El conocimiento de la evolución de la sociedad respecto a la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) puede ayudar al diseño de estrategias preventivas más eficaces frente a esta epidemia. El objetivo de este trabajo fue evaluar los cambios de los conocimientos, actitudes y hábitos conductuales de la población general frente al VIH entre 1997 y 2005.
MétodosCon este propósito, un equipo multidisciplinario elaboró una encuesta de 64 preguntas, y con ella se realizó una prueba piloto en 100 personas, corrigiéndose las deficiencias detectadas. La población diana la formaban los censados en la ciudad de Zamora con edades comprendidas entre 18 y 70 años, y fue estratificada según distrito (cinco en total), sexo y edad (mayor o menor de 40 años), con un resultado de 20 grupos. Se calculó el tamaño muestral y se obtuvo una muestra aleatoria para cada uno de los 20 grupos, así como tres listas de reserves para cada uno de ellos. La encuesta fue cumplimentada en el domicilio de los seleccionados en 1997, y con la misma metodología el estudio se repitió en 2005, pudiéndose de esta forma comparar los resultados.
ResultadosEn 2005, un porcentaje mayor se mostraba interesado en mejorar la información sobre esta enfermedad, y percibía mayor riesgo de infectarse. No se observaron cambios destacables en los conocimientos ni en los hábitos de conducta, pero han mejorado los porcentajes de encuestados con actitudes positivas frente a los enfermos. Persisten errores frecuentes en los conocimientos sobre la prevención sexual.
ConclusionesEn los últimos años se ha avanzado en la aceptación de los pacientes, pero, a pesar de los esfuerzos realizados, no se objetivan progresos en los conocimientos de la población general sobre esta enfermedad. Son especialmente significativos los errores en la prevención sexual. La corrección de estas carencias podría contribuir al control de esta epidemia.
Knowledge of the social changes related to HIV infection can be helpful in the attempts to design more effecting preventive strategies for this disease. The aim of this study was assess the progress that has occurred in the knowledge, attitudes and habits of the general population in relation to HIV infection between 1997 and 2005.
MethodsWith this objective, a multidisciplinary team designed a questionnaire survey containing 64 items, which was validated through a pilot study performed with 100 subjects. The target population included all residents of the city of Zamora aged 18 to 70 years old. The population was stratified by district (five), sex, and age (younger or older than 40 years old) into 20 groups. The sample size was calculated and a randomly selected list of participants was obtained for each group. The questionnaire was filled out at the homes of the selected population with the help of trained personal in 1997, and was repeated in 2005. Results from the two time points were compared.
ResultsIn 2005, a larger number of people were interested in gaining more information about the disease and showed concern about the risk of infection. However, there were no significant changes in the related knowledge or habits, and frequent errors persisted regarding prevention of sexual transmission. Nonetheless, the attitude toward infected patients had improved.
ConclusionsOver the 8 years of the study, knowledge about HIV infection has not changed, and errors regarding sexual prevention remain, although there is a more positive attitude toward patients with this disease. Modifying this deficit in the understanding of HIV may contribute to preventing this disease.
En los últimos años, los progresos frente a la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) han sido muy significativos en el campo de la terapia, pero limitados en el área de la prevención. Globalmente, la cifra de afectados continúa incrementándose, y se calcula que 4,3 millones de personas se infectaron en 20061,2. En España, con una de las tasas de prevalencia más elevadas de Europa, se estima que cada año entre 2.000 y 4.000 personas adquieren la enfermedad3. Sin una vacuna eficaz, la prevención continúa siendo clave para frenar la expansión de la pandemia1.
Los avances en la prevención se consiguen modificando costumbres y fomentando hábitos con menor riesgo de infección4. Los expertos consideran que para ello es útil mejorar los conocimientos de la población general sobre esta enfermedad4. Sin embargo, entre ambos objetivos, es decir, incremento de conocimientos y modificación conductual, puede haber un largo camino4.
El diseño de estrategias que mejoren la prevención requiere explorar los conocimientos y hábitos conductuales de la sociedad5,6. Con este propósito se han realizado en diferentes países múltiples trabajos, tanto en población general5,7–11 como en estratos sociales específicos4,12,13. Los datos así obtenidos son de gran utilidad, especialmente cuando pueden ser comparados con los observados en estudios anteriores7,9,14. Esto puede proporcionar información adicional sobre la eficacia de las iniciativas adoptadas, y una mejor perspectiva de los cambios acontecidos tras una generación de convivencia con esta pandemia. En nuestro país, las publicaciones en esta dirección son escasas12,15–17. Por estas razones nos propusimos un trabajo con el objetivo de evaluar los cambios entre 1997 y 2005 de conocimientos, actitudes y hábitos de la población general frente a la infección por el VIH.
Material y métodosEncuestaEn 1997 se diseñó un estudio transversal sobre conocimientos, actitudes y hábitos con relación con el VIH/sida en la población de Zamora. El instrumento de medida fue una encuesta personal con 58 preguntas y 4 variables sociodemográficas: distrito de residencia, sexo, edad y nivel académico. Esta encuesta fue confeccionada por un grupo multidisciplinario (psicólogos, sociólogos, médicos, ATS y voluntarios), y una vez elaborada se realizó una prueba piloto en 100 voluntarios, corrigiéndose las deficiencias detectadas, como han realizado otros autores18. El estudio fue repetido en el año 2005. De la encuesta original se retiraron dos preguntas y se añadieron ocho, aunque estas modificaciones afectaron básicamente al apartado "Conocimientos de la enfermedad". La encuesta de 2005 constaba de 64 preguntas (anexo 1).
Edad: ____ años Sexo: M □ F □ Distrito: 1-2-3-4-5 | |||||
Nivel de estudios*: □ sin estudios □ primarios □ secundarios □ superiores | |||||
Opciones de respuesta | |||||
1. En una palabra: ¿qué le sugiere sida? | |||||
2. ¿El VIH causa el sida? ** | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
3. ¿Toda persona infectada por el virus VIH puede transmitirlo aunque no tenga sida?** | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
4. ¿Sólo los drogadictos, prostitutas y homosexuales pueden infectarse por el virus del sida?** | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
5. ¿Recuerda alguna campaña informativa sobre sida? | Sí □ | No □ | |||
¿En qué medio? | |||||
6. Radio | |||||
7. Prensa | |||||
8. Televisión | |||||
9. Carteles y folletos | |||||
10. Internet** | |||||
11. Otros (citar) | |||||
12. No sabe/no se define | |||||
13. ¿Sobre qué tema? (citar) | |||||
14. ¿Qué interés tiene en recibir información sobre el sida? | Mucho □ | Poco □ | Ninguno □ | ||
¿Cómo le parecería más adecuado recibir información sobre el sida? | |||||
15. Profesionales sanitarios | |||||
16. Charlas | |||||
17. Folletos | |||||
18. Televisión | |||||
19. Radio | |||||
20. Otros (citar) | |||||
21. No sabe/no se define | |||||
22. ¿Sabe dónde puede acudir para hacer la prueba del virus del sida? | Sí □ | No □ | |||
23. En caso afirmativo, ¿dónde? (citar) | |||||
24. En un análisis de rutina, ¿una persona puede saber si tiene el virus del sida? | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
25. ¿Los tratamientos actuales han cambiado sustancialmente la evolución de la enfermedad?** | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
Una persona puede infectarse por el virus del sida: | |||||
26. Por tener relaciones sexuales con penetración sin utilizar preservativo | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
27. Por picaduras de mosquitos | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
28. Por contacto físico habitual como dar la mano, acariciar o jugar | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
29. Por besar en la boca | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
30. Por utilizar el mismo servicio que una persona infectada por el virus del sida | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
31. Por recibir transfusiones de sangre no controlada | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
32. Por inyectarse drogas con una jeringuilla nueva | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
33. Por beber del mismo vaso que un enfermo de sida | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
34. Por compartir el cepillo de dientes o la maquinilla de afeitar | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
35. Por ser donante de sangre | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
36. Por compartir jeringuillas usadas | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
37. Si una mujer infectada por el virus del sida queda embarazada, ¿puede transmitir el virus a su hijo? | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
Para disminuir el riesgo de infección por el virus del sida es útil: | |||||
38. La confianza en la pareja | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
39. Utilizar preservativo en las relaciones sexuales con penetración | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
40. Tener cuidado con el tipo de personas con las que nos relacionamos | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
41. Que una mujer embarazada e infectada por el virus del sida reciba tratamiento para prevenir la enfermedad en el niño | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
42. Tener relaciones sexuales sólo con personas que se conocen bien | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
43. Cualquier método anticonceptivo** | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
44. No compartir jeringuillas o agujas | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
45. Evitar que una madre infectada por el virus del sida amamante a su hijo | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
46. Las personas infectadas por el virus del sida se distinguen a simple vista de las que no lo están | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
47. ¿Ha conocido a alguien infectado por el virus del sida? | Sí □ | No □ | |||
48. Si le dicen que en la tienda en la que habitualmente compra alimentos trabaja una persona enferma de sida, ¿procuraría comprar en otra tienda? | TA □ | A □ | D □ | TD □ | |
49. Las campañas informativas sobre el sida deberían dirigirse únicamente a los jóvenes | TA □ | A □ | D □ | TD □ | |
50. Si uno de sus compañeros de trabajo estuviera infectado por el virus del sida, ¿preferiría no tener que trabajar directamente con él/ella? | TA □ | A □ | D □ | TD □ | |
51. El preservativo es la mejor forma de prevenir el sida por vía sexual | TA □ | A □ | D □ | TD □ | |
52. Si un niño de su familia tuviera un compañero de clase infectado por el virus del sida, ¿preferiría que le cambiaran de aula? | TA □ | A □ | D □ | TD □ | |
Indique su opinión acerca de las siguientes medidas para combatir el sida: | |||||
53. Los enfermos de sida deberían estar en centros especiales para evitar que transmitan la enfermedad | TA □ | A □ | D □ | TD □ | |
54. Los preservativos deberían ser baratos y accesibles | TA □ | A □ | D □ | TD □ | |
55. Se deberían dar gratis jeringuillas estériles a las personas que se inyectan drogas | TA □ | A □ | D □ | TD □ | |
56. Los enfermos de sida merecen tener la enfermedad | TA □ | A □ | D □ | TD □ | |
57. ¿Cuál cree que es su probabilidad de infectarse por el virus del sida? | Ninguna □ | Baja □ | Alta □ | Muy alta □ | |
58. ¿En los últimos 12 meses ha tenido relaciones sexuales con penetración? | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
59. Si es así, ¿alguna de ellas ha sido con una persona que no fuera pareja habitual? | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
Si ha tenido relaciones sexuales en los últimos 12 meses con una pareja que no fuera habitual… | |||||
60. ¿Utilizó preservativo siempre?** | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
61. ¿Utilizó preservativo la última vez? | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
62. ¿Utilizó algún otro método anticonceptivo que no fuera el preservativo?** | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
63. En los últimos 10 años, ¿ha consumido drogas por vía intravenosa? | Sí □ | No □ | Ns/nc □ | ||
64. Si ha consumido drogas por vía intravenosa en los últimos 10 años, ¿compartió jeringuillas alguna vez? | Sí □ | No □ | Ns/nc □ |
Las preguntas pertenecen a los siguientes objetivos: conocimientos sobre las estrategias de información: preguntas 5-13; conocimientos sobre las vías de transmisión: 26-37; conocimientos de los métodos de prevención: 38-45; conocimientos generales: 1-4,22-25,46 y 47; actitud frente a las estrategias de información: 14-21; actitud frente a los métodos de prevención: 51,54 y 55; actitud frente a los enfermos: 48-50,52,53 y 56; percepción del riesgo: 57; hábitos conductuales: 58-64.
TA: totalmente de acuerdo; A: de acuerdo; D: en desacuerdo; TD: totalmente en desacuerdo.
La clasificación académica fue la siguiente: sin estudios: no graduado escolar (8.° de EGB o equivalente); estudios primarios: graduado escolar; secundarios: bachillerato o FP; superiores: carreras universitarias técnicas o superiores. Posteriormente, se considera nivel de estudios alto el de aquéllos con estudios secundarios o superiores.
Las preguntas sobre conocimientos se agruparon en los siguientes apartados: conocimientos sobre las estrategias de información (9 preguntas), vías de transmisión (12 preguntas), prevención (8 preguntas) y enfermedad (10 preguntas) (anexo 1). A su vez, las actitudes fueron clasificadas en actitudes relacionadas con las estrategias de información (8 preguntas), métodos de prevención (3 preguntas) y aceptación de los enfermos (6 preguntas). Por último, se interrogó sobre hábitos de conducta (7 preguntas) y percepción del riesgo (1 pregunta).
Las preguntas de conocimientos presentaban como opción de respuesta sí, no o ns/nc (no sabe/no contesta). Para las actitudes se utilizó la escala de Likert modificada con 4 opciones de respuesta (totalmente de acuerdo, bastante de acuerdo, bastante en desacuerdo, totalmente en desacuerdo). Para el análisis posterior, las respuestas sobre actitudes se agruparon en cuatro categorías: actitud muy positiva, positiva, negativa y muy negativa. Se considera actitud muy positiva o positiva la de aquellos encuestados que se manifiestan totalmente o bastante de acuerdo con una aseveración positiva o integradora, o bien totalmente o bastante en desacuerdo con las afirmaciones opuestas. En cuanto a la percepción del riesgo o probabilidad de infectarse, se ofrecieron cuatro opciones de respuesta: ninguna, baja, alta o muy alta. El interés en recibir información fue clasificado en muy interesado, poco interesado o nada interesado. Las preguntas sobre hábitos ofrecían como opción de respuesta sí, no o ns/nc, y para facilitar la confidencialidad, eran cumplimentadas directamente por el propio encuestado al final de la entrevista.
Población y muestraLa población diana la formaban los censados en el padrón municipal de Zamora con edades entre 18 y 69 años (ambas incluidas), según los datos actualizados del Ayuntamiento correspondientes a 1997 en el primer estudio y a 2005, en el segundo. En ambos períodos se realizaron los mismos procedimientos. La población diana fue dividida en 20 estratos o grupos de acuerdo con tres variables: distrito municipal (cinco en total), sexo al que pertenezca y edad: jóvenes (≤ 40 años) o mayores (> 40 años) (tabla 1). Posteriormente, se calculó el tamaño muestral y se obtuvo una muestra aleatoria de cada estrato según se detalla a continuación.
Características basales de la población y de las muestras en ambos períodos
1997 | 2005 | |||||||
Población | Muestra | Población | Muestra | |||||
n | % | n | % | n | % | n | % | |
Varones | ||||||||
≤ 40 años | 11.017 | 25,02 | 118 | 24,9 | 10.891 | 23,58 | 121 | 24,6 |
> 40 años | 10.026 | 22,77 | 116 | 24,5 | 11.196 | 24,24 | 125 | 25,4 |
Mujeres | ||||||||
≤ 40 años | 11.658 | 26,48 | 123 | 26,0 | 11.394 | 24,67 | 123 | 25,0 |
> 40 años | 11.318 | 25,71 | 116 | 24,5 | 12.699 | 25,81 | 123 | 25,0 |
Distritos | ||||||||
1 | 14.860 | 33,75 | 99 | 20,9 | 14.812 | 32,07 | 98 | 19,9 |
2 | 15.348 | 34,86 | 96 | 20,3 | 15.523 | 31,55 | 99 | 20,1 |
3 | 2.340 | 5,31 | 86 | 18,2 | 2.862 | 6,19 | 99 | 20,1 |
4 | 3.877 | 8,80 | 96 | 20,3 | 4.523 | 9,79 | 98 | 19,9 |
5 | 7.594 | 17,25 | 96 | 20,3 | 8.460 | 18,32 | 98 | 19,9 |
Total | 44.019 | 473 | 46.180 | 492 |
Para el cálculo del tamaño muestral, la población fue dividida en los cinco distritos municipales. Se aceptó un nivel de conocimientos del 50% (es decir, el escenario más desfavorable), una precisión de ± 0,1 y un nivel de significación de p < 0,05. Una vez determinado el tamaño muestral de los cinco distritos, se estratificó según edad y sexo, y se obtuvo el tamaño muestral de cada uno de los 20 estratos (tabla 1). A continuación, de acuerdo con el tamaño muestral de cada estrato, se realizó un muestreo aleatorio, y se obtuvo una muestra para cada uno de ellos. El mismo procedimiento fue repetido tres veces. Se obtuvieron tres listas de suplentes para cada estrato (pertenecientes al mismo distrito, sexo y grupo de edad).
Los seleccionados que no estuvieran en el domicilio en dos visitas, declinaran responder a la encuesta o desconocieran el significado de la palabra sida fueron excluidos y sustituidos por reservas de la primera lista de suplentes, y si fuera necesario, de la segunda, y si fuera necesario, de la tercera.
Para llevar a cabo el trabajo se formó un equipo de encuestadores, que se encargó de trasladar y explicar la encuesta al domicilio de los seleccionados, solicitando su participación. Un responsable supervisó su formación, resolvió sus dudas y fue el encargado de sustituir a los excluidos.
Valoración de las respuestasPara evaluar cada respuesta se contabilizan los conocimientos correctos y las actitudes positivas o muy positivas, y se expresan en porcentajes sobre el total de encuestados. La valoración de los conocimientos y actitudes sobre objetivos específicos (p. ej., conocimientos sobre las vías de transmisión) requiere sumar varias respuestas. Para ello se realizó una cuantificación de forma que para los conocimientos, cada acierto suma 1 punto y 0, el resto. Las actitudes se valoran con 3 puntos las muy positivas, 2 las positivas, 1 las negativas y 0 el resto (muy negativas o no contestadas).
En cuanto a la evaluación de los hábitos de conducta sexual se obtuvieron dos indicadores19:
- –
Número de personas de 18 a 70 años que refieren haber tenido al menos una pareja sexual distinta de la habitual en los últimos 12 meses/Número de personas de 18 a 70 años que refieren haber tenido relaciones sexuales en los últimos 12 meses.
- –
Número de personas de 18 a 70 años que refieren haber usado preservativo en la última relación sexual con una pareja distinta de la habitual/Número total de personas de 18 a 70 años que refieren haber tenido alguna relación sexual con una pareja no habitual en los últimos 12 meses.
Los resultados de las variables cualitativas se muestran en porcentajes sobre la población encuestada. Las cuantitativas con distribución normal se describen con la media ± desviación estándar (DE). El resto, con las medianas y el rango intercuartil (el comprendido entre los percentiles 25 y 75). El análisis de la bondad de ajuste a una distribución normal se realiza con la prueba de Kolmogorov-Smirnov.
Análisis bivarianteLa comparación de proporciones se lleva a cabo con la prueba de la chi al cuadrado o la prueba exacta de Fisher. Las diferencias entre variables cuantitativas con distribución normal se contrastan con la t de Student, y en caso contrario, con pruebas no paramétricas (Mann-Whitney). Las diferencias se consideran significativas para p < 0,05. Asimismo, se realiza un análisis por estratos según las variables sociodemográficas previamente mencionadas.
Análisis multivarianteSe realizó un análisis de regresión logística de los conocimientos y actitudes previamente cuantificados. Para ello, éstos fueron transformados en dicotómicos según el valor de la mediana (0 para valores inferiores y 1 para los superiores). En el análisis se incluyeron como variables independientes las sociodemográficas y la variable "año del estudio" (resultados en 2005 respecto a 1997).
La aleatorización y los cálculos estadísticos fueron realizados con los programas SPSS versión 11.5 para Windows (SPSS Inc.) y Epidat versión 3.0.
ResultadosCaracterísticas basalesEl estudio de 1997 consta de 473 encuestas válidas, y el de 2005, de 492. El número de seleccionados que no participaron en el estudio fue de 218 en 1997 y de 594 en 2005, y fueron sustituidos por otros de similares características. De las personas que no participaron en el estudio, se observa en 1997 un porcentaje mayor de mujeres (el 56,4% en 1997 frente al 47,8% en 2005; p = 0,036), sin diferencias en la distribución por edad (jóvenes: el 39,5% en 1997 frente al 47,1%; no significativo [ns]). Las razones para la no participación derivaban fundamentalmente de errores en la filiación. Concretamente, en 2005 fueron las siguientes: ausencia del domicilio, 297 casos; errores en el padrón, 223; negativa a participar, 57, y otras, 17.
La edad media de los encuestados fue similar en ambos períodos: 41,15 ± 14,84 años en 1997 frente a 40,99 ± 14,36 en 2005 (ns). Sin embargo, en 2005 mostraban mayor preparación académica: el 57% acreditaba estudios secundarios o superiores (nivel de estudios alto) frente al 49,9% en 1997; p = 0,045. Se realizó una validación interna del cuestionario de 2005. Para ello, fue dividido al azar en dos grupos sin observarse diferencias significativas en los resultados.
ConocimientosConocimientos sobre las vías de informaciónAl comparar ambos estudios, no se objetivan diferencias destacables en los porcentajes de personas que recuerdan campañas informativas en cualquier medio de comunicación (el 73,2% en 1997 frente al 70,9% en 2005; ns), ni específicamente en televisión (el 64,5% en 1997 frente al 60,2%; ns), radio (el 16,3% en 1997 frente al 14,4%; ns) o prensa (el 13,5% en 1997 frente al 16,3%; ns), pero sí en las presentadas mediante folletos y carteles (el 12,7% en 1997 frente al 20,1% en 2005; p = 0,002). Por el contrario, en 2005 se recuerdan peor los temas de las campañas (el 72,5% en 1997 frente al 57,9%; p = 0,000).
Conocimientos de las vías de transmisiónEn este apartado, los porcentajes de aciertos son equiparables (tabla 2). Unicamente se aprecian diferencias significativas al responder sobre la transmisión del virus por compartir el mismo vaso. Continúan siendo frecuentes los errores acerca de la transmisión por picaduras o besos.
Comparación de los conocimientos de las vías de transmisión: número y porcentaje de encuestados que conocen acertadamente la forma de transmisión
Vías de transmisión | 1997 | 2005 | |||
n | % | n | % | p | |
Infección por compartir jeringuillas | 466 | 98,5 | 486 | 98,8 | ns |
Infección por relaciones sexuales sin protección | 454 | 96,0 | 483 | 98,2 | ns |
Infección por transfusiones incontroladas | 455 | 96,2 | 477 | 97,0 | ns |
Infección por contacto físico habitual | 449 | 94,9 | 458 | 93,1 | ns |
Infección por inyectarse con jeringuilla nueva | 421 | 89,0 | 444 | 90,2 | ns |
Infección transmitida por madre embarazada | 411 | 86,9 | 423 | 86 | ns |
Infección por compartir objetos cortantes | 386 | 81,6 | 394 | 80,1 | ns |
Infección por ser donante | 349 | 73,8 | 360 | 73,2 | ns |
Infección por compartir baño | 349 | 73,8 | 353 | 71,7 | ns |
Infección por compartir vaso | 354 | 74,8 | 334 | 67,9 | 0,017 |
Infección por picaduras de mosquito | 297 | 62,8 | 285 | 57,9 | ns |
Infección por besar en la boca | 282 | 59,6 | 279 | 56,7 | ns |
ns: no significativo.
La suma de estos conocimientos es similar (mediana 10 y rango intercuartil 2 en ambos períodos). En el análisis estratificado (según sexo, edad o nivel académico) se aprecia en 2005 un descenso en la puntuación de los varones (p = 0,004), de los jóvenes (p = 0,018) y del grupo con mayor formación académica (p = 0,008).
Conocimientos sobre los métodos de prevenciónSe aprecian pequeñas diferencias en los porcentajes de acierto sobre la necesidad de no compartir jeringuillas, utilidad del preservativo y confianza en la pareja (tabla 3). En la prevención sexual, tanto en 1997 como en 2005, se observan en algunas respuestas un nivel de aciertos bajo.
Comparación de los conocimientos de los métodos de prevención: número y porcentaje de encuestados que conocen correctamente las estrategias preventivas
Método de prevención | 1997 | 2005 | |||
n | % | n | % | p | |
No compartir jeringuillas | 446 | 94,5 | 480 | 97,6 | 0,014 |
Uso adecuado del preservativo | 443 | 93,7 | 478 | 97,2 | 0,009 |
Tratamiento durante el embarazo | 365 | 77,2 | 381 | 77,4 | ns |
Ineficacia de otros anticonceptivos | – | – | 348 | 70,7 | – |
Evitar la lactancia de madres infectadas | 201 | 42,5 | 226 | 45,9 | ns |
Relaciones sexuales sólo con conocidos | 103 | 21,8 | 127 | 25,8 | ns |
Cuidar las personas con las que nos relacionamos | 141 | 29,8 | 120 | 24,4 | ns |
Confianza en la pareja | 65 | 13,7 | 45 | 9,1 | 0,024 |
ns: no significativo.
La suma de estos conocimientos es similar en los dos períodos (mediana 4 y rango intercuartil 1). En el análisis estratificado tampoco se aprecian cambios significativos.
Conocimientos de la enfermedadEn 2005, los encuestados conocen con mayor frecuencia personas infectadas (el 28,8% frente al 36,8% en 2005; p = 0,008). Este hecho, es decir, conocer personas infectadas, se asocia significativamente en ambos períodos con un mayor nivel de conocimiento de las vías de transmisión, de las formas de prevención, así como mejores actitudes frente a las estrategias de prevención y ante los enfermos. En los dos estudios, un porcentaje similar de entrevistados sabe dónde realizarse las pruebas para el diagnóstico (el 74% en 1997 frente al 73,4%; ns), y conoce que en un análisis habitual no se detecta la infección (el 55,4% en 1997 y el 58,9%; ns). En 2005, la mayoría de los encuestados opina que la enfermedad no se limita a drogadictos, prostitutas u homosexuales (85,8%), que los infectados no se diferencian a simple vista (80,1%), que los tratamientos han modificado la evolución de la enfermedad (80,5%), que el VIH es la causa del sida (71,5%) y que cualquier infectado puede transmitir este virus (64,8%). Estas cinco últimas preguntas no figuraban en la encuesta de 1997, por lo que en este apartado no se lleva a cabo una comparación global entre los dos períodos.
ActitudesActitud frente a las estrategias de informaciónEn 2005, un porcentaje mayor de encuestados se muestra muy interesado en recibir información adicional (el 38,1% en 1997 frente al 53,2%; p = 0,000). Para ello, eligen profesionales sanitarios (el 14,2% en 1997 frente al 24,4% en 2005; p = 0,000), así como charlas (el 17,5% en 1997 frente al 27,6% en 2005; p = 0,000) y folletos (el 12,9% en 1997 frente al 27,6% en 2005; p = 0,000), sin apreciarse cambios significativos en la solicitud de información a través de televisión (el 44,2% en 1997 frente al 47,6%; ns) o radio (el 15,4% en 1997 frente al 18,5%; ns).
Actitud frente a los métodos de prevenciónSe observa que en los dos períodos la mayoría se muestra totalmente o bastante de acuerdo con estrategias preventivas tales como la utilización de preservativos (el 93,2% en 1997 frente al 95,1%; ns) o la conveniencia de disponer de preservativos baratos (el 95,7% en 1997 frente al 95,5%; ns) o de jeringuillas estériles (el 84,2% en 1997 frente al 87%; ns).
No se aprecian diferencias significativas al cuantificar estas actitudes (mediana 8 y rango intercuartil 3 en ambos estudios). Por el contrario, en el análisis estratificado se observa que ha mejorado la puntuación de las mujeres (p = 0,015), la del grupo más joven (p = 0,001) y la de aquéllos con mayor acreditación académica (p = 0,014).
Actitudes frente a los enfermosAl comparar los dos estudios, se observa en 2005 mejor aceptación de los enfermos (tabla 4), lo que se traduce en más puntuación (mediana 12 y rango intercuartil 5 en 1997 frente a 14 y 5 en 2005; p = 0,000). En el análisis estratificado se aprecia que esta mejoría ha ocurrido en todos los grupos.
Comparación de las actitudes frente a los enfermos: número y porcentaje de encuestados que se manifiestan "de acuerdo" o "muy de acuerdo"
Actitudes frente a los enfermos | 1997 | 2005 | p | ||
n | % | n | % | ||
No aceptan que los pacientes merezcan la enfermedad | 387 | 81,8 | 469 | 95,3 | 0,000 |
Rechazan campañas informativas sólo para jóvenes | 412 | 87,7 | 450 | 91,7 | 0,028 |
No objeción por compartir trabajo con infectado | 389 | 82,2 | 424 | 86,2 | ns |
Aceptan comprar en una tienda donde trabaje algún infectado | 344 | 74,0 | 400 | 81,3 | 0,001 |
Rechazan que los enfermos deban de estar en centros especiales | 300 | 63,4 | 396 | 80,5 | 0,000 |
Aceptan un niño infectado en clase | 251 | 53,1 | 372 | 75,6 | 0,000 |
ns: no significativo.
En 2005 se asume una probabilidad mayor de infectarse, que es cuantificada de la siguiente forma: ninguna probabilidad de infectarse: el 42,5% en 1997 frente al 36,1% en 2005; baja probabilidad: el 46,9% en 1997 frente al 58,3%; alta: el 2,7% en 1997 frente al 4,3%; muy alta: el 0,6% en 1997 frente al 0,8%; p = 0,036.
De las personas sexualmente activas en los últimos 12 meses, el 9,1% (30/327) en 1997 y el 14,3% (56/392) en 2005 refieren relaciones sexuales con una pareja no habitual. En estos casos, la utilización del preservativo en la última relación fue similar (el 66,7% en 1997 frente al 71,4%; ns).
Un total de 4 encuestados en 1997 y 5 en 2005 refirieron haber consumido drogas por vía parenteral en los últimos 10 años, y de ellos, 1 y 4, respectivamente, habían compartido material con otros usuarios.
Análisis multivariante de conocimientos y actitudesMediante este análisis, después de ajustar la influencia de las variables sociodemográficas, se intentó determinar si los conocimientos y las actitudes han variado en 2005 respecto a 1997. Así se aprecia que los conocimientos sobre las vías de transmisión tienden a disminuir en 2005 respecto a 1997 (tabla 5). Esta evolución afecta fundamentalmente a los varones, a los jóvenes y al grupo con mayor nivel académico. No se aprecian cambios en los conocimientos de las estrategias de prevención.
Análisis multivariante: influencia de la variable "año del estudio" en conocimientos y actitudes en los diferentes estratos sociodemográficos*
Conocimientos de las vías de transmisión | Conocimientos de la prevención | Actitudes frente a los enfermos | Actitudes frente a la prevención | |||||
OR (IC 95%) | p | OR (IC 95%) | p | OR (IC 95%) | p | OR (IC 95%) | p | |
Varones | 0,52 (0,35-0,78) | 0,001 | 0,92 (0,64-1,33) | 0,679 | 1,50 (1,00-2,23) | 0,048 | 1,15 (0,78-1,68) | 0,484 |
Mujeres | 0,96 (0,65-1,43) | 0,843 | 1,22 (0,83-1,78) | 0,308 | 2,90 (1,94-4,32) | 0,000 | 1,24 (0,85-1,81) | 0,262 |
≤ 40 años | 0,54 (0,37-0,79) | 0,002 | 0,84 (0,58-1,21) | 0,344 | 2,32 (1,57-3,43) | 0,000 | 1,77 (1,21-2,58) | 0,003 |
> 40 años | 1,35 (0,93-1,97) | 0,114 | 0,99 (0,68-1,49) | 0,981 | 1,90 (1,26-2,88) | 0,002 | 0,80 (0,54-1,17) | 0,252 |
Bajo nivel de estudios | 0,91 (0,60-1,40) | 0,751 | 1,13 (0,77-1,66) | 0,532 | 2,12 (1,37-3,27) | 0,001 | 0,86 (0,58-1,28) | 0,460 |
Alto nivel de estudios | 0,59 (0,40-0,85) | 0,006 | 1,00 (0,69-1,44) | 0,995 | 2,11 (1,46-3,04 | 0,000 | 1,54 (1,06-2,23) | 0,022 |
Total | 0,71 (0,54-0,94) | 0,017 | 1,07 | | 0,604 | 2,06 (1,56-2,73) | 0,000 | 1,19 (0,91-1,56) | 0,199 |
IC: intervalo de confianza; OR: odds ratio.
Por el contrario, en 2005 se observa mejor actitud respecto a los enfermos, tanto globalmente como en todos los grupos analizados. La actitud frente a las estrategias de prevención no se ha modificado salvo en jóvenes y en los encuestados con mayor formación.
DiscusiónLa prevención es la principal herramienta para el control de la epidemia causada por el VIH1,18,20. Así, es deseable mejorar los conocimientos y los hábitos de conducta. Sin embargo, a pesar de las iniciativas realizadas, en este trabajo sólo se constatan avances significativos en las actitudes frente a los enfermos, sin apreciarse progresos destacables en las prácticas de riesgo ni en los conocimientos de la infección.
Analizando los conocimientos concretos sobre las vías de transmisión, se aprecian errores frecuentes en la adquisición de la enfermedad por picaduras, besos o la convivencia habitual. Estas ideas equivocadas son más frecuentes que en otros estudios y pueden fomentar el rechazo de los enfermos5,15,20.
En conjunto, se observa un buen conocimiento de algunas de las vías de transmisión y estrategias preventivas. Quizás las mejor recordadas son las asociadas a los denominados inicialmente "grupos de riesgo", básicamente personas relacionadas con la adicción parenteral, homosexualidad y/o prostitución. Por el contrario, la comprensión de algunas estrategias preventivas relacionadas con la transmisión heterosexual es menor. Así, en algunas de las preguntas referentes a la prevención sexual se aprecian errores frecuentes, tanto en 1997 como en 2005. Este hecho debe ser enfatizado, especialmente si consideramos que, en nuestro país, la transmisión heterosexual es actualmente la vía principal de adquisición de la enfermedad3. Quizás algunos ciudadanos siguen ignorando el concepto y el alcance de las prácticas sexuales de riesgo. En este estudio, hasta el momento no se aprecian avances sustanciales en los conocimientos de la población en este terreno.
Continuando con la transmisión sexual, el número de personas que reconoce prácticas de riesgo es escaso, lo que dificulta extraer conclusiones21. No obstante, se observa que el porcentaje de entrevistados que utilizaron el preservativo en la última relación con una pareja no habitual permanece estable. Posiblemente puede afirmarse que al menos el 3% de los entrevistados mantiene prácticas sexuales de riesgo, cifra similar a la encontrada en trabajos previos9.
En el terreno de las actitudes, los datos son más favorables. Por una parte, se observa tanto en 1997 como en 2005, una amplia aceptación de los métodos preventivos, y al margen de otras consideraciones la mayoría de los encuestados asume su utilidad. Por otra, los enfermos son hoy mejor aceptados que en 1997, y posiblemente la convivencia con ellos produce ahora menor rechazo15. Quizás el tiempo transcurrido, así como un mayor conocimiento de los infectados, facilita la aceptación de los pacientes.
Es interesante señalar que los cambios descritos no ocurren de forma homogénea en todos los grupos sociales. Tanto en el análisis bivariante como en el multivariante destacan los progresos de las mujeres frente a los varones15.
Este estudio presenta, además de las ya comentadas, otras limitaciones que deben de resaltarse. Como ocurrió en trabajos previos, el número de seleccionados que finalmente no participó en las encuestas fue importante9,20. El impacto en los resultados es desconocido, pero creemos que puede ser menor al elegirse suplentes de similares características, y fundamentalmente por tratarse de una comparación de datos obtenidos con la misma metodología. También debe de considerarse que la razón para sustituir a las personas seleccionadas no fue en la mayoría de los casos la negativa a participar, sino errores de filiación. En segundo lugar, la encuesta no ha sido suficientemente validada para cada uno de los objetivos. No obstante, se realizó una prueba piloto de forma similar a la llevada a cabo en anteriores publicaciones18, y además se realizó una validación interna sin encontrarse diferencias. Por último, los datos obtenidos pueden no ser extrapolables a toda la sociedad. Cabe destacar que, comparada con otras poblaciones españolas, la ciudad donde se realizó el estudio presenta una tasa de envejecimiento elevada y una inmigración escasa. Sin embargo, este hecho, aunque impone limitaciones, ofrece la oportunidad de examinar en ausencia de otros factores, la evolución de la sociedad y el impacto de las iniciativas adoptadas para prevenir la expansión de la enfermedad.
Los resultados expuestos suponen un estímulo en la búsqueda de respuestas a las demandas de una sociedad, actualmente más receptiva, pero con importantes carencias para enfrentarse a esta pandemia.