El acceso al tratamiento antirretroviral (TARV) retrasa la progresión clínica del VIH y aumenta la supervivencia, mejorando la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). El objetivo de nuestra investigación fue describir los factores asociados al TARV y su influencia en la CVRS en personas infectadas por VIH.
Material y métodoSe diseñó un estudio transversal en 150 pacientes con VIH de un hospital de tercer nivel, recogiéndose datos relativos al TARV. La adherencia se valoró con el cuestionario SMAQ (Simplified Medication Adherence Questionnaire). Los datos de CVRS se obtuvieron con el cuestionario MOS-HIV (Medical Outcomes Study HIV Health Survey).
ResultadosEl 84% de nuestros pacientes estaban en TARV. La mitad de las pautas se basaban en inhibidores de la proteasa (IP), siendo LPV/r el fármaco de este grupo más empleado. En el 89,7% el régimen era el segundo o sucesivo, y la combinación basada en no análogos la más empleada en el tratamiento de primera línea. La lipodistrofia fue el efecto secundario más referido (61,1%). El 94,5% adaptaba bien el TARV a su vida diaria, siendo adherentes el 64,3%, según el cuestionario SMAQ. En cuanto a la CVRS, los pacientes con IP obtuvieron peores puntuaciones en 4 de las 11 dimensiones del cuestionario MOS-HIV. Los pacientes que dijeron adaptar bien el TARV presentaron mejores puntuaciones en 4 de las 11 dimensiones y en la valoración global del MOS-HIV.
ConclusionesLa prevalencia de pacientes en TARV en nuestra serie fue alta, habiéndose documentado relación negativa entre la toma de IP y CVRS, y positiva entre adaptación subjetiva del TARV y CVRS. La valoración de la CVRS en estos pacientes es importante, ya que se ve influida por factores relativos al TARV, dado que este mejora las condiciones vitales de las personas infectadas por VIH.
Access to antiretroviral treatment (ART) has become essential to delay HIV clinical progression and increase survival, so improving Health Related Quality of Life (HRQL). The aim of this investigation was to describe factors associated with ART and their impact on HRQL in HIV infected patients.
MethodsA cross-sectional study on 150 HIV-outpatients in a tertiary hospital was designed, and ART-related data collected. Adherence was assessed by the SMAQ questionnaire. HRQL data were collected by disease-specific questionnaire MOS-HIV (Medical Outcomes Study HIV Health Survey).
ResultsA total of 84% of patients were on ART. Half of the treatment regimens were Protease inhibitor (PI) based, LPV/r being the most commonly used drug. The large majority of treatments used (89.7%) were second line or successive, and NNRTI-based combinations were the most used in first line. Lipodystrophy was the most frequently referred side-effect (61.1%). Almost all (94.5%) of our patients declared they were adapting well to treatment in their daily-life-activities, with 64.3% adhering to treatment according to the SMAQ (Simplified Medication Adherence Questionnaire) questionnaire. In the HRQL, patients with PI-based treatment got lower scores in 4 of 11 domains with the MOS-HIV questionnaire; while patients that adapted well to their ART had better scores in 4 of 11 domains and overall HRQL assessment in MOS-HIV.
ConclusionsMost of our patients were on ART during our investigation. We have documented a negative association between PI-based treatment and HRQL domains, and a positive association between subjective ART adaptation and HRQL. The assessment of HRQL in this population has increasing interest as it is influenced by ART related factors as treatment improves life conditions of HIV infected people.
Hace no muchos años los investigadores no se atrevían a predecir el alcance de la progresión, evolución y propagación de la pandemia por VIH1. Muchos recursos se destinan a su investigación, y los grandes avances en los conocimientos sobre el tema han sido plasmados tanto en literatura médica como no médica. La prevención es la medida más útil frente al VIH pero es en el campo del tratamiento farmacológico donde más avances se han realizado. Desde que en 1986 se completó el primer ensayo clínico con un antirretroviral, la zidovudina, se han logrado muchos progresos. La influencia del tratamiento antirretroviral (TARV) está siendo definitiva en la modificación de la historia natural de la infección por VIH, mejorando la morbimortalidad en los países desarrollados2,3, al retrasar la progresión clínica y aumentar la supervivencia mejorando la calidad de vida del paciente. El éxito del tratamiento depende de la adherencia, proceso dinámico y complejo que se puede aproximar al de “apego”4,5.
Los pacientes infectados por VIH se preocupan no solo porque el tratamiento les permita vivir más años sino también por la calidad de vida que llevarán esos años. Así, la valoración de la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) en estos pacientes se basa en que viven más pero no se sabe si viven mejor, pudiendo aportar información sobre los efectos del tratamiento y la progresión de la enfermedad3,6.
La complejidad de los regímenes, la toxicidad y los efectos secundarios del TARV (como la lipodistrofia, que afecta a entre un 20 y un 70% de los pacientes7), son factores con impacto negativo en la CVRS que también afectan a la adherencia8. De este modo, la CVRS varía en función de la composición, pauta, y número de comprimidos; interferencia en los hábitos de vida y efectos adversos9. A pesar de lo rígido de la dosificación, aquellos pacientes que toman inhibidores de la proteasa (IP) muestran, en general, mejores índices de CVRS, al igual que los que tienen mayor adherencia10,11. Los estudios reflejan que los efectos del TARV en la CVRS se producen por otras vías aparte de la mejora del estado inmunológico del paciente o de los cambios clínicos12,13. Por otro lado, se ha establecido que las personas con mayor adherencia al TARV presentan índices de CVRS más elevados y viceversa8,9,14.
El objetivo del presente estudio fue analizar y describir las características del TARV y la adherencia al mismo, estableciendo su relación e influencia en la CVRS de un grupo poblacional de personas infectadas por VIH seguidas en la Consulta de VIH de un hospital de tercer nivel.
Material y métodosSe diseñó un estudio descriptivo transversal en personas infectadas por VIH en seguimiento en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid. La población objeto estuvo constituida por las personas infectadas seguidas en nuestra Consulta de manera habitual y que aceptaron participar en el estudio en el periodo comprendido entre marzo de 2007 y abril de 2008. Se seleccionó de manera consecutiva una muestra de 150 pacientes mediante la firma de un consentimiento informado específico.
Se elaboró un cuestionario de recogida de datos integrando instrumentos de medida (cuestionarios) de las variables que se iban a analizar, además de edad, sexo y estado inmunológico:
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Variables relacionadas con el tratamiento antirretroviral: adherencia al tratamiento, tiempo de tratamiento, tipo de pauta de administración, tratamiento previo y número de comprimidos.
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Para la correcta valoración de la adherencia se empleó el cuestionario SMAQ de adherencia al tratamiento (Simplified Medication Adherence Questionnarie), de uso mayoritario tanto en ensayos clínicos como en la práctica diaria15, diseñado por el grupo español GEEMA16. Su sensibilidad es del 72% y su especificidad del 91%. Consta de 6 preguntas y agrupa a los pacientes en no adherente si responde sí a las preguntas “¿Alguna vez olvida tomar la medicación?”, “¿Alguna vez deja de tomar los fármacos si se siente mal?”, “¿Olvida tomar la medicación durante el fin de semana?”, si responde no a la pregunta “¿Toma siempre los fármacos a la hora indicada?”, ha dejado de tomar más de 2 dosis en la última semana o no ha tomado la medicación más de 2 días completos en los últimos tres meses (respuesta a “Desde la última visita, ¿cuántos días completos no tomó la medicación?”). También se puede emplear de manera semicuantitativa según la respuesta a “En la última semana, ¿cuántas veces no tomó alguna dosis?”
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En cuanto a CVRS, se seleccionó el cuestionario específico MOS-HIV de calidad de vida relacionada con la salud (Medical Outcomes Study HIV Health Survey), desarrollado por Wu et al en 1991, a partir del Medical Outcomes Study17. Consta de 35 ítems agrupados en 11 dimensiones: Percepción General de Salud, Dolor, Función Física, Función de Rol, Función Social, Salud Mental, Energía, Problemas de Salud, Función Cognitiva, Calidad de Vida y Salud Transitoria. Es posible obtener los índices resumen Salud Física (ISF) y Salud Mental (ISM), mediante coeficientes de ponderación. Las puntuaciones se transforman, obteniendo valores entre 0 (peor estado de salud posible) y 100 (mejor estado de salud posible). La versión utilizada en España es la 2.1, adaptada y validada con alta consistencia interna (α Cronbach=0,78-0,89)18.
Se contactó con los pacientes para programar una entrevista personal en la Consulta donde un solo entrevistador entrenado administró el cuestionario descrito anteriormente y elaborado por nuestro equipo. Se realizó un análisis descriptivo del perfil de la muestra y de la CVRS expresado como media±desviación estándar, frecuencias y porcentajes. Para estudiar la asociación entre variables cualitativas se utilizó la prueba de Chi cuadrado con test exacto de Fisher o razón de verosimilitud dependiendo de las condiciones de aplicación. Por otro lado, para analizar las diferencias entre dos medias se utilizó el test de la t de Student o la U de Mann-Whitney para variables con distribución normal o no normal respectivamente. Las diferencias de medias en más de dos grupos se analizaron mediante ANOVA. Los datos hallados en el estudio se analizaron con el paquete estadístico SPSS v15.0 (SPSS Inc®). El nivel de significación se consideró para un valor de p≤0,05.
ResultadosSe estudiaron un total de 150 pacientes, de los cuales 112 eran varones (74,7%) y 38 mujeres (25,3%). La edad media del grupo fue de 44±8,3 años, siendo de 45±8,2 años en hombres y de 43±8,8 años en mujeres, sin hallarse diferencias entre ellos. De los 150 pacientes, 19 hombres y 5 mujeres fueron mayores de 50 años. En lo referente al estadiaje, nuestra muestra se distribuyó de manera homogénea en las categorías de clasificación CDC: un tercio de los pacientes correspondían a la categoría A, mientras que el 32% se encontraban en estadio SIDA.
En nuestra serie, el 84% (N=126) de los pacientes se encontraba en TARV en el momento de la realización del estudio. De ellos, el 72,2% eran hombres y el 27,8% mujeres (tabla 1).
Características de la combinación de fármacos antirretrovirales pautados a nuestros pacientes en función del sexo
Combinación de antirretrovirales | N | % | Hombre | Mujer | ||
N | % | N | % | |||
No análogos | 50 | 39,7 | 34 | 37,4 | 16 | 45,7 |
Inhibidores de proteasa | 63 | 50 | 48 | 52,7 | 15 | 42,9 |
Pauta no habituala | 13 | 10,3 | 9 | 9,9 | 4 | 11,4 |
Total | 126 | 100 | 91 | 100 | 35 | 100 |
En el 50% (N=63) de los pacientes se utilizaba una pauta basada en IP con mayor frecuencia entre los hombres que entre las mujeres (52,7% vs 42,9%). Los IP más utilizados fueron LPV/r, (29,4% del total de tratamientos), ATV (8,7%), SQV (7,1%), FPV (6,3%) y TPV (2,4%), potenciados todos ellos con ritonavir.
En el 39,7% (N=50) de los casos la pauta estaba basada en fármacos no análogos (inhibidores de la transcriptasa inversa no nucleósidos [ITINN]), siendo la frecuencia mayor para las mujeres que para los hombres (45,7% vs 37,4%). El EFV resultó el fármaco más empleado con una frecuencia de 30,9% (N=39). De las 16 mujeres con tratamiento basado en ITINN, 9 tenían EFV (25,7% de las mujeres en TARV) y 7 NVP (20% de las mujeres en TARV).
Dentro del grupo de inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósidos (ITIAN), los fármacos más utilizados fueron FTC (50%); 3TC (38,1%); d4T (16,7%); AZT (20,6%), encontrándose frecuencias inferiores al 15% en el resto de los fármacos del grupo. La frecuencia de utilización del TDF alcanzó el 51,6%, en su modo de empleo tanto individual como combinado con otro antirretroviral en el mismo compuesto.
En cuanto a las pautas específicas, encontramos 13 tipos de regímenes de tratamiento diferentes, siendo mayoritarios el empleo de 2 ITIAN combinado con 1 IP (47,6%) y el empleo de 2 ITIAN con 1 ITINN (38,9%), 3 ITIAN con 1 IP (2,4%) y 3 ITIAN con 1 ITINN (0,8%) seguidos de otras combinaciones menos comunes con porcentajes menores.
Con respecto a la línea de tratamiento empleada, se encontró que en el 10,3% la línea era la primera frente al 89,7% cuyo régimen de TARV era el segundo o sucesivo, no hallándose diferencias significativas al categorizar por sexo. Al categorizar según el grupo farmacológico en el que se basaba el tratamiento se halló que, de manera significativa (p=0,039), la primera línea de TARV estaba basada con más frecuencia en no análogos (69,2% vs 30,8%) mientras que la segunda línea se basaba principalmente en IP (52,2% vs 36,3%).
En cuanto a la dosificación, el 25,4% tenía tratamiento QD siendo el 93,8% de estos de segunda línea; en el 71,4% el tratamiento era BID (el 87,8% de segunda línea) y el 3,2% seguía tratamiento TID (ninguno de primera línea de tratamiento).
Nuestros pacientes tomaban una media de 4,6±3 comprimidos/día de TARV (mediana 5 comprimidos/día; máximo 16 comprimidos/día). De manera significativa (p<0,001), los regímenes basados en no análogos estaban compuestos por 5 comprimidos o menos en un 82%, mientras que los basados en IP contenían más de 5 comprimidos en un 54% y las pautas no habituales en un 92,3%.
Entre la sintomatología más frecuentemente relacionada con el TARV, refirieron lipodistrofia un 61,1% de los casos; fatiga 31,7%; insomnio 30,2%; diarrea 30,2%; astenia 10,3% y pérdida de memoria en un 6,3%. La relación de estos síntomas con cada tipo de régimen de TARV se representa en la tabla 2.
Características del régimen de tratamiento en función de la presencia de sintomatología (análisis individual por síntoma)
Síntomas | Combinación de antirretrovirales | ||||||
No análogos (N=50) | Inhibidores de proteasa (N=63) | Pauta no habitual (N=13) | Análisis de significación | ||||
N | % | N | % | N | % | p | |
Lipodistrofia | 24 | 48 | 44 | 69,8 | 9 | 69,2 | 0,050 |
Fatiga | 15 | 30 | 24 | 38,1 | 1 | 7,7 | 0,095 |
Insomnio | 15 | 30 | 21 | 33,3 | 2 | 15,4 | 0,438 |
Diarrea | 8 | 16 | 28 | 44,4 | 2 | 15,4 | 0,002 |
Astenia | 3 | 6 | 7 | 11,1 | 3 | 23,1 | 0,188 |
Pérdida de memoria | 0 | 0 | 8 | 12,7 | 0 | 0 | 0,014 |
El 94,5% afirmó adaptar bien el tratamiento a su vida diaria, sin embargo, un 64,3% de nuestros pacientes en tratamiento se declaró adherente al mismo, siendo mínimas las diferencias entre hombres y mujeres (64,8% vs 62,9%). Entre los motivos de “pobre adherencia” evaluados, el más frecuente fue la respuesta positiva a la pregunta “¿Alguna vez olvida tomar la medicación?” (29,4%), seguido de la respuesta negativa a la pregunta “¿Toma siempre los fármacos a la hora indicada?” (6,4%).
La relación entre las características de las diversas variables relacionadas con el TARV y la adherencia se describen en la tabla 3. No se hallaron diferencias significativas.
Características de la adherencia al TARV en función de las variables relacionadas con el tratamiento antirretroviral
Adherencia (N=81) | No adherencia (N=45) | |||
N | % | N | % | |
Régimen de TARV | ||||
No análogos | 33 | 40,7 | 17 | 37,8 |
Inhibidores de la proteasa | 41 | 50,6 | 22 | 48,9 |
Pauta no habitual | 7 | 8,6 | 6 | 13,3 |
Pauta de tratamiento | ||||
QD | 23 | 28,4 | 9 | 20 |
BID | 55 | 67,9 | 35 | 77,8 |
TID | 3 | 3,7 | 1 | 2,2 |
Línea de tratamiento | ||||
Primera línea | 9 | 11,1 | 4 | 8,9 |
Segunda línea o sucesiva | 72 | 88,9 | 41 | 91,1 |
Número de comprimidos | ||||
≤5 pastillas | 46 | 56,8 | 25 | 55,6 |
>5 pastillas | 35 | 43,2 | 20 | 44,4 |
BID: bis in die, dos veces al día; QD: quaque die, una vez al día; TID: ter in die, tres veces al día.
En lo relativo a la caracterización de la CVRS en nuestra muestra poblacional, las puntuaciones medias en las diversas dimensiones del cuestionario MOS-HIV fueron las siguientes: Percepción General de Salud 46,1±24,2; Dolor 79,4±24,2; Función Física 84,3±19,7; Función de Rol 82,7±32,2; Función Social 88±22,7; Salud Mental 68,1±21,8; Energía 63,8±23,4; Problemas de Salud 82,7±20; Función Cognitiva 84,6±17,5; Calidad de Vida 58,2±20,9; Salud Transitoria 54,8±18,9. La puntuación media del Índice global de Salud Física (ISF) fue 52,3±8,8, mientras que la puntuación media obtenida en el Índice global de Salud Mental (ISM) fue 49,3±9,9. En cuanto a la valoración de los factores más fuertemente asociados con al CVRS, los pacientes que se encontraban en su primer tratamiento presentaban mejores índices para las dimensiones ISF (p=0,038), Salud Mental (p=0,014), ISM (p=0,009), Función Física (p=0,003), Función Cognitiva (p=0,002) y Energía (p<0,001). Al categorizar a los pacientes con tratamiento según la combinación de fármacos pautada encontramos que aquellos con pauta basada en IP obtuvieron puntuaciones más bajas en las dimensiones Problemas de Salud (p=0,053), ISF (p=0,052), Percepción General de Salud (p=0,032), ISM (p=0,026), Energía (p=0,011) y Función Cognitiva (p=0,002), no encontrando diferencias al categorizar según la dosificación de la pauta ni según el número de comprimidos incluidos en el tratamiento. Sin embargo, al establecer un análisis individualizado por fármacos, encontramos que aquellos pacientes cuyo tratamiento incluía el uso de EFV presentaban puntuaciones más altas en las dimensiones ISF (p=0,032), Problemas de Salud (p=0,013), Percepción General de Salud (p=0,006), Salud Mental (p=0,004), ISM (p=0,003), Energía (p=0,001) y Función Cognitiva (p<0,001), no encontrando diferencias al evaluar otros fármacos empleados como AZT, d4T y LPV/r.
Los pacientes que respondieron afirmativamente a la pregunta “¿Puede adaptar fácilmente su tratamiento a su vida cotidiana?” obtuvieron puntuaciones más altas en las dimensiones Función de Rol (p=0,033), Energía (p=0,025), Problemas de Salud (p=0,029), Salud Transitoria (p=0,052), ISF (p=0,062) e ISM (p=0,008); en cambio, al establecer relaciones según la adherencia al TARV, sólo obtuvimos diferencias en la dimensión Función Cognitiva (p=0,043) en el sentido de puntuación media más baja entre los pacientes no adherentes.
DiscusiónLa prevalencia de pacientes que en el momento de la realización del estudio se encontraban en tratamiento antirretroviral (84%) se asemeja a los datos aportados por otros investigadores como el 82% de Worthington et al19 en Canadá y el 89,9% de Murri et al20 en Italia. El gran desarrollo en el campo de la terapia antirretroviral y la cada vez mayor adecuación de los regímenes a las necesidades de los pacientes hace que sea difícil establecer comparaciones con los hallazgos de otros grupos21–23. En una revisión de más de 3.000 tratamientos pautados, nuestro grupo evidenció 9 asociaciones terapéuticas diferentes24; en cambio, en el momento de la realización de la presente investigación, fueron 13 los regímenes diferentes en una proporción menor de pacientes, siendo mayoritario el empleo de 2 ITIAN combinado con 1 IP (47,6%), seguido del empleo de 2 ITIAN con 1 ITINN (38,9%), dato que se aproxima al 43,4% de tratamientos con esta última combinación hallado por Ruiz Pérez et al25 en investigaciones recientes en nuestro país. Las recomendaciones terapéuticas de los paneles de expertos han ido cambiando con extraordinario dinamismo, siendo el grupo de IP el más empleado en los últimos años5,23,26–28. En concordancia con estos datos, la mitad de nuestros pacientes tienen pautas de TARV basados en IP, lo cual corresponde con las recomendaciones nacionales del momento en el que se realizó el estudio.
Hemos hallado en la literatura revisada escasas series que describan exhaustivamente la frecuencia de uso de los diferentes fármacos, la dosificación de las pautas y su relación con la sintomatología relacionada con la infección. El grupo de Martín Sánchez et al5 describió en 2002 que la mitad de los pacientes atendidos en dos hospitales de la provincia de León tomaban AZT y el 31% 3TC y d4T, lo cual, comparado con nuestros datos, demuestra cómo han ido evolucionando los tratamientos a los largo del tiempo.
Entre la sintomatología asociada cabe destacar que en nuestra serie el síntoma más frecuentemente identificado ha sido la lipodistrofia, hallada en el 61,1%. Este hecho ha sido documentado tanto en su prevalencia como en su potencial repercusión sobre la vida de los individuos de manera muy amplia por diversos grupos7,29. Nuestra serie documenta en menor medida una amplia gama de otros efectos asociados a este tipo de medicación (insomnio, fatiga, astenia, diarrea), siendo éste un aspecto menos referido en la literatura. Así, en la serie presentada por Martín Suárez et al30 los diversos síntomas asociados se documentan con frecuencias más elevadas que en nuestras serie, hecho posiblemente influido por la situación de deterioro inmunológico avanzado de los pacientes de este grupo onubense. Cabe destacar que los pacientes que refirieron pérdidas de memoria se encontraban en tratamiento con IP probablemente de segunda línea o con un tiempo de evolución de la enfermedad prolongado, lo cual nos puede indicar que detrás de este síntoma pueden existir otros determinantes que actúen como factores de confusión.
La completa caracterización del TARV requiere la valoración de la adherencia al mismo dado que su ausencia supone un problema de Salud Pública ya que disminuye la efectividad del tratamiento, conlleva la aparición de resistencias y limita el arsenal terapéutico15. Casi dos tercios de nuestros pacientes reconocieron ser adherentes al tratamiento, datos algo inferiores a los presentados por otras investigaciones españolas recientes27 pero superiores a datos más antiguos5. Estas diferencias se explicarían, entre otros factores, por la variabilidad existente en las poblaciones estudiadas y por la diversidad de métodos de recogida de datos.
Por lo que hace referencia a la valoración conjunta de la CVRS y nuestros hallazgos relativos al TARV y la adherencia, cabe apuntar que aquellos pacientes con pauta basada en IP obtuvieron peores puntuaciones en las dimensiones Percepción General de Salud, Energía, Problemas de Salud, Función Cognitiva, ISM e ISF. Este hallazgo se encuentra en relación con las aportaciones de otros investigadores tanto en la misma línea como en sentido contrario6,21–23,28,31,32 y resulta pionero en nuestro entorno cercano porque si bien, diferentes autores5 y nuestro propio grupo24,33,34 habían abordado a lo largo de las dos últimas décadas la implantación y diversificación de las diferentes estrategias de terapia antirretroviral, no se habían ponderado los aspectos relativos a la adherencia y a la calidad de vida. Existen diferentes aportaciones de un grupo que tiene como base la Escuela de Salud Pública de Granada6,25,27 que, junto a los datos de investigadores internacionales14,35, documentan hallazgos relativos a que los pacientes adherentes presentan mejores índices de calidad de vida que los no adherentes. Nuestra contribución no ha reproducido este hallazgo sino que ha consistido en establecer que los pacientes que refirieron de manera subjetiva una correcta adaptación del TARV a su actividad habitual obtuvieron puntuaciones más altas en las dimensiones de Función de Rol, Energía, Problemas de Salud, Salud Transitoria, ISF e ISM que se tradujeron en una asociación significativa. En el análisis pormenorizado de cada uno de los fármacos las diferentes dimensiones del cuestionario MOS-HIV, ha sido EFV aquel que ha arrojado datos más relevantes en comparación con el resto de medicamentos empleados en el tratamiento, obteniendo una mayor puntuación en 7 de las dimensiones, hecho relacionado con lo aportado por diversos grupos de investigación21,23,32.
Nuestro estudio podría presentar varias limitaciones. En primer lugar, la muestra de pacientes seleccionada fue de carácter regional y no nacional, lo cual podría limitar la generalización de los resultados a pesar de la representatividad de nuestra muestra en relación con otros estudios nacionales e internacionales. Dada el carácter transversal del estudio, no se analizaron cambios en la CVRS en relación con modificaciones en los tratamiento, impidiéndonos analizar en profundidad la ausencia de relación significativa entre la adherencia y la CVRS en nuestro estudio, así como la relación hallada entre la toma de IP y las variables de CVRS. Por otro lado, la selección de un cuestionario de CVRS específico, junto con las técnicas estadísticas empleadas, nos ha permitido obtener una medición más precisa de aspectos particulares de la infección por VIH evitando con ello posibles sesgos de medida.
En conclusión, los avances conseguidos en la mejora de las condiciones de vida y, por tanto en la CVRS, de las personas infectadas por VIH han sido muchos gracias, en parte, al desarrollo de la terapia antirretroviral. El acceso al TARV es, junto con la prevención de la infección, esencial para el control de la enfermedad. Este estudio refleja la importancia de la valoración del TARV, la adherencia y los factores relacionados con estos dos aspectos y su relación con la CVRS en la infección por VIH para descubrir los condicionantes que pueden influir en el progreso de la enfermedad y que los indicadores clásicos no aportan.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.