Las infecciones víricas constituyen una de las causas de pancreatitis aguda en edad pediátrica1. Existen pocos trabajos que documenten la presencia del virus de la gripeA (H1N1) 2009 pandémico en casos de pancreatitis2,3, y no se han descrito previamente casos relativos a pacientes en edad pediátrica.
Presentamos el caso de una niña de 12 años de edad, con antecedentes de diplejía espástica y asma con sensibilización a neumoalérgenos, que ingresó por proceso febril, con tos y mialgias de 3días de evolución. La reacción en cadena de la polimerasa del aspirado nasofaríngeo fue positiva para el virus de la gripeA (H1N1) 2009 pandémico. Ante la afectación del estado general y los hallazgos clínicos y radiológicos compatibles con neumonía lobar, se inició tratamiento con oseltamivir oral (60mg/12h, 4,2mg/kg/día) y cefotaxima intravenosa (150mg/kg/día, cada 8h). La paciente quedó afebril en 24h y mejoró de los síntomas respiratorios sin que requiriera medidas de soporte ventilatorio.
A partir del segundo día de ingreso presentó náuseas y vómitos que se incrementaron paulatinamente, y un cuadro de dolor epigástrico intenso en cinturón, con irradiación hacia la región dorsolumbar. En ese momento se decidió suspender el tratamiento antiviral. Los controles analíticos seriados mostraron la elevación progresiva de la amilasa sérica hasta 230U/l el quinto día de ingreso, y de la lipasa sérica hasta 435U/l el séptimo día de hospitalización. De acuerdo con los criterios actuales4, se consideró el diagnóstico de pancreatitis aguda ante el cuadro de dolor típico y la elevación de amilasa, con cifras de lipasa 3 veces superiores al límite de la normalidad.
En los controles analíticos no hubo elevación de la proteína C reactiva ni leucocitosis. En los estudios ecográficos no se detectaron lesiones pancreáticas ni colelitiasis. Como tratamiento se pautó analgesia con metamizol, meperidina y rehidratación intravenosa con suero salino fisiológico. Se produjo una mejoría clínica paulatina, permitiendo reiniciar tolerancia enteral, y se pudo dar de alta a la paciente sin nuevas incidencias a los 10días. En el control analítico realizado a las 3semanas del alta se habían normalizado los valores de amilasa y de lipasa séricas.
La infección vírica es una de las causas descritas de pancreatitis aguda, generalmente no complicada5. Los virus implicados más frecuentemente son el de la parotiditis, adenovirus, virus Epstein-Barr, citomegalovirus, hepatitisA, sarampión, rubéola, VIH y Coxsackie. En algunos casos de pancreatitis aguda idiopática el antecedente de síntomas infecciosos previos sugiere una etiología parainfecciosa, muchas veces no demostrable.
En relación al virus de la gripe, se ha observado la afinidad del virus por el tejido pancreático en modelos animales, siendo en estos casos responsable tanto de pancreatitis como desencadenante de diabetes tipo16. En humanos se ha descrito un número limitado de casos de pancreatitis aguda asociados a gripeA7, así como a la nueva variante pandémica de H1N1 del año 2009.
Existen también medicamentos que pueden ser responsables de pancreatitis aguda8, sin que quede claro el mecanismo causal en la mayoría de ellos. Se ha comunicado algún caso de pancreatitis en pacientes que habían tomado oseltamivir, sin poder establecer una relación causal9. Por su evolución clínica, y al tratarse de un caso aislado, no se puede descartar que en nuestra paciente la pancreatitis fuera secundaria a los fármacos, en concreto oseltamivir, y no directamente al virus de la gripe. La experiencia de otros trabajos, en los que se establecieron asociaciones etiológicas erróneas entre agentes virales y pancreatitis aguda10, exige interpretar con prudencia los hallazgos clínicos descritos en nuestro caso. Futuras investigaciones podrán definir con más precisión el papel etiológico en la pancreatitis del virus de la gripeA (H1N1) 2009 pandémico o de otras variables, como la terapia con antivirales.