Sr Editor: La infección aguda o primoinfección por VIH se manifiesta con síntomas inespecíficos en el 50-90% de los pacientes 1: fiebre, linfadenopatía, faringitis, exantema máculo-papular, ulceraciones mucocutáneas, artromialgias, cefalea, náuseas, vómitos, diarrea, candidiasis orofaríngea y pérdida de peso. Solamente el 12-17% de los pacientes sintomáticos tienen manifestaciones neurológicas, incluyendo: meningoencefalitis o meningitis aséptica, neuropatía periférica, radiculopatía y síndrome de Guillain-Barré 2,3.
Presentamos el caso de una mujer de 52 años que 10 días antes del ingreso había comenzado con fiebre elevada (39-39,5 °C), mialgias, molestias faríngeas, cefalea y erupción generalizada, asociándose en las últimas horas disminución del nivel de conciencia, desorientación, agitación psicomotriz y lenguaje ininteligible. En la exploración física destacaba la existencia de fiebre, somnolencia, ligera rigidez de nuca, adenopatías periféricas generalizadas de 1-2 cm de diámetro y exantema maculopapuloso generalizado que respetaba palmas y plantas.
El hemograma mostraba 7.540 leucocitos (79% segmentados y 17% linfocitos), los parámetros bioquímicos, la radiología de tórax y la TC craneal no presentaban alteraciones reseñables. Ante la sospecha de meningoencefalitis, se realizó una punción lumbar que reveló un LCR con 330 leucocitos/μl (80% linfocitos), proteínas 205 mg/dl, glucosa 67 mg/dl y ADA 9,1 U/l. Se instauró tratamiento empírico con aciclovir hasta recibir el resultado negativo de PCR en LCR para VHS I y II, VEB y VVZ. Así mismo fueron negativos el cultivo convencional y de micobacterias, el látex para Cryptococcus neoformans, las serologías para Borrelia burgdorferi, Coxiella burnetii y Rickettsia conorii, presentando IgG positivas (sin elevación del título en un control posterior) e IgM negativas para CMV y Toxoplasma. Se solicitó serología para VIH con resultado de ELISA positivo, Western-Blot indeterminado y Ag p24 positivo, recibiéndose posteriormente una carga viral de 45.400 copias/ml, 4,66 log (determinada por el método COBAS-AMPLICOR HIV MONITOR) y CD4 805/ml, con un cociente CD4/CD8 de 0,75. La paciente refirió contactos heterosexuales de riesgo en los últimos meses. Se instauró tratamiento antirretroviral vía oral con efavirenz (600 mg/24 h), lamivudina (150 mg/12 h) y zidovudina (300 mg/12 h), sin estudio genotípico de resistencias previo. La evolución clínica fue favorable, con resolución de los síntomas. Un año después de iniciar dicho tratamiento la paciente presenta carga viral indetectable y 1.569 CD4/μl, con un cociente CD4/CD8 de 3,72.
Dado que las manifestaciones clínicas son inespecíficas, la infección aguda por VIH no es diagnosticada en más del 90% de los casos 1,4. Esto conlleva un riesgo considerable para la salud pública ya que el desconocimiento por parte del paciente favorece que siga realizando prácticas de riesgo y exponiendo a la población a posibles contagios, precisamente en una fase en la que la enfermedad es altamente contagiosa (por la elevada carga viral que suele acompañar a la primoinfección). Además el paciente no podría beneficiarse de las ventajas de recibir precozmente tratamiento antirretroviral 5-7. La meningoencefalitis aguda por VIH es infrecuente, pero en ocasiones puede ser la única manifestación de la primoinfección 8,9, por lo que queremos destacar la relevancia de considerarla entre las posibles etiologías de la meningoencefalitis aguda.