Hemos leído con interés el Documento de Consenso de la Secretaría del Plan Nacional sobre el sida/SEMES/GESIDA sobre urgencias y virus de la inmunodeficiencia humana, el cual resulta una herramienta de indudable utilidad clínica para los médicos de urgencias hospitalarias no expertos en la infección por el VIH, tanto por la excelente actualización clínica que aporta como por las recomendaciones eminentemente prácticas que contiene1.
Dicho esto, echamos de menos alguna recomendación sobre medidas para promover en urgencias acciones de despistaje y diagnóstico precoz de la infección por el VIH en sujetos que habitualmente no utilizan los circuitos de atención primaria, bien por ser jóvenes y sanos, bien por no disponer de cobertura sanitaria2,3. En los primeros el servicio de urgencias suele ser el único contacto con el sistema sanitario, generalmente por accidentes de tráfico, deportivos, contactos sexuales, encfermedad oftalmo u otorrinolaringológica, etc. En los segundos como única forma de conseguir asistencia sanitaria (embarazadas, inmigrantes irregulares, etc.). Esta medida se ha demostrado efectiva, sobre todo en comunidades con prevalencias altas de infección por VIH y/o con bajos porcentajes de diagnóstico4, y con buena aceptación por parte de la población5.
Por otro lado, en nuestra práctica habitual de la medicina de urgencias, en ocasiones resulta útil para el diagnóstico diferencial y para la terapéutica de determinados cuadros infecciosos6 disponer de test rápidos de diagnóstico en urgencias7. Pese a ello, es habitual encontrar limitaciones para la realización estos test, aduciendo razones de tipo analítico o económico8.
Debería pues considerarse la realización de algún consenso entre las sociedades científicas implicadas en ambos sentidos, para mejorar el despistaje y para el diagnóstico rápido inicial9,10.