Las opciones del profesor

Abstract

This article shows the difficulty of defining teaching due to the various philosophies of education, based on anthropological models which coexist today and which in turn have proposed various educational models, such as the teaching competencies (OECD). It also provides the description of two examples of good teachers.

Introducción

Leyendo el libro ¡Basta de historias! de Andrés Oppenheimer (2010) que analiza el desarrollo de algunos países y el panorama latinoamericano frente a la innovación, se llega a la conclusión de que no es la economía sino la educación la que ha permitido el mayor desarrollo, y citando a la Presidenta de Finlandia, dice que la receta para que los jóvenes sobresalgan es tener buenos profesores que aseguren la calidad de la educación. Le preguntó también “¿Cómo hizo Finlandia para pasar de ser un país agrícola que sólo explotaba madera a ser un exportador de alta tecnología?, a lo cual Tarja Halonen respondió: “Es muy sencillo y se puede resumir en tres palabras: Educación, educación y educación” (pp. 65-66).

Antecedentes: ¿Qué es un buen profesor?

Para contestar esa pregunta se requiere considerar que cada cultura ha desarrollado su propio tipo de docente.

En Grecia y en Roma eran esclavos seleccionados a los que se designaba como preceptores para que cumplieran con la tarea de meter en la cabeza de los niños las verdades que su amo estimaba justas y necesarias. La palabra “pedagogía” tiene su origen es ello.¹

En la Edad Media cristiana y en el Islam hasta ahora, la educación se impartía en las iglesias o en las mezquitas dirigidas por clérigos que enseñaban a leer y escribir estudiando las Sagradas Escrituras o el Corán. Enseñaban también valores de acuerdo con su religión.

En esa época, los profesores en las universidades enseñaban filosofía y teología a partir de las citas a las grandes autoridades, como Aristóteles y Santo Tomás, autores indiscutibles, y se les recuerda con la frase “magister dixit, ipse dixit”, que reafirmaba la autoridad del maestro, quien poseía el monopolio del saber y del poder en el seno de la clase. El profesor era el que enseñaba y mandaba, los alumnos debían limitarse a obedecer sus órdenes.

Los principios básicos de este tipo de educación (que se conoce como escolástica), se consideran inmutables y eternos y la educación como el perfeccionamiento intencional de las potencias específicamente humanas. Sus principios, según Clausse (citado por Fullat, 1983), se resumen en:

• a)

  A pesar de los cambios circunstanciales, aquello que especifica al ser humano es siempre y en todas partes idéntico. La educación en sus elementos básicos será la misma para todos y en todos los lugares.

• b)

  Puesto que la racionalidad es la característica más elevada del hombre, hay que educar sometiendo los instintos naturales a los fines razonables. Esto es posible porque los hombres somos libres y, por consiguiente, razonables. En la escuela reinará el orden, que es espejo de lo racional, en vez de imperar el desorden espontáneo que es síntoma de tendencias instintivas descontroladas.

• c)

  La educación no es propiamente la vida, sino una preparación para la misma y, por lo tanto, lugar artificial donde forjar el carácter que someterá los sentidos a la razón.

• d)

  Los programas de estudio colocarán al estudiante en contacto con los valores racionales y permanentes, valores que se encarnan en las grandes obras de la cultura y tradicional clásica.

Este tipo de enseñanza sigue estando en la base de la enseñanza llamada tradicional.

En cambio, para aprender lo que ahora conocemos como arquitectura e ingeniería, había que empezar como aprendiz trabajando junto a un maestro. Así se construyeron castillos, puentes y catedrales. Por otra parte, los príncipes y los hijos de nobles eran instruidos por los más prestigiados pensadores, filósofos o historiadores de su época.

La escuela popular empieza con la era industrial ante la necesidad de preparar a los hijos de los campesinos para el trabajo en las fábricas, acostumbrándoles a horarios y fiestas estipuladas. Desde entonces en muchos países hay una escuela para ricos y una escuela para pobres.

La autoridad y el dogmatismo de los docentes ya fueron cuestionados desde hace tiempo por Pestalozzi (1746-1827) y la estructura autocrática de la escuela y de la universidad han ido cediendo poco a poco gracias a las aportaciones de una larga lista de pedagogos.

Esta evolución la presenta Fullat (1983), quien muestra cómo las distintas filosofías sobre la educación se han modificado en el curso de la historia y los objetivos han variado dependiendo de las diversas concepciones del hombre (modelos antropológico-ontológicos); es decir, según este autor: “cuando un escritor o un maestro defienden determinada concepción pedagógica están proponiendo muy concretas visiones metafísicas del hombre. Toda praxis educadora —familiar, escolar u otra— está insertada en una antropología filosófica desde la cual se vuelve coherente e inteligible, lo cual, sin embargo, no quiere decir que quede justificada.”

Analiza los vectores que señalan la dinámica ideológica que va desde las antropologías filosóficas hacia las teorías educativas y cómo el concepto que se tenga sobre qué es el ser humano puede variar de acuerdo con teorías como las de Descartes, Kant, Freud, Marx o Freire. Resume en ocho rubros las filosofías desarrolladas en la edad contemporánea que vertebran las diversas teorías pedagógicas vigentes, mostrando cómo a un educador no le queda otra salida que escoger uno de estos modelos de hombre. Aun sin escoger conscientemente, su trabajo presupone siempre, desde el ángulo objetivo, alguna que otra ideología.

A continuación se describen unas breves definiciones de cada uno de estos rubros que muestran la variedad de las antropologías contemporáneas:

a) El hombre intemporal, el esencialismo

Es un conjunto de teorías que tienen como denominador común la idea de un hombre perfecto, intemporal, ahistórico, al que hay que aproximarse con esfuerzo poco a poco. Está basado en los escritos de Platón, Kant y Hursserl. Esta filosofía coincide con la escolástica (citada anteriormente) según la cual, en cada hombre, la espiritualidad tiene que triunfar por encima de la naturaleza instintiva.

b) Modelos freudianos

El psicoanálisis ha sido en manos de Freud algo más que una terapia médica, convirtiéndose en un esquema para interpretar buena parte de la conducta humana mediante el estudio y la interpretación de una serie de mecanismos inconscientes que son la fuente de innumerables actos de la vida cotidiana. Su visión antropológica conduce a que toda educación esté condenada a descubrir un camino entre la permisividad y la prohibición, por lo que no puede ser un modelo único, sino que el modelo depende del individuo y de la sociedad. Representantes de esta corriente están, entre otros, Fromm, Marcuse y Neill.

c) El hombre en el anarquismo y el socialismo utópico

La antropología anarquista ve la realización del hombre en el abandono total del individuo a su naturaleza, lo cual se contrapone de forma radical a la mayoría de las instituciones sociales que sobreviven merced a la presencia de la autoridad: el Estado, el poder económico, las iglesias y también la Escuela. Se consideran fuerzas sociales que oprimen a los individuos no permitiendo su plena existencia. La Escuela libertaria defiende la autonomía de los educandos frente a la escuela y la familia, en ella todo se decide entre todos y se suprimen los dogmas sometiendo todo a la razón. Representantes: Bakunin, e Ivan Illich.

d) El hombre deshumanizado

Hay varias corrientes que coinciden en convertir al hombre en simple dato u objeto, entre ellas el conductismo, el cual considera que la conducta de los seres se debe únicamente a las reacciones que surgen ante la estimulación del entorno y que actúan decididamente sobre la historia genética del individuo. Es un campo del pensamiento en el cual la interioridad del individuo humano queda suprimida. La enseñanza programada y la tecnología educativa enseñan las técnicas que hay que emplear para que los escolares asimilen lo que los mayores han propuesto, independientemente del tipo de personalidad, aptitudes o preferencias del escolar. Representantes: Skinner y Lacan.

e) El hombre positivo y la Educación Nueva o Escuela Activa

Tiene antecedentes desde el siglo XIX y considera particularmente el conocimiento previo del educando a fin de acomodarse a los ritmos de éste, convirtiendo la tarea de educar en un trabajo que se realiza desde el niño y no a partir de un saber establecido. Sus principios son:

• 1.

  La educación responde a los intereses y a las necesidades de los educandos.

• 2.

  La escuela es vida y no preparación para la vida.

• 3.

  La cooperación es más importante que la competencia.

• 4.

  Se aprende resolviendo problemas y no a través de la transmisión de saberes.

Es una expresión del positivismo en el que se acepta que no puede haber otro conocimiento que el obtenido del conocimiento de las leyes de los fenómenos. Únicamente hay hechos; por lo tanto sólo se cuenta con la observación, experiencia, verificación y fenómenos. También está influenciada por el pragmatismo donde la actuación justifica y valida al conocimiento y donde la pedagogía del interés del niño está en contraposición con la tradicional, basada en el esfuerzo del alumno. Representantes: Compte, Montessori y Freinet.

f) El individuo del existencialismo

Tanto el positivismo como el pragmatismo mencionados están impregnados de existencialismo, filosofía del modo de ser del hombre en el mundo, que ha reivindicado el valor de la existencia humana al margen de los planteamientos estrictamente racionales.

Considera la educación como proceso nunca acabado por entender al hombre como ser siempre abierto a nuevas posibilidades. Educarse es intentar algo nuevo de forma singular y cómo el hombre, a solas, apartándose de la ayuda divina, va a forjar su futuro. Representantes: Jean Paul Sartre, Kierkegaard y Jaspers.

g) El hombre comunista

El marxismo ortodoxo es un materialismo realista que sostiene la primacía del ser sobre el pensar, ya que las cosas se conocen tal como son. Explica la historia mediante las infraestructuras de producción y de desarrollo económico (materialismo histórico) considerando que la cultura, las ideologías y las organizaciones son reflejo de un substrato material que abarca todos los modos de producción establecidos. El materialismo de Marx es una ciencia real, no parcelada, que ofrece una explicación unitaria de todo hecho humano, se llama dialéctico porque en vez de estudiar los objetos aisladamente, los aborda en sus relaciones y en su proceso.

Marx enfoca al hombre con el máximo realismo. Establece que el ser humano ha sido creado por la sociedad, al propio tiempo que crea a ésta, porque es un ser natural y un ser social. La pedagogía surgida del materialismo dialéctico es una pedagogía vinculada con el trabajo y la revolución. Un conocido exponente de esta pedagogía, Makarenko, afirma que la pedagogía no puede ser resultado de una reflexión sino el resultado de una experiencia, de una observación. Por eso puso en práctica los ideales marxistas en la Colonia Gorki y con los resultados obtenidos publicó su pedagogía en el Poema Pedagógico.

Los marxismos no ortodoxos se han desarrollado de acuerdo con las características de cada país, en Italia (Gramsci), en Francia (Althusser), en Checoslovaquia (Kosik), en China (Mao). Este último concibe la revolución como un movimiento ininterrumpido mediante el cual el hombre transforma su visión del mundo dando lugar a una nueva civilización. Mao ha sido el inspirador de una nueva educación. Ésta debe estar al servicio del proletariado, combinada con el trabajo productivo (cinco años de trabajo manual antes de entrar a la enseñanza superior).

h) El hombre como persona

Se denomina personalismo a toda doctrina y a toda civilización que afirma la prioridad de la persona humana sobre las necesidades materiales y sobre los mecanismos colectivos que sustentan su desarrollo. Tiene semejanzas con otras concepciones antropológicas como el anarquismo.

Ejemplo de esta filosofía son las publicaciones de Paulo Freire quien concibe la tarea del educador como el desarrollo de la conciencia, crítica que surge de la confrontación con la realidad social a la que denomina concientización.

Esta labor se enfrenta al idealismo que cree que la reforma interior de los hombres es suficiente para cambiar las estructuras sociales y conciben la Escuela como la fuerza transformadora de la sociedad, o bien al objetivismo mecanicista que imagina que la mudanza de las relaciones de producción es suficiente para dar nacimiento a una nueva sociedad, habitada por hombres nuevos.

Propuesta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)

Esta institución ha evaluado y comparado los logros educativos de diversos países y recomienda la Enseñanza basada en Competencias, (en la que “competencia” se refiere a ser competente y no a competir). Consiste en un modo diferente de ‘ver’ y valorar el qué y el porqué de la enseñanza y el aprendizaje, dándole prioridad al desarrollo de las potencialidades del individuo y representa un cambio en el perfil del que termina los estudios porque, además de los conocimientos adquiridos, ha aprendido a reflexionar y profundizar en el desarrollo de sus potencialidades para vivir dentro de la sociedad a la cual pertenece.

Así, desde el campo filosófico, Monique Canto-Sperber y Jean-Pierre Dupuy (1999) de la OCDE establecen un conjunto de valores que son útiles para definir una buena calidad de vida y son consecuentes con las grandes teorías morales, que se relacionan con la realización, la elección de un camino de vida propio; entenderse a sí mismo y a su propio mundo, disfrutar y profundizar en las relaciones personales.

Se ha aplicado un programa internacional conocido como PISA para el seguimiento de los avances de los alumnos, concebido por los expertos de la OCDE para evaluar regularmente los logros de los sistemas educativos de los países miembros y asociados.

El objetivo fijado por PISA es muy pragmático: no trata de determinar el grado de asimilación de un programa escolar en particular, sino más bien de medir la capacidad de los jóvenes a enfrentarse a los desafíos de la vida real (Andere, 2007; Robert, 2009; Oppenheimer, 2010).

Se podrían resumir los tipos de educación reconsiderando los fines que se persiguen:

• •

  Educar para reproducir la cultura de un grupo o país.

• •

  Educar para convertir al sujeto en un elemento de un sistema, de acuerdo con la política existente.

• •

  Educar para ayudar al individuo a vivir, desarrollarse en su propio camino y convivir agradablemente en un contexto.

Todas estas filosofías coexisten actualmente y conscientemente o no, el profesor las refleja en su clase. Sin embargo, muchas veces el profesor no está consciente del papel que juega en la formación del estudiante y se limita a transmitir conocimientos.

¿En qué consiste ser un buen profesor?

En cada época y de acuerdo con la filosofía imperante, un buen profesor es el que logra desarrollar en la mayoría de sus alumnos las capacidades, habilidades y asimilación de conocimientos que se han considerado necesarios y según Talanquer (2004), “su éxito parece depender de su habilidad para transformar el conocimiento disciplinario que posee en formas que resulten significativas para sus estudiantes”. Veamos dos ejemplos de buenos profesores, uno moderno y otro antiguo.

En las evaluaciones de la OCDE, Finlandia ha obtenido una vez más el primer lugar entre 57 países por el alto desempeño de sus estudiantes. Este país ha encontrado soluciones a problemáticas que parecían sin solución, tales como reducir el fracaso escolar, conseguir mejores logros sin gastar más, combatir los problemas socio-económicos y conciliar la autonomía y la equidad.

Las claves del éxito de Finlandia descritas por Robert, (2008) se basan en su concepción antropológica la cual rechaza que el hombre sea producto del azar, que esté dominado por poderosas necesidades y que su conciencia no sea más que el resultado de procesos bioquímicos, porque este concepto que resulta útil para lograr los métodos de adiestramiento para convertir a cada individuo en un engranaje eficaz de un sistema de producción en el que se busca la rentabilidad, no considera la complejidad y riqueza de los seres humanos. En Finlandia prefieren otorgar a la persona una gran dignidad, irrenunciable bajo cualquier condición y guiarlo a buscar los medios para asegurar un crecimiento armonioso y responsable, propiciando el desarrollo, el espíritu de iniciativa y a emprender sus propias empresas.

Por consiguiente, la educación tiene por objeto formar individuos buenos, equilibrados, cultos e integrados a la sociedad. Consideran que el niño es curioso y ávido de nuevos conocimientos, que espontáneamente irá hacia el saber, si se crean las condiciones materiales y emocionales en las que puede desarrollarse.

Han llegado paulatinamente a estos conceptos debido a que la población de Finlandia (menor a los 6 millones) era, al terminar la Segunda Guerra Mundial era la de un país rural con una sociedad jerarquizada y desigual con escasos recursos naturales, pero que había logrado superar la producción per cápita del Reino Unido.

Aseguran que su mayor riqueza es su población cuya firme actitud para renovar sus estructuras tradicionales y poner las bases de una reforma profunda y duradera les ha permitido desarrollar una industria altamente especializada para enfrentar los desafíos del mundo moderno y sus revoluciones tecnológicas.

Se considera que los pilares del éxito han sido:

• •

  Una concepción holística de la educación.

• •

  Comprendieron que el niño es un todo y que considerando su globalidad es como se podrán desarrollar todas sus capacidades, intelectuales, afectivas y morales, para así convertirse en un ser humano completo y equilibrado, respetuoso de los demás y de su entorno.

• •

  Una fuerte re-invocación de los valores morales y humanistas.

• •

  Los valores morales que promueven parten de lo más íntimo del ser: la honestidad, la lealtad y la confianza son considerados esenciales para fundamentar una ética personal y una sociedad donde los individuos pueden ser ellos mismos y al mismo tiempo respetar a los demás.

• •

  Un enfoque constructivista del aprendizaje.

• •

  Aceptan las teorías que afirman que el niño es el actor en la adquisición de saberes y de competencias; esto es, que el aprendizaje resulta de una actividad intencional (deseada, consciente y volitiva) de los alumnos mediante la cual ellos interpretan los elementos del aprendizaje sobre la base de la estructura de sus saberes pre-existentes. En esta dinámica de aprendizaje consideran que la colectividad de estudiantes juega un papel esencial y que las interacciones entre alumnos son tan importantes como la relación profesor-alumno.

• •

  No hay cambio de enseñanza ni de programa sin cambio en el profesor.

En un documento de la Facultad de Educación de Joensuu, abril 2006, se describe lo que consideran un buen profesor, como:

Un guía para el aprendizaje

• –

  Alienta el pensamiento (razonamiento) personal del alumno.

• –

  Le hace descubrir lo que es aprender.

• –

  Lo alienta y evalúa el aprendizaje.

• –

  Acepta la responsabilidad de alentar el aprendizaje en cada uno de los alumnos.

Un experto

• –

  Domina la estructura del conocimiento en su especialidad.

• –

  Dontrola la estructura del tema de estudio y el desarrollo de las competencias.

• –

  Ayuda a los alumnos a construir sus conocimientos y sus competencias.

• –

  Indaga, desarrolla y evalúa sus actividades.

• –

  Se apropia, comunica y desarrolla la cultura.

Un director de actividades de aprendizaje

• –

  es responsable de la creación de una atmósfera de seguridad propicia para el trabajo.

• –

  construye ambientes de aprendizaje.

• –

  alienta los distintos estilos de aprendizaje.

Una persona completa

• –

  Sabe mantener una conversación con empatía.

• –

  Alienta y aporta ayuda.

• –

  Integra el concepto de aprendizaje durante toda su vida.

• –

  Conoce su propio potencial y sus limitaciones.

• –

  Asume la responsabilidad de sus propios sentimientos.

• –

  Está consciente de su propia concepción de la naturaleza humana.

Un inspirador de valores

• –

  Ayuda a los alumnos a desarrollar y clarificar sus valores.

• –

  Les ayuda a hacer elecciones éticas.

• –

  Alienta la construcción a partir de su propia visión del mundo.

• –

  Pone en acción los valores cívicos.

• –

  Comprende la influencia social de su propio trabajo.

Un adulto receptivo y responsable

• –

  Trabaja activamente en las metas comunes de su escuela.

• –

  Favorece la cooperación.

• –

  Es un modelo de competencias sociales y de saber vivir.

• –

  Se dedica a hacer de su escuela una “organización de aprendizaje”.

Otro ejemplo de un buen profesor

Veamos un ejemplo más, muy antiguo, provienente de la cultura náhuatl.

En el mundo náhuatl, la explicación sobre la razón de existir se centra en la existencia de la totalidad infinita y no sobre el ser humano, “la misión de nosotros, los seres humanos, es comprender las leyes que rigen esa totalidad de la cual formamos parte, para fundirnos de manera armoniosa y de esta forma lograr un vivir cotidiano en el cual disfrutemos plenamente de bienestar corporal, emotivo y mental como consecuencia de vivir en armonía cósmica (Stivalet, 1990).^*

El ideal de un hombre, (León-Portila, 1974) dice: “El hombre maduro: un corazón firme como la piedra, un rostro sabio, dueño de una cara, un corazón, hábil y comprensivo”.

Desde su nacimiento el niño recibía los nombres cariñosos “piedra preciosa, rica pluma” pero era rigurosamente educado por los padres con buenos consejos y labores domésticas hasta los nueve años cuando podían ingresar al “calmecac”, donde estaba al cuidado de los sacerdotes o al telpochcalli dirigido por guerreros reconocidos.

¿Qué era un buen maestro en el mundo náhuatl? Según Sahagún el maestro, tlamatini, era también un filósofo y un sabio y hay varias traducciones de sus características. Citaremos primero la versión del Dr. Miguel León-Portilla (1974) del Código Matritense y a continuación la del Ing. Tlacatzin Stivalet (1997).

1. In tlamatini: tlahuilli, ocotl, tomahuacocotlahpocyoh

El sabio: una luz, una tea, una gruesa tea que no ahúma. El que siente (las cosas): es luz, es ocote (encendido), grueso ocote (encendido) no humeante. (Es luz brillante y poderosa sin interferencias). (El tlamatini aporta luz para que sus discípulos vean las cosas con sus propios ojos).

2. Tezcatl, coyahuactezcatl, necocxapoh

Un espejo horadado, un espejo agujereado por ambos lados. Es amplio espejo que refleja por ambos lados. (Cuando uno se mira en un espejo se descubre a sí mismo y a través de él puede ver, al mismo tiempo, todo lo que le rodea y sentir que ambos son parte de una totalidad).

3. Tlileh, tlapaleh, amoxhuah, amoxeh

Suya es la tinta negra y roja, de él son los códices. Es poseedor del negro, es poseedor del color, es poseedor de libros, es dueño del libro (es dueño de la sabiduría).

4. Tlilli, tlapalli

Él mismo es escritura y sabiduría.

Es el negro y el color de los libros.

5. Ohtli, teyacanqui, tlaneloh

Es camino, es guía veraz para otros.

Es guía que acompaña para ayudar a reconocer el camino de cada quien, es el que impulsa a los otros.

6. Tehuicani, tlahuicani, tlayacanqui

Conduce a las personas y a las cosas. Es guía en los negocios humanos.

Es acompañador de personas, es quien logra el éxito, es organizador. (Es caudillo que acompaña a sus alumnos para que se organicen adecuadamente y puedan siempre tener éxito en sus propias acciones).

7. In cuallitlamatini: ticitl, pialeh, machizeh;

El sabio verdadero, es cuidadoso (como un médico) y guarda la tradición.

El buen tlamatini es responsable de las personas, es poseedor de la civilización, es responsable reconocido por derecho propio.

8. Temachtli, temachiloni, neltoconi, neltoquizli

Suya es la sabiduría trasmitida, él es quien la enseña, sigue la verdad.

Conmueve, hace sentir esperanza, es digno de crédito, es digno de ser creído.

9. Temachtiani, tenonotzani

Maestro de la verdad, no deja de amonestar.

Es maestro, es consejero.

10. Teixtlamachtiani, teixcuitiani

Hace sabios los rostros ajenos, hace a los otros tomar una cara (una personalidad), los hace desarrollarla.

Alegra los rostros, propicia a tomar rostro.

11. Teixtomani, tenacztlapohuani

Les abre los oídos, los ilumina.

Abre los ojos de las personas, abre los oídos de las personas.

12. Tetlahuiliani, teyacanani, teohtequiliani

Es maestro de guías, les da su camino.

Ilumina a las personas, es guía excelente, abre caminos

13. Itechpipilcotiuh

De él uno depende.

De él se va dependiendo.

14. Tetezcahuiani, teyolcuitiani, neticihuiloni, neixcuitiloni

Pone un espejo delante de los otros, los hace cuerdos, cuidadosos; hace que en ellos aparezca una cara (una personalidad). Hace que la gente se mire en el espejo, ayuda a responsabilizarse, ayuda a uno a formarse, le ayuda a uno a descubrir la rectitud.

15. Tlahuica, tlaohtlatoctia, tlatlalia, tlatecpana

Se fija en las cosas, regula su camino, dispone y ordena. Detecta los errores, hace avanzar, pone orden, coloca en orden.

16. Cemanahuactlahuia

Aplica su luz sobre el mundo. Ilumina al mundo.

17. Topan, mitlanonmati

Conoce lo (que está) sobre nosotros (y), la región de los muertos.

Siente intensamente lo que está encima de nosotros y lo que está entre los muertos.

18. Ahquehquelti, ahxihxicti

(Es hombre serio).

No hace burla, no ridiculiza.

19. Itechnechicahualo, itechnetzahtzililo, temachilo

Cualquiera es confrontado con él, es corregido, es enseñado. Cerca de él uno se esfuerza, cerca de él uno es convocado, es enseñado, todos sienten confianza.

20. Itechnetlacaneco, itechtlacuauhtlamacho

Gracias a él la gente humaniza su querer y recibe una estricta enseñanza.

En él uno deposita su confianza, junto a él uno se esculpe.

21. Tlayolpachihuitia, tepachihuitia, tlapalehuia, ticiti, tepahtia

Conforta el corazón, conforta a la gente, ayuda, remedia, a todos cura.

Certifica las cosas, satisface a la gente, ayuda, cura, sana a la gente.

Conclusiones

El profesor ha recibido influencias de todo tipo. Desde la educación que recibió cuando niño, la formación que recibió como docente y las influencias que le llegaron a través de cursos y de lecturas, así como el éxito que haya tenido como maestro.

Un solo modelo de enseñanza es una limitante para enseñar a grupos de alumnos que se caracterizan por su diversidad.

Por otra parte, los cambios en la enseñanza programados por autoridades educativas tienen inconvenientes, bien sea por la dificultad para adoptar de un modelo de enseñanza que no se ha vivido, porque provienen de otros países y porque no se sabe que resultado pueda dar en el contexto en que se desenvuelve el maestro, por eso los cambios son lentos, constantes y requieren la cooperación de todos los profesores que requieren estar bien informados.

Debido a que las condiciones de trabajo y las necesidades de la producción han cambiado se requieren mayores innovaciones y. por lo tanto, más que información (libros, artículos, etc.) hoy fácilmente accesibles, se requiere mayor creatividad, un espíritu crítico capaz de interpretar la información, aplicar los conocimientos a la práctica, diseño y gestión de proyectos, entre otras muchas habilidades, y es por lo que la OCDE propone otro tipo de enseñanza.

Está en las manos del maestro elegir, probar y obtener los resultados deseados, porque lo que fue bueno para ellos cuando estudiaban, quizá no lo sea para los actuales alumnos.

Estos dos ejemplos tan distantes en el tiempo y en el espacio tienen básicamente dos cosas en común, la concepción del sujeto a educar (modelo antropológico-ontológico) y el modelo de docente basado en el conocimiento pedagógico del contenido y en valores morales y humanistas.