejo Editorial, ahora integrado por 5 personas, crecerá y se buscará que la participación del Comité Asesor sea más intensa. Los arbitrajes serán más exhaustivos. Ya se encuentra publicada, tanto en español como en inglés, la nueva Guía a los autores en donde se actualiza y precisa la anterior.

Educación Química está dirigida principalmente a la comunidad química iberoamericana, que no necesariamente se encuentran única y geográficamente en los países iberoamericanos. En el año 2015 únicamente en ScienceDirect-Educación Química tuvo un poco menos de 100,000 visitas, el 75% de las cuales correspondió a personas afincadas en los Estados Unidos; el 15%, a muchos de los países geográficamente iberoamericanos entre los que destacan con más de 1,000 visitas Brasil, Chile, China, Colombia, España y México; y el restante 10%, a países del resto del mundo, desde Albania o Argelia, hasta Tailandia o Zimbawe. Somos una revista de educación, iberoamericana, en el pequeño ámbito de la química, con la mayoría de visitantes (4 de cada 5) fuera de nuestras fronteras geográficas. ¡Qué oportunidad para mostrar cómo vemos desde aquí al mundo!

El número y tamaño de los artículos en cada número disminuirá. A lo largo de 27 años se ha escrito en Educación Química sobre innumerables temas y puede constatarse que muchos de los actuales autores no revisan lo ya publicado, y que forma parte de la historia de esta revista, aunque solo sea para criticarlo. Necesitamos una reflexión bibliográfica más profunda y más extensa.

Educación Química en un sentido amplio es educación química. La pluralidad a la que antes se apeló no esta reñida con la identidad. Los artículos que la integren deben reconocer lo uno o lo otro, la educación o la química, ideal y explícitamente los dos.

Educación Química busca ser un puente entre los integrantes de las diversas comunidades químicas iberoamericana interesados en la educación. Lo anterior, de manera simple y también compleja, significa identificar lo que nos une y lo que nos separa. Significa dirigirse a todos desde nuestro lugar particular. Conocernos, citarnos, compartir experiencias y autorías. Aquí resulta sin duda memorable el número monográfico conjunto Enseñanza de las ciencias: perspectivas iberoamericanas aparecido en Educación Química y Alambique en 2007 y en Quimica Nova na Escola en 2008 en el que muchos de los autores de artículos conjuntos provenían de diversos países de la región. Buscaremos construir experiencias semejantes.

En la tercera época aparecerán en la página de Educación Química en Elsevier.es artículos aceptados (avance online) y en ScienceDirect (articles in press) con su asignación de DOI (Digital Object Identifier) y que desde el año 2000 permite identificar todos los documentos electrónicos.

En el último número del presente año, incorporaremos una fe de erratas correspondiente al volumen 27 y la lista de todos los árbitros que con su anónimo trabajo permiten que este proyecto continúe. A todos ellos muchas gracias.

En el presente número se reclasificaron los artículos aceptados, provenientes de la época anterior, de acuerdo a las nuevas secciones. Este proceso continuará parcialmente en los próximos 2 números una vez que se incorporen artículos de acuerdo con la nueva política editorial. Relacionado con esto en el Consejo Editorial decidimos que en cada número se publicará al menos un artículo correspondiente a cada sección. Para irlas identificando de mejor manera decidimos invitar a destacados educadores y/o investigadores para que las ejemplificaran. Así en este número el Profesor William Jensen, uno de los más importantes historiadores de la química a nivel mundial, reflexiona sobre lo que debe de ser una introducción histórica a la enseñanza de la química. El resto de los artículos fueron reclasificados, por lo que además de la presente editorial y el in memorian a Emilio Pedrinaci, el número 3 del 2016 y primero de la tercera época lo integran: 2 reflexiones, 3 didácticas, 2 investigaciones educativas y una comunicación, provenientes de Argentina, Brasil, Chile, España, Estados Unidos y México. Iniciamos la tercera época aprendiendo a ver desde 5 países a través de 2 idiomas.

Copyright © 2016. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Química
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