La infección urinaria es una entidad rara en varones jóvenes sin factores predisponentes. Por el contrario, las infecciones de transmisión sexual (ITS) son cada vez más frecuentes y muchas comienzan de forma aguda (hematuria, disuria, hemospermia, inflamación de testes y/o epidídimos…), siendo habitual que los pacientes soliciten asistencia urgente. Hay trabajos que dan protagonismo a las ITS en el origen de la piuria estéril en varones jóvenes1,2, y en este estudio se pretendió conocer esta situación en nuestro medio.
Desde mayo de 2014 hasta julio de 2017 se buscaron microorganismos relacionados con las ITS en varones de 15 a 59 años de edad con piuria estéril de causa desconocida, procedentes del servicio de urgencias. Se utilizaron las orinas con >14 leucocitos/μl (analizador Sysmex UF-1000i) remitidas para urocultivo que habían resultado negativas, realizándose mediante PCR la detección de patógenos causantes de las ITS (STI-7, Seegene, Seúl, Corea del Sur). En los casos con piuria intensa se sembró también la orina en agar chocolate (para descartar gonococo y otras bacterias que no crecen en los medios empleados habitualmente para urocultivo) y en otros se realizó estudio de herpes simple (LightMix®, Roche, Berlín, Alemania) y adenovirus (PCR no comercial).
Se estudió la orina de 92 pacientes que presentaron de 15 a 6.123 leucocitos/μl (mediana: 76). Se detectaron infecciones no diagnosticadas previamente en 40 pacientes (43%) de 17 a 59 años de edad (mediana: 32), sumando 50 microorganismos causantes de infecciones genitourinarias, entre los que destacó Chlamydia trachomatis (n=23), representando el 57,5% de los casos positivos (tabla 1). A ningún paciente se le había recogido en urgencias exudado uretral. Los resultados se informaron a los pacientes y/o a los médicos a los que habían sido derivados. Se pudo contactar con 38 de estos 40 pacientes, de los que 28 (70%) acudieron a la consulta de microbiología (no se consiguió informar a 2 pacientes, ambos con infección por Ureaplasma urealyticum). A 27 se les recogió de nuevo orina (primera fracción de la micción) y 22 (79%) presentaron leucocituria. A 25 se les realizó toma uretral y en 15 (60%) se observaron leucocitos.
Microrganismos detectados en 92 varones de 15 a 59 años de edad con piuria estéril
Microorganismos detectadosc | Número | Porcentajea | Porcentajeb |
---|---|---|---|
Chlamydia trachomatis | 23 | 25,0 | 57,5 |
Ureaplasma urealyticum | 12 | 13,0 | 30 |
Neisseria gonorrhoeae | 5 | 5,4 | 12,5 |
Mycoplasma genitalium | 4 | 4,4 | 10 |
Haemophilus influenzae | 2 | 2,2 | 5 |
Herpes simple tipo 1 | 2 | 2,2 | 5 |
Adenovirus | 1 | 1,1 | 2,5 |
Trichomonas vaginalis | 1 | 1,1 | 2,5 |
Total | 50 | — | — |
Se diagnosticó orquiepididimitis en 22/40 pacientes (55%). En 15 de 23 pacientes infectados por C. trachomatis hubo afectación testicular, así como en uno de los 5 pacientes con gonorrea. En 2 pacientes (42 y 44 años de edad) se aisló Haemophilus influenzae tras resiembra de las orinas en agar chocolate (ambos habían sido adecuadamente tratados con ciprofloxacino). En los 18/40 pacientes restantes (45%) el diagnóstico final fue uretritis (en 8 estuvo implicada Chlamydia trachomatis y en 4 gonococo). Tres de los casos de uretritis se asociaron a cuadros clínicos adicionales: lesiones balanoprepuciales por herpes simple tipo 1, conjuntivitis por adenovirus y primoinfección por herpes simple tipo 1 oral y genital simultánea. A 20 pacientes se les realizó frotis faríngeo, siendo 4 (20%) positivos (Neisseria gonorrhoeae [n=2], U. urealyticum [n=1] y adenovirus [n=1]); a 2 frotis anal, detectándose en uno N. gonorrhoeae; y a uno frotis conjuntival, detectándose adenovirus.
Como consecuencia del análisis ampliado, en 35 pacientes (88%) se realizaron cambios en el tratamiento: a 30 pacientes se sustituyó, añadió o retiró un antibiótico por tratamiento empírico inadecuado y a otros 5 no tratados previamente se les indicó un antibiótico. Ciprofloxacino fue el antibiótico más prescrito inadecuadamente (22 ocasiones).
En conclusión, la orina recogida para urocultivo de varones de 15 a 59 años de edad y piuria estéril atendidos en urgencias fue muy útil para el diagnóstico de otras infecciones no sospechadas previamente, con una rentabilidad del 43%. C. trachomatis fue el patógeno más frecuente (25% de las orinas estudiadas y 57,5% de los positivos). El diagnóstico definitivo obligó a realizar cambios en el tratamiento de la mayoría de los pacientes con resultados positivos (88%). Es importante recordar la infrecuencia de cistitis en varones jóvenes sin enfermedad de base y sospechar una ITS para la elección del tratamiento, aunque no se observe secreción uretral ni se puedan confirmar relaciones sexuales sin protección previas. El diagnóstico microbiológico permite la confirmación del patógeno, la realización de cambios en el tratamiento empírico instaurado, si procede, y el posterior y necesario estudio de los contactos sexuales. La aplicación de protocolos para el tratamiento empírico de orquiepididimitis en pacientes jóvenes, cubriendo C. trachomatis y gonococo3, mejora el éxito terapéutico.
FinanciaciónNo existió ningún tipo de financiación para la realización de este trabajo.