A pesar del importante papel de la microbiología clínica en nuestro sistema de salud, esta disciplina no está exenta de retos ni de dificultades. Para adaptarse a los nuevos tiempos es necesario: a) realizar cambios importantes en la tecnología y evolucionar hacia técnicas moleculares para ofrecer soluciones diagnósticas o terapéuticas rápidas; b) poner a punto métodos de diagnóstico de infecciones emergentes o importadas; c) asesorar en la interpretación de los resultados microbiológicos; d) favorecer la implantación de técnicas de diagnóstico de tipo point-of-care y asesorar sobre su utilización y desarrollo; e) instaurar sistemas de calidad en el laboratorio; f) apoyarse en la informática y en otras tecnologías para enviar información al clínico en tiempo real y para establecer una comunicación más eficiente con los médicos de atención primaria, con los laboratorios de salud pública y con las autoridades sanitarias; g) diseñar sistemas de trabajo en red con profesionales de otras disciplinas, y h) promover programas de formación continuada. Solamente si los laboratorios de microbiología clínica están bien preparados, serán capaces de adoptar las novedades tecnológicas, nuestra disciplina alcanzará una mayor importancia dentro del sistema sanitario y obtendrá un mayor protagonismo social y reconocimiento por parte de las autoridades sanitarias.
Despite their pivotal role in the Spanish healthcare system, clinical microbiology laboratories are experiencing difficult times and tough challenges. The following changes are required to adapt to the new situation: a) the use of molecular diagnostics to provide rapid diagnosis; b) the development of diagnostic capabilities to identify emerging or imported infectious diseases; c) the ability to advise on the interpretation of microbiological results; d) encouragement of the implantation of point-of-care testing and assessment of its performance and development; e) the implantation of quality control systems in the laboratory; f) the implementation of laboratory information systems to support real-time communication between hospital and community clinicians, public health laboratories and managers; g) the design of networking systems with professionals from other disciplines, and h) the promotion of training and teaching programs. Only if they are well prepared will clinical microbiology laboratories be able to implant the new technologies, be recognized as a cornerstone of the healthcare system, and achieve better recognition by society at large, hospital administrators and healthcare authorities.