El Informe Mundial de la Salud de 2002 estimó que el sedentarismo es una de las principales diez causas de morbilidad y mortalidad y la proporción de las personas cuya salud está en riesgo debido a la vida sedentaria es de aproximadamente 60%.
ObjetivoEvaluar la relación de el nivel de actividad física con factores de riesgo cardiovascular y el síndrome metabólico en 61 hombres sanos.
MétodosLa versión corta del cuestionario de la International Physical Activity Questionnaire (IPAQ), recomendado por la Organización Mundial de la Salud, fue utilizado como una medida válida para estimar dos categorías de actividad física, como son: nivel bajo (insuficiente y sedentarios) y nivel vigoroso (moderado y muy activa). Factores de riesgo cardiovascular y síndrome metabólico se definió de acuerdo con los criterios del National Cholesterol Education Program de los Estados Unidos y el International Diabetes Federation, respectivamente. Los niveles séricos de proteína C-reactiva y la ferritina también fueron medidos, y la sensibilidad a la insulina se calculó mediante la evaluación del modelo de la resistencia a la insulina (HOMA-IR).
ResultadosLa media de edad de la población de estudio fue de 47.1±6.9 años. 17 participantes (28%) tuvieron síndrome metabólico. No hubo diferencias entre las categorías de actividad física nivel bajo y nivel vigoroso, o la relación con la actividad física total (MET×semana). No se observó asociación entre los niveles bajos de actividad física y los criterios de síndrome metabólico.
ConclusionesLa alta prevalencia de inactividad física en los participantes del estudio con el cuestionario IPAQ no se asoció a factores de riesgo cardiovascular y síndrome metabólico.
The World Health Report 2002 estimated that sedentary is one of the main 10 causes of morbidity and mortality and the proportion of people whose health is at risk due to sedentary life is approximately 60%.
ObjectiveTo assess the relationship of the physical activity level with cardiovascular risk factors and metabolic syndrome in 61 healthy men.
MethodsThe short version of the International Physical Activity Questionnaire (IPAQ) recommended by the World Health Organization was used as a valid measure to estimate two categories of physical activity, such as: low level (insufficient and sedentary) and vigorous level (moderate and very active). Cardiovascular risk factors and metabolic syndrome were defined according to criteria of the National Cholesterol Education Program of the United States and International Diabetes Federation respectively. Serum levels of C-reactive protein and ferritin were also measured, and insulin sensitivity was estimated by the Homeostatic Model Assessment-Insulin Resistance (HOMA-IR).
ResultsMean age of study population was 47.1±6.9 years. 17 participants (28%) had metabolic syndrome. There were no differences between the categories of low and vigorous level physical activity, or relationship with total physical activity (MET×week). No association was seen between low levels of physical activity and metabolic syndrome criteria.
ConclusionsThe high prevalence of physical inactivity found in study participants using the IPAQ questionnaire was not associated to cardiovascular risk factors and metabolic syndrome.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de mortalidad mundial y representan casi el 60% de todas las muertes y el 43% de todas las enfermedades en el mundo1. Reaven et al, en la década de los ochenta, observaron que la dislipidemia, la hipertensión y la hiperglucemia eran condiciones frecuentemente asociadas en un mismo individuo y presentaban mayor riesgo cardiovascular, situación que llevó a denominarse síndrome metabólico (SM). El SM es un conjunto de anormalidades metabólicas que incluye intolerancia a la glucosa, resistencia a la insulina, obesidad central, dislipidemia aterogénica, hipertensión arterial y estado protrombótico. El SM ha sido encontrado en sujetos que reportan conductas y preferencias relacionadas con un estilo de vida no saludable, con una dieta inadecuada, sedentarismo, consumo de alcohol y tabaquismo.
Adicionalmente a los marcadores metabólicos de riesgo cardiovascular ya conocidos como glucosa, colesterol y triglicéridos (TAG) nuevos marcadores han sido objeto de estudio en relación con el riesgo de SM y enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) en las últimas décadas3,4. Principalmente la inflamación de tipo subclínico evaluada por niveles de proteína C reactiva de alta sensibilidad (PCR-AS) y los depósitos de hierro en base a los niveles de ferritina han sido asociados con riesgo de diabetes tipo 2 y SM3,4.
La epidemia actual de obesidad y los altos niveles de sedentarismo han duplicado la prevalencia de SM en adultos estadounidenses con sobrepeso en un período de sólo 10 años, de acuerdo con las Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición entre 1988-1994 y 1999-20045,6. La prevalencia de SM en Estados Unidos (Estudio NHANES III) utilizando el criterio de diagnóstico del Tercer Panel de Expertos del Programa Nacional de Educación para el Colesterol (NCEP-ATP III)7,8 fue cercana a 24% en sujetos de 20 años y más. Esta definición que usa glucosa alterada en ayunas de 110 a 125 mg/dl ha sido utilizada en numerosos trabajos. Los esfuerzos combinados de la Federación Internacional de Diabetes (IDF)9, del Instituto Nacional de Corazón, Pulmones y Sangre de Estados Unidos y de la Asociación Americana del Corazón han dado como resultado la definición de SM para ser utilizada en la práctica clínica en todo el mundo.
Este problema de salud se está convirtiendo en un problema crítico en los países en desarrollo, que están muy influenciados por la modernización y la urbanización10. Cambios del estilo de vida que incluyen una reducción en la actividad física y la sustitución de dietas tradicionales por dietas con alto contenido de grasa y densas en calorías son algunas de las explicaciones de este fenómeno11. Adicionalmente, la edad, el sexo y la genética son factores con un impacto significativo en la predisposición al SM9–11.
Varios estudios han evaluado la asociación entre las diferentes características de la actividad física, definida por el estándar International de Actividad Física (International Physical Activity Questionnaire o IPAQ), con los factores de riesgo cardiovascular y el SM con resultados aún inciertos12,13. El objetivo de este estudio fue evaluar la relación entre el nivel de actividad física con el cuestionario IPAQ con marcadores de riesgo cardiovascular y SM en hombres aparentemente sanos.
MétodosPoblación de estudioSe incluyeron 61 hombres, pertenecientes a tres empresas de servicio privado y público, con edades entre los 25 y 64 años, del área metropolitana de Cali-Colombia. Dos de los autores comprobaron de forma independiente la calidad de los datos registrados en los cuestionarios estandarizados como el IPAQ, la encuesta sociodemográfica y la encuesta de antecedentes de salud. Las muestras de sangre fueron tomadas poco después de la entrevista, previa firma del consentimiento informado y aprobación del comité de ética en humanos. Se excluyeron participantes con diagnóstico médico o clínico de enfermedad sistémica mayor (incluidos procesos malignos), diabetes, hipertensión arterial, hipotiroidismo o hipertiroidismo, índice de masa corporal (IMC) mayor o igual a 35,0 kg/m2, presentar antecedentes de historia de abuso de drogas o alcohol, consumo de multivitamínicos, uso de estatinas y presencia de procesos inflamatorios (traumatismos, contusiones) o infecciosos.
Medición de los factores de riesgo cardiovascular y de síndrome metabólicoSe evaluaron marcadores de riesgo cardiovascular reportados en el Programa Nacional de Educación del Colesterol en Estados Unidos (por sus siglas en ingles, NECP)14 así como valores de PCR-AS, ferritina y de sensibilidad a insulina mediante el calculo del índice Homeostatic Model Assesment-Insulin Resistance (HOMA-RI) con la siguiente fórmula: (insulina basal en mUI/l×glucemia basal en mmol/l)/22,5, como nuevos marcadores asociados al SM y a enfermedades cardiovasculares3,4. Para el SM se aplicaron los criterios y la definición de la IDF15, los cuales han sido usados como puntos de corte en población colombiana16. Para este propósito era necesario evaluar la presencia de los componentes de SM: obesidad abdominal (circunferencia de cintura≥88 cm), TAG (≥ 150 mg/dl), niveles bajos de colesterol HDL (c-HDL) (< 40 mg/dl en hombres), presión arterial sistólica≥130 mmHg, presión arterial diastólica≥85 mmHg) y glucemia en ayunas ≥ 100 mg/dl. Se definió un individuo con SM al presentar obesidad abdominal más al menos otros dos componentes.
Medición autorreportada del nivel de actividad físicaSe aplicó de manera autodiligenciada la versión corta del cuestionario IPAQ recomendado por la Organización Mundial de la Salud (www.ipaq.ki.se/questionnaires/ColombiaIQshtel.pdf), como medida válida para estimar la actividad física por un encuestador entrenado. Esta versión consta de siete preguntas que indagan en la frecuencia, la duración y la intensidad de participación en actividades físicas como caminar o correr durante la semana inmediatamente previa a la participación del estudio y en diferentes contextos de la vida cotidiana. Se calcularon los equivalentes metabólicos (MET) para clasificar las personas en dos grupos:
- 1)
alto nivel de actividad física: participar al menos 3 días en una actividad física vigorosa y al menos 1.500 MET-min/semana o más días de cualquier combinación de actividad física y al menos 3.000 MET-min/semana.
- 2)
bajo nivel de actividad física (menos de 3 días de actividad física vigorosa y menos de 20 min por día y/o caminar menos de 20 min al día o un gasto calórico menor de 600 MET-min/semana).
Un examen físico que incluyó antropometría, aplicando el protocolo de López et al17, fue usado para el registro de la talla con equipo Kramer®, y el peso corporal con balanza Tanita®. La circunferencia de cintura se midió entre la costilla inferior y la cresta ilíaca con cinta métrica, con el participante en posición de pie y ligero de ropa. La composición corporal se determinó mediante análisis de bioimpedancia utilizando el dispositivo Bodystat® (Quadscan 4000, Reino Unido), para calcular de manera indirecta el porcentaje de grasa corporal a partir de la masa grasa total (kg) y el peso corporal.
Medición clínicaLa presión arterial fue medida con esfingomanómetro digital (OMRON®) en el brazo derecho en dos ocasiones diferentes, espaciadas 5 min entre sí, con los participantes sentados en posición confortable y después de 10 min de reposo. Adicionalmente los participantes diligenciaron una encuesta de antecedentes personales y familiares de salud.
Medición bioquímicaPor punción en vena antecubital se extrajeron 10 ml de sangre en tubos vacutainer sin aditivo. Las muestras de sangre se transportaron al laboratorio en neveras entre 4 y 8°C, y en un tiempo no mayor a una hora se centrifugó a 3.000 rpm para la obtención del suero hasta su procesamiento. Los marcadores bioquímicos se determinaron por las siguientes técnicas: PCR-AS y ferritina por métodos inmunoturbidimétricos en espectrofotómetro automatizado A-15 (Biosystems, España); glucosa, colesterol total, TAG, c-HDL (método colorimétrico directo en espectrofotómetro automatizado por solubilización con detergente, Biosystems, España)18; mientras que el índice arterial se calculó con la fórmula: colesterol total/c-HDL. Para el cálculo de colesterol c-VLDL y colesterol c-LDL se utilizaron las ecuaciones de Friedewald et al19: c-VLDL=TAG/5 y c-LDL=colesterol total – c-HDL – c-VLDL (para los sujetos que tenían TAG<400 mg/dl). Los niveles de insulina se determinaron por ensayo de quimioluminiscencia (kit IMMULITE 1000, San José, CA)20.
Análisis de datosEn primer lugar se realizó un análisis exploratorio para determinar la frecuencia y distribución de cada una de las variables estudiadas. Para estimar la relación entre las variables del cuestionario IPAQ y los marcadores de riesgo cardiovascular y SM se utilizaron los coeficientes de correlación de Pearson y Spearman según su distribución. Las diferencias en media según las dos categorías del IPAQ (bajo y alto nivel de actividad física) se evaluaron con la prueba t de student para todas las variables. Las variables que no presentaron distribución normal fueron transformadas con su logaritmo para normalización. En los casos en los que no fue posible la normalización de la variable, se utilizó la prueba no paramétrica de U de Mann Whitney para estimar las diferencias por las categorías del IPAQ. La asociación entre actividad física y los criterios de SM se estimaron con la prueba X2 y se calcularon odds ratio para cada categoría. Un valor p<0,05 fue considerado como significativo y todos los análisis se realizaron en el paquete estadístico SPSS (Statistical Program Version 13, Chicago, IL).
ResultadosDescripción de la composición corporal, antropometría y marcadores bioquímicos y clínicos de la población de estudioEl promedio de edad de la población estudiada fue 47,1±6,9 años. Los promedios de presión arterial fueron: sistólica=123±14 mmHg y diastólica=76±9 mmHg. Las medidas antropométricas dieron una circunferencia de cintura de 86,8±9,7 cm, un IMC de 26,7±3,1 kg/m2, un porcentaje de grasa corporal de 25,8±6,0 y un porcentaje de grasa visceral de 12,3±9,8. Diecisiete participantes (28%) presentaron SM. El promedio de las variables bioquímicas se muestra en la tabla 1.
Variables clínicas, antropométricas y bioquímicas relacionadas con riesgo cardiovascular y síndrome metabólico en hombres saludables.
Variablesa | (n=61) |
Edad (años) | 47,1±6,9 |
Clínicas | |
PA sistólica (mmHg) | 123±14 |
PA diastólica (mmHg) | 76±9 |
Antropometría y composición corporal | |
Circunferencia de cintura (cm) | 86,8±9,7 |
IMC (kg/m2) | 26,7±3,1 |
Porcentaje de grasa corporal | 25,8±6,0 |
Porcentaje de grasa visceral | 12,3±9,8 |
Bioquímicas | |
Glucosa (mg/dl) | 90,5±9,1 |
Triglicéridos (mg/dl) | 210±119 |
Colesterol (mg/dl) | 202±200 |
c-HDL (mg/dl) | 42,8±9,2 |
c-LDL (mg/dl) | 119,5±28,5 |
Índice arterial | 4,8±1,0 |
PCR-AS (mg/l) | 2,0±1,9 |
Ferritina (μg/l) | 246±183 |
Insulina (μm/ml) | 1,05±2,4 |
HOMA-RI | 2,9±1,6 |
Síndrome Metabólico n (%) | 17 (28) |
c-HDL: colesterol HDL; c-LDL: colesterol LDL; HOMA-RI: índice de sensibilidad a insulina; IMC: índice de masa corporal; PA: presión arterial; PCR-AS: proteína C reactiva de alta sensibilidad.
En la tabla 2 se presenta la clasificación de acuerdo con el nivel de actividad física autorreportada. El sedentarismo presenta el porcentaje más bajo, mientras que la mayor parte de la población se encuentra en la categoría «moderadamente activo». No se encontraron diferencias entre las categorías baja y alta actividad física (tabla 3). Tampoco entre la actividad física total (MET×semana) con las variables clínicas, antropométricas y bioquímicas (tabla 4).
Promedios de las variables clínicas, antropométricas y bioquímicas según el nivel de actividad física.
Variables | Nivel de actividad física | Valor p | |
Bajo (n=28) | Alto (n=33) | ||
Clínicas | |||
PA sistólica (mmHg) | 122,6±12,5 | 122,4±15,6 | 0,926 |
PA diastólica (mmHg) | 75,1±9,8 | 74,9±8,6 | 0,632 |
Antropométricas | |||
Circunferencia de cintura (cm) | 86,4±8,2 | 87,0±10,8 | 0,992 |
IMC (kg/m2) | 26,6±2,4 | 26,9±3,6 | 0,938 |
Porcentaje de grasa corporal | 26,7±5,9 | 25,0±6,0 | 0,138 |
Porcentaje de grasa viscerala | 13,7±14,0 | 11,06±3,7 | 0,705 |
Bioquímicas | |||
Glucosa (mg/dl) | 90,2±10,2 | 90,8±8,3 | 0,978 |
Triglicéridos (mg/dl) | 201,8±99,3 | 207,3±134,6 | 0,776 |
Colesterol (mg/dl) | 201,4±30,9 | 202,6±33,7 | 0,851 |
c-HDL (mg/dl) | 43,6±8,9 | 42,1±9,6 | 0,993 |
c-LDL (mg/dl) | 119,1±28,6 | 119,8±29,0 | 0,819 |
Índice arteriala | 4,7±1,0 | 4,9±1,0 | 0,909 |
Ferritina (μg/l)b | 262±188 | 232±180 | 0,174 |
PCR-AS (mg/l)a | 2,3±2,5 | 1,7±0,9 | 0,455 |
Insulina (mUI/ml) | 13,4±7,4 | 12,5±6,3 | 0,576 |
HOMA-RI | 3,0±1,7 | 2,8±1,5 | 0,542 |
c-HDL: colesterol HDL; c-LDL: colesterol LDL; HOMA-RI: índice de sensibilidad a insulina; IMC: índice de masa corporal; PA: presión arterial; PCR-AS: proteína C reactiva de alta sensibilidad.
Actividad física total (MET×semana) y su relación con las variables clínicas, antropométricas y bioquímicas.
Variablesa | Valor r | Valor p |
Clínicas | ||
PA sistólica (mmHg) | 0,047 | 0,720 |
PA diastólica (mmHg) | 0,062 | 0,637 |
Antropometría y composición corporal | ||
Circunferencia de cintura (cm) | –0,092 | 0,490 |
IMC (kg/m2) | –0,042 | 0,751 |
Porcentaje de grasa corporal | 0,041 | 0,757 |
Porcentaje de grasa visceral | 0,057 | 0,667 |
Bioquímicas | ||
Glucosa (mg/dl) | 0,080 | 0,540 |
Triglicéridos (mg/dl) | –0,013 | 0,921 |
c-HDL (mg/dl) | –0,038 | 0,771 |
c-LDL (mg/dl) | –0,032 | 0,813 |
Colesterol (mg/dl) | 0,037 | 0,779 |
PCR-AS (mg/dl) | –0,102 | 0,440 |
Ferritina (μg/dl) | –0,037 | 0,775 |
Índice arterial | –0,194 | 0,134 |
Insulina | –0,004 | 0,973 |
HOMA-RI | –0,011 | 0,935 |
c-HDL: colesterol HDL; c-LDL: colesterol LDL; PA: presión arterial; PCR-AS: proteína C reactiva de alta sensibilidad; HOMA-RI: índice de sensibilidad a insulina; IMC: índice de masa corporal.
En este estudio los sujetos con bajos niveles de actividad física mostraron 1,1 veces más riesgo de presentar SM, aunque el IC 95% para esta débil asociación no fue significativo. Del mismo modo, no se encontraron asociaciones significativas entre el bajo nivel de actividad física y los componentes asociados al SM (tabla 5).
Índices de riesgo (odds ratio) de baja actividad física para síndrome metabólico y sus criterios en hombres.
Presencia | Baja actividad física | |
Odds ratio | IC 95% | |
Síndrome metabólico | 1,1 | 0,3-2,4 |
Presión arterial sistólica ≥ 130 o diastólica ≥ 85mmHg | 1,1 | 0,4-3,2 |
Triglicéridos ≥ 150mg/dl | 1,3 | 0,4-3,9 |
c-HDL<40mg/dl | 0,8 | 0,3-2,1 |
Circunferencia de cintura ≥ 88cm | 1,0 | 0,3-2,6 |
c-HDL: colesterol HDL; IC 95%: intervalo de confianza al 95%.
El objetivo del presente estudio fue evaluar la relación entre el nivel de actividad física con marcadores de riesgo cardiovascular y SM en 61 hombres aparentemente saludables. De forma inesperada, nuestro estudio no muestra diferencias significativas entre los grupos estudiados (baja y alta actividad física) y tampoco encuentra correlaciones significativas entre la actividad física total (MET×semana) y las variables clínicas, antropométricas o bioquímicas estudiadas. En el desarrollo del presente trabajo se utilizó la adaptación abreviada del cuestionario IPAQ, un instrumento de medición avalado por la Organización Mundial de la Salud para estimar el nivel de actividad física en la población de 15 a 69 años, cuyas propiedades psicométricas como validez y reproductibilidad son aplicables para estudios de prevalencia basados en poblaciones similares a la estudiada21,22. Aunque la versión corta del cuestionario IPAQ se ha probado ampliamente y es la utilizada en muchos estudios internacionales21,22, este estudio es la primera experiencia publicada en Santiago de Cali en la que se determinan los niveles de actividad física utilizando dicha versión. Actualmente, el cuestionario IPAQ se reconoce ampliamente como una de las formas más objetivas para determinar la aptitud física de un individuo21,22 y su medida ha sido considerada como un determinante del estado de salud y como factor protector asociado al riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles, principalmente enfermedad coronaria23. Sin embargo, existen diferentes factores que pueden modificar este indicador. Se postula que la edad es un factor que se asocia a la disminución de la actividad física y éste es atenuado de manera positiva en personas entrenadas que participan de la práctica habitual de ejercicio físico24. Un estudio epidemiológico apoya esta hipótesis. Así, Heath et al25 en la década de los ochenta demostraron que la aptitud física estimada por el nivel de actividad física realizado, disminuye en un 9% por década en hombres sedentarios.
En nuestro estudio destaca la elevada prevalencia de sujetos con un bajo nivel de actividad física, que se sitúa en el 45%. Este porcentaje es prácticamente el doble que el descrito recientemente tanto por Rodrigues et al26 como por Martins et al27. Las diferencias encontradas en estos estudios, que utilizaron los mismos criterios de medición y niveles de actividad física, probablemente se deban a la manera de diligenciar el cuestionario IPAQ (entrevista personal) y algunas condiciones sociodemográficas como la edad, el nivel de escolaridad y el nivel socioeconómico.
Las razones de la alta prevalencia de baja actividad física en los participantes evaluados no fueron identificadas. Ciertos factores que pueden haber contribuido a la elevada proporción de actividades sedentarias están relacionados con el tiempo disponible para este propósito, como son el elevado número de horas laborales y el limitado incentivo para mantener un estilo de vida activo dentro y fuera del lugar de trabajo. Estas razones fueron reportadas también por Marcondelli et al28 en población similar a este estudio, donde se informó de la falta de tiempo por el 66,7% de los evaluados.
La prevalencia del 28% del SM evidenciada en nuestro trabajo es similar a la descrita por otros autores en países de nuestra área1,26–29. Desde un punto de vista epidemiológico, el SM es responsable de un aumento de 1,5 veces en el riesgo de mortalidad general y de 2,5 veces de enfermedad cardiovascular22–24. Sin embargo, hay pocos estudios que confirmen la asociación entre el SM y la morbimortalidad cardiovascular en población colombiana. Algunos estudios reportan una asociación de SM con mayor IMC y riesgo incrementado de diabetes mellitus tipo 222–24. Otros estudios han demostrado la asociación de SM con una mayor actividad de las moléculas de adhesión celular y dislipidemia y aumento de las concentraciones de proteína C reactiva3,4. Otros autores reportaron mayores eventos por enfermedad cardiovascular en pacientes con SM a mayores concentraciones séricas de proteína C reactiva2–4, correlaciones que no fueron encontradas en este estudio.
La mayoría de estudios que han evaluado la relación entre los niveles de actividad física autorreportada y variables antropométricas ha encontrado asociaciones inversas significativas23,26–28, siendo la variable más evaluada el IMC, seguido de los marcadores de adiposidad central. Sin embargo, de forma similar a los resultados obtenidos en nuestro estudio, tampoco Rodrigues et al26 y Martins et al27 encontraron relación entre el IMC y las categorías internas del cuestionario IPAQ27,28. En la correlación lineal no hay ningún hallazgo estadísticamente significativo, entre el cuestionario IPAQ, con variables antropométricas y bioquímicas. Sin embargo, se requieren estudios poblacionales con este tipo de encuesta que evalúen no sólo la actividad física, sino también el margen de error y el sesgo que pueda presentar la respuesta a cada pregunta del IPAQ. Con respecto a la asociación no significativa, teniendo en cuenta el nivel de actividad física autorreportada, con la presencia de SM y sus criterios, nuestros resultados coinciden con lo reportado por Dalacorte et al y Delavar et al en Brasil e Irán, respectivamente29,30.
Algunas limitaciones deben tenerse en cuenta en este estudio. Uno de ellos es el hecho de que los resultados no se han ajustado por posibles factores de confusión como el tabaquismo, el consumo de alcohol o el estatus socioeconómico.. Diferentes estudios han demostrado que la presión arterial se asocia fuertemente con el peso corporal, independientemente de fumar y el ingreso socioeconómico22–24. Otro aspecto a destacar es la medición y calidad de las respuestas del cuestionario IPAQ, que puede ser deficiente (sobreestimando o subestimando el nivel de actividad física) cuando se utilizan técnicas de autorreporte, debido a que los participantes obvian con mayor frecuencia algunas preguntas, lo que rara vez ocurre cuando las entrevistas son hechas cara a cara, aunado al limitado número de participantes.
En conclusión, los resultados de este trabajo demuestran que no hay diferencias significativas entre los grupos estudiados (baja y alta actividad física) y tampoco correlaciones significativas entre la actividad física total (MET×semana) y las variables clínicas, antropométricas o bioquímicas estudiadas.
Conflicto de interesesLos autores del estudio declaran no tener conflicto de intereses.
Al Instituto para el Desarrollo de Ciencia y Tecnología de Colombia COLCIENCIAS por el soporte financiero (Contrato n.° 1106-45921521).