El presente número de la revista EDN publica el artículo: ¿Quo Vadis Endocrinología y Nutrición?1, que describe la evolución del número medio de MIR con el que los médicos recién graduados escogen la especialidad de Endocrinología y Nutrición (EyN). Los resultados revelan un aumento progresivo a lo largo de los últimos años de dicha cifra. Reconociendo la influencia de múltiples factores, el dato puede interpretarse como una reducción del atractivo de la EyN en contraste con años previos2. El artículo recoge una interesante información adicional sobre la opinión de residentes de 4° año de la especialidad que revela una gran satisfacción por la elección y desarrollo de la EyN, subrayando al mismo tiempo aspectos considerados como negativos por algunos encuestados, como la escasez de técnicas instrumentales propias y la percepción de un desajuste en su relevancia frente a otras especialidades. Estos resultados representan una oportunidad para la comunidad endocrinológica de plantearse nuevos retos en la progresión de la EyN en su trayectoria hacia el futuro.
La trayectoria de la EyN a lo largo de las últimas décadas ha sido muy fructífera abriendo nuevos horizontes que sustentan modernas aproximaciones diagnósticas y terapéuticas tanto en el ámbito endocrino-nutricional como de otras disciplinas médicas. Es ese progreso en la identificación de nuevos mecanismos fisiopatológicos y aplicaciones diagnósticas y terapéuticas el que ha catalizado una notable expansión de la especialidad a otras disciplinas. Este fenómeno de “endocrinologización”, presente en la mayoría de áreas de la patología médica y quirúrgica, como las enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares, psiquiátricas, el cáncer, la cirugía digestiva y los trasplantes entre otras, ha generado mucho interés en otros especialistas que se ven atraídos por la riqueza y el encanto de la fisiopatología hormonal para resolver complicados dilemas de la práctica clínica. Este nuevo escenario, de gran expansión de la EyN, obliga a replantear el papel del especialista en el concierto clínico general. La dotación comparativamente insuficiente de técnicas y la transición de la especialidad hacia un abordaje asistencial moderno, predominantemente ambulatorio, son potenciales factores que hacen que la especialidad vea atenuada su peso respecto a otras disciplinas. Por otra parte, la deficiencia ancestral de especialistas en EyN en España y otros países se ha reducido, pero aún no se ha corregido3–6. Todos estos elementos exigen afrontar un reto de adaptación que impulse el progreso de la EyN, manteniendo al mismo tiempo su identidad unitaria y su profundidad de conocimiento en áreas concretas para garantizar la excelencia de sus especialistas en las vertientes asistencial, docente, investigadora y de gestión.
Con este fin, el primer escalón, que forma un continuum con otros soportes estratégicos, es la docencia universitaria. La homogeneización de los programas docentes de Endocrinología y Nutrición en las Facultades de Medicina es un aspecto clave. En este sentido, los especialistas en EyN son las personas más cualificadas para impartir la docencia de la especialidad. Este aspecto debe ser reivindicado con firmeza si deseamos que los estudiantes de Medicina disfruten de la posibilidad de tener un conocimiento diáfano de la implicación de especialidad en la actividad asistencial e investigadora que ilumine sus oportunidades en el mercado laboral. Los programas educativos de cada Facultad de Medicina se caracterizan por su heterogeneidad, que determina el caudal de competencias que acumula cada estudiante. Uniformar la actividad docente de la especialidad con la deseada orientación multidisciplinar7–9 constituye un reto complejo, que debe abordarse en aras de dotar a todos los estudiantes de Medicina con un conocimiento básico de la especialidad similar. Del mismo modo que acciones de gran interés y demostrada utilidad, como el Manual de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), están desempeñando un papel fundamental para equiparar el conocimiento de residentes y especialistas, un programa docente basado en una propuesta común redundaría en elevar la calidad de la enseñanza universitaria de la especialidad. Otro tanto puede decirse de la trascendencia que tienen las prácticas de pasantía clínica en los servicios de EyN, que abren la puerta por primera vez a los estudiantes a la práctica de la especialidad. Todos los servicios docentes deben ser muy conscientes de la importancia que tienen los programas estructurados que, aunque deban adaptarse a los recursos de cada Hospital o Facultad, pueden tener una matriz común que garantice un programa eficaz y atractivo para el alumno con traducción en una actitud y aptitud adecuadas.
En un segundo escalón y en íntima relación con la docencia universitaria destaca la importancia estratégica de la organización de los servicios de EyN. El trabajo multidisciplinar, las sesiones clínicas, monográficas, bibliográficas y la investigación clínica, básica y traslacional deben encontrarse sólidamente estructuradas en cada servicio. El carácter dispar de la disponibilidad de secciones dedicadas a la investigación básica y traslacional debe ser superada por la realización de estudios colaborativos entre diferentes servicios y centros que faciliten a los servicios más clínicos participar en proyectos de investigación traslacional y así ascender niveles en la excelencia de la actividad integral. Esta perspectiva ofrecerá a estudiantes y residentes una dimensión real del desarrollo de la EyN, posibilitando la apertura a nuevos horizontes de interacción nacionales e internacionales. La colaboración interdisciplinar en los propios hospitales, un terreno en la que la EyN debe asumir un papel protagonista, debe contribuir a revelar el papel que la especialidad tiene sobre patologías primariamente endocrinológicas y el rol clave que juega en un abanico cada vez más amplio de patologías en colaboración con otros especialistas. La iniciativa y el liderazgo en terrenos trasversales, pero específicos de la EyN como la diabetes, la obesidad o la osteoporosis son incuestionables. La coordinación de rotaciones externas en centros de excelencia dota a los residentes de mayores oportunidades de interacción que posibilitan el descubrimiento de nuevas líneas de trabajo. Las perspectivas asistenciales y de investigación que estudiantes y residentes deben contemplar en cualquier servicio con docencia acreditada son los auténticos estandartes que jalonarán el camino hacia una trayectoria profesional exitosa y solvente.
El tercer escalón a considerar emana de la progresión de la propia especialidad. La EyN ha evolucionado por necesidades de la propia población. El progreso se ha extendido desde la atención preferente a patologías clásicas como las derivadas de enfermedades hipotálamo-hipofisarias, tiroideas, suprarrenales y gonadales hacia la expansión a otras áreas de gran importancia estratégica para la salud pública como la Nutrición, la obesidad, la diabetes o las alteraciones del metabolismo fosfocálcico, en las que el especialista en EyN debe desempeñar un liderazgo incontestable. En este sentido, la interacción con Atención Primaria es esencial10. No obstante, nuestra propia especialidad debe avanzar hacia otras disciplinas como neurología, psiquiatría, oncología, urología, ginecología y medicina intensiva, entre otras. En estos terrenos el especialista en EyN debe formar parte de los equipos asistenciales, docentes e investigadores para consolidar una interacción multidisciplinar ineludible en nuestros días 7,9. Mostrar el valor añadido de la EyN, incluyendo el empleo de nuevas técnicas y abordajes como las relacionadas con la composición corporal estudios ecográficos, hospital de día de diabetes, consultas de alta resolución, la capacidad interpretativa diagnóstica y la excelencia terapéutica8 es responsabilidad de todos sus especialistas. La imprescindible colaboración con los pacientes propios de la especialidad, que en su amplia mayoría se ven afectados por procesos crónicos, fortalece la EyN y multiplica su impacto sobre la sociedad con gran repercusión en la calidad y expectativa de vida de la población.
En este contexto la locomotora más cualificada para ejercer de guía en este viaje en el que estamos inmersos es la SEEN. Nuestra sociedad, que conglomera a especialistas y a otros profesionales relacionados con la EyN, nos provee con directrices orientadas al progreso y consolidación de la especialidad. El desarrollo de sus Áreas de Conocimiento y Grupos de Trabajo y la interacción fluida con sociedades afines tanto a nivel nacional como internacional enriquece en progresión exponencial la formación de los especialistas y muestra la senda de progreso. Su papel en impulsar los recursos y calidad de los servicios, en la elaboración de guías y consensos, en la generación de material de formación continuada y la facilitación de la actividad investigadora a lo largo y ancho de la geografía española son solo unas pinceladas de su capacidad aglutinadora. La iniciativa en la innovación y el liderazgo son atributos que ha hecho suyos la SEEN a lo largo de muchos años, lo que ha potenciado la progresión de la especialidad. La SEEN es un excelente catalizador de iniciativas que deben extenderse desde la docencia universitaria a la organización de los servicios de EyN, a hacer la especialidad más visible entre profesionales, administradores y población general y, finalmente, a impulsar su expansión estratégica hacia nuevas áreas.
En resumen, iniciativa, liderazgo e innovación personal e institucional a nivel docente, en los ámbitos de grado y postgrado, así como asistencial e investigador en un marco de unidad identitaria son los transbordadores que llevarán a la especialidad a adaptarse a nuevos retos y a afianzar su atractivo a lo largo del apasionante viaje que desde su nacimiento protagoniza en el desarrollo de la Medicina.
