Sr. Editor: Los microorganismos pertenecientes al género Abiotrophia se han descrito en numerosas circunstancias como causa de infecciones intravasculares. Sin embargo, su implicación en infecciones extravasculares es menos conocida, y sólo se han descrito un pequeño número de casos. Se describe un caso de endoftalmitis posquirúrgica debida a A. defectiva.
Se trata de un varón de 72 años de edad ingresado para cirugía de cataratas. Tenía antecedentes de hipertiroidismo, hipertensión arterial y se le había practicado una intervención quirúrgica de aneurisma de aorta abdominal 2 años antes. No tenía antecedentes de enfermedades oftalmológicas. La cirugía de cataratas se realizó con la introducción de un implante de lente intraocular en la cavidad posterior. Durante la intervención se le realizó una vitrectomía como consecuencia de una desinserción de la zónula. Después de 24 h se le detectó una reacción inflamatoria en la cámara anterior, pero fue considerada normal dentro de las circunstancias del enfermo. El paciente se quejó de pérdida de la agudeza visual 48 h después de la cirugía. En la exploración se detectó edema corneal, presencia de membrana ciclítica en el eje de la pupila e hipopión. El paciente fue diagnosticado de endoftalmitis posquirúrgica y se obtuvieron muestras de humor acuoso y vítreo que fueron enviadas al servicio de microbiología para su estudio. Se le administró simultáneamente una inyección intravítrea de amikacina y vancomicina (0,1 ml de cada una). Se instauró tratamiento empírico con corticoides, atropina, vancomicina y gentamicina por vía tópica, y vancomicina intravenosa (1 g/8 h).
Las muestras de los humores acuoso y vítreo fueron procesadas en el laboratorio de Microbiología, realizándose tinciones de Gram en las que se observó una abundante cantidad de leucocitos polimorfonucleares, pero sin la presencia de bacterias en ninguna de las muestras. Se sembraron ambas muestras en agar chocolate, agar sangre y caldo de tioglicolato. Al tercer día de incubación se detectó un tenue velo verdoso en la placa de agar chocolate correspondiente al humor vítreo. Se realizó una tinción de Gram en la que se observaron cocos Gram variables pleomórficos. Debido a que estos hallazgos permitieron sospechar la existencia de organismos pertenecientes a los géneros Abiotrophia o Granulicatella, se realizó una prueba de satelitismo utilizando S. aureus ATCC 25923, que resultó positivo. Se inocularon varias placas de agar sangre, previamente impregnadas con piridoxal fosfato 1 con el objetivo de conseguir cantidad suficiente de inóculo para la realización de las siguientes pruebas. La tira de API STREP dio el código 1350411, que se corresponde con Abiotrophia defectiva en la base de datos. Se realizó asimismo un antibiograma disco-placa en placas preparadas como las anteriormente descritas. El organismo fue resistente a eritromicina y sensible a ampicilina, cefazolina, clindamicina, ciprofloxacino, gentamicina y vancomicina.
Durante la siguiente semana, el paciente mostró una mejora de la agudeza visual, junto con una progresiva disminución de los signos inflamatorios. Después de 10 días de terapia, el tratamiento con antibióticos tópicos fue suprimido y 5 días después la vancomicina intravenosa, y los corticoides, administrados por vía tópica, fueron progresivamente suprimidos un mes después. Dos meses después del fin de la terapia, la agudeza visual permanecía baja.
Los microorganismos de los géneros Abiotrophia y Granulicatella son cocos grampositivos conocidos inicialmente como estreptococos nutricionalmente variables 2. Se han descrito como parte de la flora oral habitual y además en los tractos urogenital e intestinal humanos 1,3. Estos organismos presentan requerimientos nutricionales especiales, principalmente la necesidad de piridoxal fosfato 2-5, presentando asimismo satelitismo con otras bacterias como Staphylococcus aureus2,3. Ambas características son útiles, en caso de sospecha inicial, para la caracterización de estos. Además de estas características microbiológicas especiales, estas bacterias se han descrito con relativa frecuencia como causa de infecciones intravasculares, incluyendo cuadros de endocarditis 1,3-5. Sin embargo, su papel como agentes de infecciones extravasculares es menos conocido, y sólo se han descrito unos pocos casos 1,5-10. Entre estas infecciones destacan los casos de endoftalmitis 10 y queratitis 8. Tanto en estos casos como en los otros, el origen de la bacteria es desconocido, aunque el hecho de que Abiotrophia forme parte de la flora faríngea podría ser una explicación para la posterior colonización de la superficie del ojo 8. Además, la presencia de factores de riesgo, como cirugía o cuerpos extraños, es otro factor de riesgo presente en las infecciones oculares debidas a esta bacteria 8,10.
En conclusión, las infecciones extravasculares debidas a A. defectiva, aunque raras, podrían estar infravaloradas debido a la dificultad en detectar el microorganismo en los medios de uso común. Los microbiólogos clínicos deben ser conscientes de que estos organismos pueden causar mínimas alteraciones en los medios de cultivo habituales, lo que debe llevar a sospechar de estos y desarrollar las pruebas adecuadas para confirmar la identificación.