A pesar de que las fuentes forenses pueden contribuir a la vigilancia epidemiológica de las infecciones por los virus de la hepatitis C (VHC) y de la inmunodeficiencia humana (VIH), y de que es necesario valorar los riesgos del personal que interviene en la autopsia judicial (AJ), existen pocos estudios en cadáveres medicolegales1. Los Institutos de Medicina Legal españoles investigan cerca del 6% de la mortalidad, y aportan informacio¿n útil en diversos problemas de salud pu¿blica2. Nuestro objetivo fue conocer la distribución de marcadores serológicos de VIH y VHC en la población forense.
Se realizó un estudio observacional de los cadáveres objeto de AJ en las dependencias de Barcelona y Lleida del Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Cataluña (SPF/IMLC) de 2009 a 2011. El estudio obtuvo la aprobación de la Comisión de Docencia e Investigación del IMLC. El número total de AJ practicadas fue 3.257 (Barcelona: 2.778; Lleida: 479). Se obtuvieron muestras de sangre para serología aleatoriamente en cadáveres no putrefactos (Barcelona: cada vigésimo caso; Lleida: cada tercero). Se obtuvieron muestras de sangre y orina para toxicología en la mayoría de cadáveres según los procedimientos estándar del SPF/IMLC3.
Los análisis serológicos se llevaron a cabo en el Servicio de Laboratorio Forense del IMLC (SLF/IMLC; enzimoinmunoensayo de microparti¿culas, MEIA; analizador AxSYM®; VHC versión 3.0; VIH 1/2 gO; Abbott Laboratories, North Chicago, IL, EE.UU.). Las muestras de orina se analizaron para drogas de abuso (inmunoanálisis de polarización de fluorescencia, FPIA; analizador AxSYM®) y las de sangre para etanol (cromatografía de gases con espacio de cabeza y detector de ionización en llama, GC-FID; cromatógrafo Agilent 6890N®; Agilent Technologies, Santa Clara, CA, EE. UU.).
Las fuentes de información fueron el registro y el archivo del SLF/IMLC y el registro de autopsias del SPF/IMLC, que recoge la orientación diagnóstica de la causa de defunción emitida inmediatamente después de practicar la AJ. Las variables de estudio fueron lugar de autopsia, sexo, edad en años cumplidos, resultados serológicos y toxicológicos, tipo de muerte (natural o violenta) y consumo de drogas por vía parenteral (CDVP). Se excluyeron los casos con información insuficiente acerca del tipo de muerte o sin análisis toxicológico. Los análisis bivariados se efectuaron mediante las pruebas de χ2, exacta de Fisher, de Kruskal-Wallis o U de Mann-Whitney, según apropiado. Los datos fueron analizados mediante el paquete estadístico PASW® Statistics 18.0.0 para Mac.
Se efectuó análisis serológico en 301 casos, de los cuales se excluyeron 42 (14,0%). La muestra constó de 259 casos. Los resultados serológicos y su distribución según las variables del estudio se muestran en la tabla 1. El rango de edad fue de 11 a 90 años y 188 casos (78,3%) tuvieron entre 18 y 65 años. No hubo diferencias estadísticamente significativas en los resultados serológicos para ninguna de las variables de estudio al estratificar el análisis por toxicomanía.
Distribución de los resultados serológicos de VIH y VHC en cadáveres objeto de autopsia judicial en Barcelona y Lleida entre 2009 y 2011 según lugar de autopsia, sexo, edad, tipo de muerte, detección de etanol en sangre y toxicomanía
Global | Ningún virus | Solo VIH | Solo VHC | Ambos | Valor de p* | |
---|---|---|---|---|---|---|
Lugara | ||||||
Barcelona | 111 (42,9) | 78 (70,3) | 9 (8,1) | 12 (10,8) | 12 (10,8) | 0,054 |
Lleida | 148 (57,1) | 120 (81,1) | 10 (6,8) | 11 (7,4) | 7 (4,7) | |
Sexoa,b | ||||||
Varón | 203 (78,7) | 150 (73,9) | 17 (8,4) | 19 (9,4) | 17 (8,4) | 0,047 |
Mujer | 55 (21,3) | 48 (87,3) | 2 (3,6) | 3 (5,5) | 2 (3,6) | |
Edadc,d | 51,7 (17,47); 240 | 53,3 (18,32); 187 | 47,6 (15,41); 18 | 46,9 (14,28); 18 | 43,9 (7,12); 17 | 0,010 |
Muertea | ||||||
Natural | 140 (54,1) | 109 (77,9) | 11 (7,9) | 11 (7,9) | 9 (6,4) | 0,660 |
Violenta | 119 (45,9) | 89 (74,8) | 8 (6,7) | 12 (10,1) | 10 (8,4) | |
Etanola | ||||||
No | 225 (86,9) | 170 (75,6) | 16 (7,1) | 21 (9,3) | 18 (8,0) | 0,516 |
Sí | 34 (13,1) | 28 (82,4) | 3 (8,8) | 2 (5,9) | 1 (2,9) | |
Toxicomaníaa,e | ||||||
Posible | 48 (18,5) | 22 (45,8) | 6 (12,5) | 8 (16,7) | 12 (25,0) | <0,001 |
No conocida | 211 (81,5) | 176 (83,4) | 13 (6,2) | 15 (7,1) | 7 (3,3) | |
Totala | 259 (100) | 198 (76,4) | 19 (7,3) | 23 (8,9) | 19 (7,3) | — |
VHC: virus de la hepatitis C; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.
Recuento de casos (%); en la columna «Global» se muestra el porcentaje de columna, en el resto el de fila.
El grupo con toxicomanía posible consiste en los casos con detección de al menos una droga de abuso (opiáceos, cocaína, anfetaminas o cannabis) en orina (14,7% del total de casos) o detección de metadona en orina (1,5%) o mención de antecedentes actuales o antiguos de consumo de drogas por vía parenteral en el registro de autopsias (7,3%; incluye los casos orientados como muerte por reacción adversa a drogas de abuso); el grupo sin toxicomanía conocida consiste en el resto de casos.
Los resultados muestran una alta prevalencia de infección por VIH y/o VHC en la población forense respecto a población general4–6, incluso en nuestro grupo sin toxicomanía conocida en el que alcanzó uno de cada 6 casos. Estos datos son globalmente consistentes con otros trabajos en cadáveres judiciales: en Barcelona se halló un 10,7% de infección por VHC en muertes naturales, y un 60,0% en muertes por drogas7; en Italia se describió un 16,2% de infección por VIH o VHC en su grupo sin riesgo, y un 77,9% en su grupo con riesgo1; y en Francia se reportó un 16,9% de infección por VHC8 en AJ no seleccionadas. El predominio de marcadores en varones más jóvenes de ámbito urbano observado en el conjunto de nuestra serie es atribuible en gran parte a la asociación de estas infecciones con el CDVP, bien descrita en nuestro medio en pacientes vivos9,10.
El trabajo presenta limitaciones. En primer lugar, la clasificación en cuanto a toxicomanía puede ser inexacta, y en particular es posible que el grupo sin toxicomanía conocida incluyera casos con antecedente de CDVP ignorado en el momento de practicar la AJ. Esto puede haber contribuido a la elevada prevalencia de infección observada en nuestro grupo sin toxicomanía conocida respecto a la población general. En segundo lugar, la ausencia de informacio¿n previa a su fallecimiento sobre el estado serolo¿gico de los sujetos estudiados no permite saber si el diagno¿stico de infeccio¿n por VIH o VHC postmortem era nuevo o ya era conocido. Finalmente, la información acerca de causa y circunstancias de la muerte se restringió a natural o violenta y se basó en la orientación inicial resultante de la AJ.
A modo de conclusión, reportamos que en nuestro medio los cadáveres judiciales constituyen una subpoblación con elevada prevalencia de infección por VIH y/o VHC. Es necesario proseguir esta línea de investigación para precisar mejor esta observación así como para conocer su evolución temporal.
FinanciaciónEste estudio no recibió financiación.
Al personal facultativo del Servei de Laboratori Forense del Institut de Medicina Legal de Catalunya en Barcelona y Lleida.