Resultados: Recogemos un total de 44 casos de abscesos hepáticos piógenos, lo que supone una tasa del 0,088% de nuestros ingresos. La edad media de los pacientes es de 61,8 años. Un 34% son criptogenéticos, siguiéndoles en frecuencia los de origen biliar, poscirugía abdominal y venoportal. La fiebre y el dolor en el hipocondrio derecho son las manifestaciones clínicas más frecuentes, acompañadas de elevación de la velocidad de sedimentación globular (VSG) y leucocitosis como alteraciones analíticas más habituales. La ultrasonografía y la tomografía axial computarizada (TAC) se han revelado como métodos muy valiosos para el diagnóstico y auxiliares del tratamiento. Se ha conseguido identificar el microorganismo responsable en un 48% de los casos, siendo las enterobacterias los microorganismos aislados en mayor número. Un 52% de los abscesos se trató mediante drenaje percutáneo (el 73% si contabilizamos sólo los posteriores a 1984), con mínimas complicaciones y reducción de los días de hospitalización en comparación con los tratados quirúrgicamente.
Conclusiones: El absceso hepático piógeno puede tener una presentación poco específica, teniendo que barajar esta posibilidad para poder llegar al diagnóstico. Las técnicas de imagen (ecografía y TAC) se erigen en apoyo fundamental, tanto para el diagnóstico como para el tratamiento. Consideramos el drenaje percutáneo más la antibioterapia empírica temprana como forma de tratamiento de elección en los abscesos hepáticos piógenos.
Methods: A historical retrospective review of the hepatic abscesses diagnosed and treated in the authors' hospital over a 16.5 year period was carried out.
Results: A total of 44 cases of pyogenic hepatic abscesses were collected representing a rate of 0.088% of the hospital admissions. The mean age of the patients was 61.8 years. Thirty-four percent were cryptogenetic, being followed in frequency by those of biliary, post abdominal surgery and venoportal origin. Fever and right hypochondrial pain were the most frequent clinical manifestations, accompanied by an elevation in VSG and leucocytosis being the most common analytical alterations. Ultrasonography and CAT were found to be valuable in the diagnosis and treatment. The microorganism responsible was identified in 48% of the cases, with enterobacteria being the greatest number isolated. Fifty-two percent of the abscesses were treated with percutaneous drainage (73% if only patients post 1984 are considered), with minimum complications and a reduction in the number of days of hospitalization in comparison with surgical treatment.
Conclusions.: The presentation of a pyogenic hepatic abscess may be unspecific. Imaging techniques (echography and CAT) provide the main support in both the diagnosis and treatment. Percutaneous drainage plus early empiric antibiotherapy are the treatment of choice in pyogenic hepatic abscesses