Recientemente se apagó una estrella en el elenco de la Patología Infecciosa de nuestro país. El día 19-06-2007 fallecía en Madrid, a la edad de 49 años, el Prof. Dr. D. Víctor Roca Arbonés, aquejado de una grave enfermedad que afrontó con entrega y valentía desde su diagnóstico seis meses antes.
El Dr. Roca nació en Almatret (Lérida) en el año 1957, donde cursó sus estudios primarios. Concluyó su formación pregraduada en Barcelona, en el Hospital Clínic i Provincial, con un excelente expediente académico. Durante su período de formación especializada en Madrid, como médico interno residente de Medicina Interna, siempre mostró especial afición por la patología infecciosa. Como señal inescrutable del destino, en su último año de residencia tuvo la oportunidad de asistir a los primeros pacientes aquejados de un síndrome de inmunodeficiencia adquirida, antes aún de haber sido identificada, y mucho menos definida, la enfermedad. Desde entonces dedicó todo su esfuerzo personal y profesional al conocimiento y asistencia clínica de una epidemia que viene azotando desde la década de 1980 a la juventud española.
El Dr. Roca fue autor de numerosas comunicaciones, nacionales e internacionales, profesor de la Universidad Complutense en el Departamento de Medicina y un clínico romántico con auténtica fascinación por el comportamiento de esta enfermedad, hasta convertirse en uno de los referentes de la misma en su entorno. Coordinó y dirigió con sabiduría pero también con templanza la Unidad de VIH y el Hospital de Día de Enfermos Infecciosos, y además, fue Secretario de la Comisión de Infecciones y Política de Antibióticos de nuestro querido hospital. En todos los cargos que ocupó se mostró siempre como una persona cordial y próxima, con profundo espíritu de autocrítica y abierta al diálogo constante con compañeros, enfermeras y pacientes.
Los que tuvimos la suerte de formarnos con él, llevamos una profunda impronta de su inquietud clínica y su talante multidisciplinar en el abordaje de los problemas en la patología infecciosa. Sin duda fue uno de esos profesores a los que mereció la pena conocer y que merece la pena recordar.
Por cuanto nos has enseñado a generaciones de médicos, gracias.
Descanse en paz.
